Dreo era uno de esos chicos que había ingresado a la Orden precedido por los apellidos que llevaba, mismos que le habían granjeado la antipatía de algunos de sus compañeros debido a que estaban al tanto de la norma por la que los descendientes directos de alguno de los fundadores de la Orden eran aceptados para ingresar sin rendir el primer examen, y aunque aquello en realidad no era mucho, a algunos les parecía una injusta ventaja. Sin embargo, antes de que finalizase el año de entrenamiento, ya todos tenían muy claro que Dreo Samuel Douglas era algo más que un nombre y que no solo era poderoso, sino extremadamente peligroso.
Aparte de lo anterior y si bien sus compañeros de promoción aprendieron a respetarlo y en muchos casos a admirarlo, hubo también muchos cuya antipatía creció, aunque en este caso tenían motivos para ello, pues Dreo era una amenaza con las chicas.
En opinión de algunas, Dreo no era tan apuesto como Elijah o como Brendan, pero sin duda lo era, pues si bien el muchachito aquel se había avenido a tener los ojos del violeta Douglas y el cabello negro azabache como todos sus parientes, había heredado casi íntegramente las facciones McKenzie, y era bien sabido que aquellos individuos eran sumamente apuestos, en lo único que difería de sus tíos maternos era en la sonrisa que era idéntica a la de Danny, pero por lo demás era tan McKenzie como el que más incluido su desquiciado comportamiento como solía decir Daira.
No obstante, aquel año Vladimir, los gemelos en sus dos versiones, Elijah, Brendan y lógicamente sus amigos, estaban auténticamente preocupados, porque, aunque el comportamiento de Dreo no había variado a lo largo de toda su vida, sus relaciones amorosas se habían convertido en un escándalo público, y como sus víctimas actuales difícilmente podrían alegar inocencia, él, que nunca se había mortificado en realidad, ahora siendo un hombre, menos aún. Sin embargo, el motivo para que sus parientes estuviesen tan angustiados era que Eve había terminado la escuela ese año e ingresaría a la Orden, de manera que en cuanto comenzase a escuchar y a ver como estaban las cosas con Dreo, comenzaría a arrancar cabezas y posiblemente la de él estaría incluida, pero aún sabiendo todo esto, el incordio aquel era simplemente incapaz de preocuparse ni siquiera sabiendo que a partir de ahora su vida estaría en franco peligro. A pesar de todo lo anterior, no sería Dreo el protagonista del primer drama amoroso de aquellas vacaciones.
Samantha y Giulian habían discutido mucho acerca de la conveniencia de celebrar los habituales cumpleaños del 21 de diciembre que incluían los de las trillizas, el de ella y su hermano, y el de Aria, porque en su opinión las cosas no estaban nada bien en su mundo y le recordó lo sucedido el día del cumpleaños de los gemelos, las gemelas Haider y de él mismo, pues habían tenido que abandonar la cena cuando fueron alertados de un ataque en zona Firbolg. Sin embargo, Giulian había insistido en que de ninguna manera iba a dejar a sus hijas y a Aria sin una celebración adecuada así el mundo estuviese cayéndose a pedazos.
Una vez resuelto aquello, Giulian se había ido derecho a buscar a Brendan, pues aunque el chico había estado en diversas oportunidades en Averdeen, apenas se había quedado el tiempo suficiente como para tranquilizar a sus padres en el sentido de que estaba bien. El día de la última juramentación, Giulian había intentado conversar con él, pero después del acto y cuando fue a buscarlo, el chico ya se había marchado. Giulian había montado en cólera y la había emprendido en contra de Dan, pues siendo que habitualmente Brendan trabajaba con ellos dos, pensó que Daniel lo había enviado a algún lugar sin participárselo, pero como no había sido así, sino que Brendan se había marchado pues Jonathan lo estaba esperando, no le quedó más alternativa que esperar.
No obstante, y aunque le había dicho que no podía faltar al cumpleaños de sus hermanas, decidió que mejor se aseguraba de ir él mismo por él.
El afán de Giulian aparte de querer tener a su hijo en casa, era que, aunque lógicamente ya habían salido del trámite legal del banco, él quería hacerle otra entrega muy especial.
El chico así lo hizo y luego de pasar por la desagradable sensación de la desmaterialización guiada por otro, se encontraban ante una edificación fortificada.
Brendan abrió mucho los ojos y los volvió hacia la construcción. Aquel era un lugar legendario para los miembros de la nueva generación, pero ninguno había estado allí.
Avanzaron por el sendero, atravesaron el puente y subieron las escalinatas de entrada. Giulian colocó la mano sobre la puerta y esta se abrió. Comenzaron el recorrido por el lugar y el asombro de Brendan era enorme, porque según lo que había escuchado, aquel lugar había quedado completamente en ruinas después del último ataque, pero lo que estaba viendo era un hermosísimo Castillo lleno de objetos que delataban no solo el buen gusto, sino la posición de su dueño.
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Editado: 28.11.2023