Arzhaelíes y krigers habían comenzado a llegar y se dirigían a toda prisa hacia el salón principal de Arx. Los dos pares de gemelos y Eurielle, pertenecían al grupo más reciente de krigers, de manera que una vez que Darien, que había sido el que se había alzado con la mayor puntuación y tenía a su cargo la jefatura de su destacamento, hubo pasado rápida revista, fue a reunirse con sus parientes al igual que Vladimir que había llegado junto con Jonathan.
Esto obedecía a que no lo veían desde el día de la juramentación y el chico presentaba un aspecto desaliñado, lo que hablaba a voces de unos días muy movidos.
Antes de que pudiesen decir nada más, vieron llegar a Iván en compañía de Samantha y Mael, pero si se habían preocupado por el aspecto de Vladi, al menos en el caso de Eurielle y Lizzy ahogaron una exclamación al ver a Mael.
Pero mientras ellos discutían, Lizzy sentía que algo muy afilado se hundía en su pecho, porque aparte del estado en el que se encontraba Mael, él venía de la mano de Samantha. Lizzy siempre había sabido lo que sentía Mael por su tía y era algo de lo que había hablado mucho con Elijah antes y después de su descubrimiento, pero una vez que había aceptado lo que sentía con respecto a él, cada vez que los había visto juntos y aun sabiendo que no había ni habría nada entre ellos nunca, porque su tía en verdad amaba a Giulian, igual los celos la atacaban con saña. En los últimos años no había sucedido, porque Mael casi nunca venía a Arx o a casa, y si lo había hecho ella no lo había visto, de manera que verlo ahora después de tanto tiempo y precisamente de la mano de Sam, le hizo un daño atroz.
El comentario obedecía a que ella no lo había notado, pero las lágrimas caían a raudales de sus ojos, así que se apresuró a limpiárselas justo en el momento en el que Armel pedía atención, así que ellos fueron a ocupar sus lugares, pero mientras lo hacían, vieron que hacían su entrada los berserkers.
Aunque sabían que aquellos individuos eran muchos más de los que el ciudadano común imaginaba, ellos tenían un trato más o menos directo con unos veinticinco a los que tenían bien identificados, de manera que se sintieron muy curiosos, especialmente las féminas, al ver al sujeto que había entrado al lado de Thorheld, porque era la primera vez que lo veían, pero aparte de eso, su mirada tenía una particularidad, pues todos sintieron que los miraba en forma directa y eso era lógicamente imposible.
Thorheld sabía que era inútil discutir con aquel muchachito, igual que lo era intentar que se vistiese de un modo más acorde con lo que aquellas personas estaban acostumbradas a ver, y efectivamente una vez libres de aquella mirada, comenzaron a reparar en el atuendo que consistía en un sencillo pantalón, una camisa que más parecía una antigua cota de mallas o simplemente estaba muy agujereada, unas botas de montar que le llegaban casi a las rodillas y un pesado abrigo de pieles; pero lo que más llamó la atención de algunos de los presentes, fue que de su cuello colgaban dos o tres collares con símbolos extraños. De modo que, en conjunto, aquel personaje resultaba como mínimo, pintoresco.
Una vez que todos, otra vez estuvieron ubicados en sus lugares, Iván autorizó a Armel para que diese la información.
En esta ocasión sí fue audible la exclamación que salió de varias gargantas. Lizzy se aferró al brazo de Dreo hasta casi hacerle daño, mientras que Derian tuvo que sujetar a Eurielle, porque pensó que iba a caerse de su silla. En el caso de los padres y tíos de los chicos, Daira y Elar aferraron los brazos de un muy pálido Urs; Amy se había llevado las manos al pecho.
Diandra, Aderyn, Gail y Danny, habían girado las cabezas en forma sincronizada hacia su hermana y Mael, pero estos parecían extrañamente los más serenos de la concurrencia, lo que al menos a ese grupo, los tranquilizó.
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Editado: 28.11.2023