Para los que aman está prohibido no luchar por el ser amado o renunciar a la felicidad por miedo
Zoran siempre había sido un chico silencioso pero muy atractivo, y a medida que había ido creciendo, ese atractivo se había acentuado notablemente. Tenía el cabello castaño oscuro y largo, mucho más que Brendan o los gemelos, y unos ojos azul oscuro que recordaban un océano profundo. Ahora a sus diecisiete años, al igual que sus amigos era asediado por las chicas, pero suponiendo que los tuviese, sus amoríos no tenían la característica de escandalosos como los de sus amigos. Zoran solía recordar que su primer amor había sido Samantha Cornwall, en estos momentos podía recordar eso y reírse, pero estaba seguro de que si los hijos de ella se hubieran enterado, lo habrían matado. Sin embargo, aparte de que era su madrina por elección propia, sentía un enorme respeto, una gran admiración y un cariño sincero por ella. Él se llevaba bastante bien con todos los chicos de la familia que lo habían aceptado en la misma, pero la mayor cercanía seguía teniéndola con Gemdariel, pero esa noche en particular se encontraba en una situación muy incómoda. De las trillizas, Gamariel era la del carácter más explosivo e impredecible, también era posesiva, celosa y con una arrogancia y altivez que habría puesto orgullosos a sus antepasados nemhaims. A diferencia de Galadriel y Gema que querían a los suyos pero sin absorberlos, Gamariel reclamaba atención absoluta de todos, fueran sus padres, sus hermanos, sus primos o sus amigos. Por eso esa noche al ver que Zoran estaba siendo objeto de una insistente atención por parte de una de sus amigas, y que Gema no parecía dispuesta a impedirlo, se enfureció. De modo que dejando plantados a los chicos con los que había estado conversando, caminó hacia donde estaban Zoran y la chica.
Zoran miró a la trilliza desconcertado y se preguntó que se traería entre manos, pero Gamariel ignorando olímpicamente a la acompañante del chico, lo tomó por un brazo y se lo llevó a la pista. Una vez allí enlazó sus brazos alrededor del cuello de Zoran y a él no le quedó más remedio que sujetarle la cintura y comenzar a bailar con ella. Gamariel le sonrió y él experimentó la conocida sensación de vacío en el estómago acompañada de una feliz ausencia de pensamientos. Sin embargo, se obligó a reaccionar. El sabía perfectamente lo que estaba sucediendo, la sangre que corría por las venas de casi todas las mujeres de esa familia, podía poner en serio peligro la cordura de un hombre. Ya había experimentado aquello en presencia de Denielig, las trillizas, la madre y la abuela de éstas, pero ciertamente nunca había sido la víctima directa de un ataque de aquella naturaleza a sus sentidos, de modo que tenía mucho mérito el que hubiera podido conservar la cordura.
Después de analizar brevemente la situación y recordar todo lo que había recordado con relación a Samantha, Zoran sintió deseos de reír. Habría podido hacer realidad su fantasía infantil, ya que las trillizas eran tremendamente parecidas a su madre, aún cuando el sello Cornwall fuera muy visible en ellas, pero comprendió que aquello aparte de haber sido una estupidez que pondría en riesgo su amistad y el cariño que sentía por esa familia, era prestarse al juego de una niña caprichosa fuera cual fuere el objetivo de ésta. Así que tan sutilmente como le fue posible retiró los brazos de la trilliza de su cuello y le sonrió.
Si la intención de Zoran hubiera sido molestarla, definitivamente habría escogido el mejor método, porque Gamariel lo miró con deseos de asesinarlo y dándole la espalda se marchó. Zoran aprovechó de salir de la pista y caminar en dirección al lago, hacía un momento que había visto a Brendan salir en esa dirección, después de lo que le pareció a Zoran una discusión con Galadriel, solo que éste no había visto a la trilliza caminar tras él. Se olvidó de Gamariel y se concentró en Brendan. Llevaba ocho años conociéndolo, Brendan había sido uno de los primeros en aceptarlo y nunca se había metido con él. Zoran estaba al tanto de que las trillizas adoraban a sus hermanos, pero en el caso de los dos mayores, era una cuestión exagerada. Sin embargo, tal vez por el carácter tranquilo, silencioso y observador de Zoran, también notó con prontitud que si bien Brendan amaba a sus hermanas, lo que sentía por Gali era completamente diferente. Zoran había hecho su descubrimiento y nada había dicho, porque en cualquier caso no le correspondía a él meterse en aquello, pero no podía evitar pensar y así fue como Gema supo que él también lo sabía, y aunque ella tampoco podía hacer nada, sí había hablado mucho con él de eso y ambos llevaban ya un tiempo viéndolo matarse estudiando y ahora trabajando, solo para no pensar en su hermana. Por todo lo anterior y a pesar de estar consciente de que nada podía hacer por ayudarlo, al ver que iba en aquella actitud que gritaba su desesperación, obedeció al impulso de ir tras él, pero cuando estaba por llegar se detuvo bruscamente. ¿Realmente aquello estaba sucediendo? Estaba a punto de dar marcha atrás cuando vio a Brendan alejarse de Galadriel y caminar a toda prisa en dirección a las puertas que daban acceso a la casa. Pensó que probablemente no sería sensato atravesarse en su camino en aquel momento, de modo que retrocedió escondiéndose tras un arbusto, pero al ver la cara que llevaba Brendan decidió seguirlo, aunque dándole cierta ventaja antes de alcanzarlo.
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Editado: 28.11.2023