Arriesgarse

17

Helena

Un sonido lejano interrumpió mis sueños. Obligando a mis ojos a abrirse, me di cuenta de que el sonido era mi teléfono. Me di la vuelta y vi el número de Dean Finlay en la pantalla. Esto sólo podría ser sobre mi padre. El padre de Leo sólo llamaba cuando pasaba algo con Killian. Me senté y respondí rápidamente. 
—Hola, ¿Qué pasa? —pregunté, y luego miré la hora. Eran un poco después de las tres de la mañana. 
—Está perdido otra vez —respondió Dean. 
Esta no era la primera vez que mi padre había desaparecido. Por desgracia, papá se drogaba tanto que hacía cosas estúpidas como salir con mujeres que no conocía, desembriagándose en sus camas, a menudo lejos de las ciudades donde se suponía que se encontraba. 
Me levanté y fui a mi armario por algo de ropa. 

—¿Cuánto tiempo? —pregunté. 
—Después del concierto de anoche se fue de fiesta con algunas groupies. Lo dejé ir a la limusina a descansar. Esa fue la última vez que lo vi. Trac todavía se hallaba allí con él y así estaba Wayne. Wayne se veía demasiado destrozado para recordar algo. Trac dijo que se fue con dos mujeres. Una tenía el cabello rojo, la otra lo tenía largo, castaño y rizado. No creo nada de eso. 
Trac Trace era el bajista y Wayne Rolls era el guitarrista principal. Metí mis piernas en unos pantalones. 

—¿Dónde se encontraba Hail? —pregunté. Hail  
Holloway tocaba el teclado. También era el más responsable. 

—Hail ya se había ido a dormir. No sabe nada. 
—Me estoy vistiendo. ¿Dónde están todos en este momento? —Sabía que Dean había llamado porque localizarme era la única manera de encontrar a papá.  
A veces se iba a la parte profunda y parecía ser la única persona que podía traerlo de vuelta. Dean dijo una vez que era porque me parecía a mi mamá. 
—No me gusta que vengas aquí sola. No es seguro —dijo con un tono preocupado—Enviaría a Leo, pero no va a querer dejar a Nate y a Bianca. 
—Mase está aquí de visita. Probablemente vendrá conmigo. ¿Dónde están ustedes? —pregunté, a continuación, abotonando mi camisa. 
—Vegas —dijo con un suspiro. 
—Estoy en camino. No estoy segura para cuándo puedo conseguir un vuelo pero estaré allí. Mantente al tanto. 
—Ya he enviado el jet. Estará en la pista privada en Destin esperándote en unos treinta minutos. Tu papá no te querría en un avión comercial. 
—Gracias, voy a tratar de llamarlo. Si va a contestar la llamada de alguien, será la mía —dije. 
—Sí. Sigue intentando. Te veré pronto, chica. 
—Adiós —contesté, luego colgué y agarré una maleta. Tenía ropa que empacar. No sabía cuánto tiempo tomaría. También necesitaba despertar a Mase. 
Abriendo la puerta en silencio, me dirigí a la habitación de Mase y llamé varias veces antes de oírlo gruñir. Bien, estaba allí. 
—¿Qué? —refunfuñó. 
Abrí la puerta lentamente y miré dentro. 

—Papá está desaparecido. Tengo que ir a Las Vegas y ayudar a encontrarlo. 
Mase se incorporó y se frotó la cara con fuerza con ambas manos en un intento de despertar. 

—Tienes que estar bromeando. ¿Qué edad tiene, dieciocho?  
Mierda. ¿Cómo es que sólo desaparece? Es Killian Manning, por el amor de Dios. 
Mase no tenía idea de qué tan común era esto. 

—Es algo que pasa con él en  
la gira. Lo encontraré o finalmente responderá mis llamadas. Sólo tengo que ir. El jet me va a recoger en unos veinte minutos desde aquí. 
Vi como Mase luchaba consigo mismo sobre qué hacer. No le gustaba estar cerca de la banda. Rara vez estuvo alrededor. Buscar a papá tampoco era algo que quisiera hacer.

—También voy. No puedes ir sola a Las Vegas. Deja que me vista y agarre alguna cosa. 
No le dije que no tenía que hacerlo; me limité a asentir y cerré la puerta detrás de mí. Todavía tenía que empacar, lavarme los dientes y cepillarme el pelo.  
Marqué el número de papá en mi camino de regreso a mi habitación, sonó tres veces y luego fue al buzón de voz. 

Una vez que tuve mi bolsa de viaje empacada me dirigí hacia el pasillo y las  
escaleras. Necesitaba un poco de café y sabía que Mase también. Despertar a Nan  
para decirle no tenía sentido. Se volvería loca por molestarla. También podría ni  
siquiera decirle que nos íbamos. Probablemente no se daría cuenta. 
Justo cuando puse el café en el filtro se produjo un leve golpe en la puerta  
principal. ¿Qué diablos? Eché un vistazo a la hora y eran sólo las tres y cuarenta y  
cinco. ¿Quién estaría aquí tan temprano? 
Cerré la tapa de la cafetera y presioné para prepararlo antes de ir a la puerta  
principal. Se encontraba demasiado oscuro para ver el exterior. Encendí las luces  
de afuera y vi a Grant de pie con un termo en una mano, mirándome  
completamente despierto. 
Al abrir la puerta, me quedé mirándolo, demasiado confundida, pero no  
podía dejarlo ahí. 
Grant me sonrió. —¿Estás lista? 
¿Qué? ¿Estaba soñando? ¿Realmente papá no desapareció? ¿Otra vez había  
sido un sueño elaborado donde acababa en la cama con Grant? Los había tenido  
con suficiente frecuencia. 
—Dean llamó a Rush, quien me llamó. ¿Puedo pasar? —dijo, dando un paso  
hacia mí y dentro de la casa. 
—¿Qué? —finalmente logré preguntar. 
Grant alzó el termo de café. —Estoy listo para ir a buscar a Kiro. Incluso  
conduciré al aeropuerto. 
Los pesados pasos de Mase irrumpieron mis pensamientos y volteamos  
para verlo caminar hacia nosotros. —¿Es este un maldito grupo de búsqueda? — 
gruñó Mase, dejando caer su bolsa a sus pies y mirándonos de Grant a mí.—Eso parece —dijo Grant. 
—Yo, eh... —Era todo lo que podía pensar en decir. Aún no entendía esto. 
—Ve por un poco de ese café que huelo, hermanita; lo necesitas para hacer  
frases coherentes. Me encargaré de esto —dijo Mase. 
No quería dejarlo solo con Grant pero, honestamente, no sabía qué otra cosa  
hacer. 
Así que fui a buscar el café.



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En el texto hay: hermanastros, traicion, amor

Editado: 29.07.2020

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