EL ARTE DE VENECIA
Un día del mes de septiembre del 2021 en un parque de Venecia una artista de dibujo aficionada se encontraba trabajando en un bosquejo.
—Es hermosa la Venecia que veo pero más bella es la artista que la pinta —dice un chico —aproximadamente dos años mayor que la artista -sentándose a su lado.
—Exagerando se encuentra usted si dice que yo presento más belleza que la gran Venecia —contesta la artista, apartando de la mirada curiosa del hombre el bosquejo dibujado.
—Yo soy un hombre honesto y sincero, nunca he mentido sobre mi opinión —pronuncia, dirigiendo su cuerpo en dirección de la joven, queriendo ver su arte.
—Aquellos que se elogian a si mismos resultan carecer de esas virtudes — contesta mirándolo para saber si podía reconocerlo pero la mascarilla se lo impide.
—Esa frase es cierta pero también es cierto que mis palabras se volverán pensamientos y estos a su vez se transformaran en acciones transformándo me así en el hombre que describo.
—Mientras más hablas ,más curiosidad presento por saber quien eres y por qué decides hablarle a una desconocida apartada de el montón —contesta centrando su mirada en unos ojos marrones que parecían los mismos de un niño juguetón.
—Pero usted solo debió haber preguntado y yo con un gran placer le habría respondido que solo soy un hombre que siente una gran curiosidad por las personas que se apartan a voluntad de las multitudes —dice acercando su mano derecha al pecho como si de el alma lo pronuncia se.
—Te has puesto a pensar que puede que solo quieren desaparecer y no tener el peso de la sociedad arriba —le responde levantándose de el banquillo en el cual ella se encontraba.
—Si,mas también son esas las personas que grandes talentos ocultos tienen —contesta reteniendo la por la mano como si fuese una enredadera que sujeta suave pero firme a la vez.
—Repito mi pregunta. ¿Quien eres? —expresando en su rostro varias emociones de sorpresa, curiosidad de lo desconocido y como no el siempre aliado de lo desconocido el miedo.
—Mi nombre es irrelevante para poder admirar bellas obras las cuales nos cautivan a trayendo nos a nuevos caminos —levantandose de el banquillo teniendo mejor contacto visual.
—Pero lo necesito para poder llamarte o referirme a ti de alguna manera —manteniendo controlada la curiosidad que tenia por el misterioso chico.
—Me puedes llamar de muchas formas como señor ,conocido,amigo o enamorado —dejándola acorralada en entre sus brazos los cuales se habían entrelazado en su cintura.
—Se debería de limitar a solo observar y hablar ya que un corazón herido lastima a otros para sentirse menos maltratado —quitándose de su cintura las manos de el chico.
—Casi nulos serian los que ante tal belleza resistiría la tentación de intentar tal pecado —mostrando una sonrisa pícara.
—Si me decís vuestro nombre podría plantearme una amistad con usted y sera cosa del destino y el tiempo decidir como terminaremos —llevando a su pecho el cuaderno de dibujos.
—¿Por qué dejar qué el destino y el tiempo decidan?Si nosotros mismos podemos tomar las riendas del destino y decidir que hacer y el tiempo es necesario un tiempo para conocer y aprender pero para amar el tiempo es inexistente —tornando la vista a un restaurante simple sin muchos lujos.
—Acepto la invitación a una comida pero a lo que me propone ¿solo es una escusa para no decirme su nombre? —caminado junto a el en dirección al restaurante.
Entran ambos al restaurante y el mesero les atiende.
—¿Ustedes quieren una mesa para dos o pedirán para llevar? —Dice el mesero prestándole atención a sus palabras.
—Quiero una mesa para dos por favor y también —acercándose al mesero le habla con voz baja —si pudiera darnos una mesa con vista a los canales.
El mesero asiente con la cabeza y los lleva a una mesa se encontraba el la esquina de la parte del patio con vista a los canales ,adornada con velas y un ramo de jazmines de noche .Les deja las cartas de el menú las cuales tenían diseños distintos la de el un traje y la de ella un vestido.
—Llamen cuando hallan elegido que pedirán —dice y se retira para atender a otros invitados.
Ambos se encuentran leyendo la carta del menú cuando entonces ella levanta la visita a el chico y comienza a reírse no tan alto para no molestar a los demás.
—Tengo curiosidad por saber que ocasionó que pudiera ver tan linda sonrisa dime ¿Qué te causo risa? —bajando la carta al nivel de la mesa tornado una mirada dulce hacía ella.
—No nada -dice entre risas —te vez bien en traje jajaja aunque la vestimenta informal tampoco te queda mal.
—Deberías de verte a ti no te queda nada mal ese traje de boda —dice en tono de broma ya riéndose por la contagiosa risa de la chica —me dan ganas de pedirte matrimonio jajaja.
—Que descarado de tú parte sería que me pidieras matrimonio —dice siguiendo con su broma —ni siquiera me has dicho tú nombre y ya piensas en pedirme matrimonio jajaja.
—Bueno el que nada arriesga nada,no se ganan los mejores premios sin esfuerzo y ya que yo deseo el premio mayor debo de lanzarme con todo lo que tengo —Haciendo le gestos al mesero para que viniera.
El mesero termina de atender a otros invitados y se acerca a ellos con una vasija con agua —¿Ya saben qué pedirán?
—Si, ya lo sé.
—¿Usted bella dama ya sabe qué pedirá? —Inclinando se hacía ella, lanzando desde sus ojos marrones una mirada cálida y nostálgica.
—Si yo también se que pediré pero ya que lo veo tan osado y sin miedo al peligro le dejo a usted la elección —Lo dice en un tono como cuando tus amigos te retan un desafío casi imposible.
—Okey pero si acierto no podrás preguntar como es que lo sé ¿entendido? —pregunta de una manera juguetona aceptando el desafío.
—Esta bien pero si fallas tendrás que decirme tú nombre que ya demasiado misterio te está rodeando ahora—toma el vaso con agua y bebe un poco.