— Se llama Ava... es una niña preciosa.
— si es tu hija, de seguro lo es— contesto Leo.
Me incorpore.
— ¿estas bien?— me preguntó Eluney y asentí, estaba escuchando detrás de la puerta, había notado que Tamara se sentía cómoda solo con Leo.
— pobre chica... Tengo que encontrar a su hija.
— lo harán, tú y mi hermano lo harán.
Le sonreí y fui a mi habitación, ya había anochecido.
Me senté en la cama esperando a que Jasper llegara, cuando lo vi me sentí más tranquila.
— tenemos que encontrar a la niña— dije, él se sentó a mi lado y tomo mi mano.
— la encontraremos Ari...— arete su mano ligeramente.
— no quiero esperar más... Una niña...por dios— me levante— meterse con una niña no tiene perdón, matare a ese hombre...— Jasper se acerco a mí y me abrazo.
— ¿te e dicho lo linda que te vez cuando quieres matar a alguien?— sonreí.
— no...— dije sonriendo.
— bueno, te vez muy linda.
Ambos nos recostamos, a mitad de la noche abrí los ojos sintiendo un sentimiento extraño.
Jasper descansaba, me levante y baje, al bajar mire a la vampira en el umbral de la puerta.
— Tamara...— la llame, ella se giro hacia mí.
— mi hija esta afuera...— murmuro.
— ¿como lo sabes?
— lo siento...
Tome mi arco y flechas.
— hay que ir por ella entonces— ella asintió.
Al salir los guardias estaban ahí parados.
— no pueden salir— dijo uno de ellos.
— claro que si, soy tu luna y por ende me obedeces— hable, el guardia bajo la cabeza y se quito de mi camino.
Tamara y yo nos metimos en lo más profundo del bosque.
— ¿como es?— pregunte a Tamara.
— una niña dulce... No debí meterla en esto...— los ruidos en el bosque se volvieron más fuertes.
Tamara amplio los ojos y salio de la frontera, la seguí y ese sentimiento extraño volvió.
En el camino había un oso de peluche celeste.
— mi pequeña Ava...— dijo Tamara en el suelo llorando.
— estará bien, te prometo que te ayudare a recuperar a tu hija— dije, me arrodille enfrente de ella y la abrace.
Ese sentimiento seguía ahí, me sentía observaba y amenazada.
— hay que entrar de nuevo— ella asintió, al entrar a la frontera mire a Jasper parado.
— alfa— los guardias salieron de su escondite.
Desterrados salieron de las sombras, uno se transformo en su forma humana.
— entreguen a la vampira...— Tamara tembló, la coloque detrás de mí y mire al lobo.
— cuatro palabras, largo de nuestros territorios— el lobo entro, Jasper se transformo y se lanzo a él.
— corre— le dije a Tamara pero ella negó.
— tienen a mi hija... Quiero verla...
Tamara me empujo y tomo el hocico del lobo que estaba por atacarme.
¿Por qué esto solía pasar a tan altas horas de la noche? Me levante y mire a todos lados buscando mi arco.
Un lobo se paro en el arco rompiéndolo.
— maldito perro— dije haciéndolo enojar, ahora no tenia como defenderme, debí haber traído más armas.
— señorita corra— me dijo un guardia peor negué.
Hay cazadores en la zona y eso me daba más seguridad.
— ¡cazadores!— grite, todos tiraron flechas, el fuego recorría la punta.
Los desterrados se fueron apartando, Jasper estaba herido y Tamara...
Mire del otro lado del fuego, Tamara estaba inconsciente en los brazos de uno.
— ¡Tamara!— grite—dame tu chaqueta—le dije a un guardia, una daga fue lanzada desde la punta del árbol, la tome.
El guardia hizo lo que le dije, su chaqueta era grande y cubría todo mi cuerpo, me la puse, retrocedí y tome impulso corriendo.
— ¡ARIANA NO!— grito Jasper.
No sentí ni el más mínimo calor cuando cruce el fuego, me quite la chaqueta y corrí en dirección al lobo que tenia a Tamara.
— ¡no te la llevaras!— grite trepándome en su lomo y clavando la daga.
Un aullido se escucho, los lobos salieron corriendo dejando a Tamara en el suelo, el lobo dejo su forma y empece a ver al humano, la daga estaba clavada en su espalda y no me arrepentía.
El fuego se fue apagando y cuando acabo Jasper corrió a mí, sus manos empezaron a revisar mi rostro con preocupación.
— tranquilo...— dije, él suspiro aliviado, apoyo su frente en la mía y negó.
— sera complicado tenerte en mi vida, haces que mi corazón se detenga del miedo de perderte...
— estoy bien, no me perderás— asegure, mire a Tamara—cárgala—él asintió y tomo a Tamara en brazos.
Empezamos a caminar de vuelta a la mansión.
— ¡Ariana!— Leo bajo las escaleras rápido— pensé que se había ido...— dijo mirando a la vampira.
— ve y descansa, Leo, yo la cuidare.
— no, yo lo haré—puse mi mano a su hombro y lo apreté ligeramente.
— descansa, te vez cansado, yo la cuidare...—él suspiro rendido.
— esta bien.
Jasper dejo a Tamara en la cama y me miro.
— ¿te quedaras aquí?
— si Jasper, quiero cuidarla... No esta bien—en sus manos continuaba el oso celeste.
Jasper tomo mi rostro entre sus manos y beso mi frente.
— entonces también me quedare—negué.
— tú ve y descansa.
— no lo haré sino estas a mi lado— puse mis manos sobre las suyas, sentía que ya me estaba acostumbrando a su tacto, dejo un beso en mi mejilla que duro más tiempo de lo que debería.
— sé lo que pretendes...— dije en susurro.
— ¿y que pretendo?
— besar mis labios— dije alejándome y cruzándome de brazos.
— no pretendía eso, pero según veo tú querías eso— reí y me senté en una silla al lado de Tamara.
— ve a dormir.
Jasper se sentó en el suelo apoyando su espalda a la pared.
— ya te lo e dicho, me gusta más verte— rodé los ojos.
Ese sentimiento que sentí cuando salí logro confundirme, me sentía observaba, como si alguien me vigilara ¿y si así era?
Editado: 20.06.2021