Los arzhaelíes se hallaban en la sala de juntas, y aunque se les había dicho que los berserkers estaban rastreando a los chicos, ya la angustia de las madres de las criaturas comenzaba a ser inmanejable cuando entró un kriger a toda prisa y se acercó a Iván.
No había terminado de decirlo cuando ya todos corrían hacia fuera, por supuesto Iván, Gail y Mael fueron los más veloces, pero Samantha se había desmaterializado arrastrando a su padre que era el que tenía más cerca en ese momento.
La materialización del grupo en esta ocasión había sido menos brusca y todos estaban sobre sus piernas, de modo que Elijah se agachó para levantar a Arianell mientras que Ian y las gemelas se preguntaban qué hacer con Ethan que seguía sin despertar, cuando escucharon la exclamación de Sam.
Iván que había llegado casi al mismo tiempo que Sam, estaba haciendo un rápido inventario visual cuando sus ojos se encontraron con su reflejo y quedó paralizado. Eve había corrido hacia él y ahora estaba empujándolo en dirección a Nat.
Nat estaba casi tan estático como Iván, y presumiblemente ambos estaban pensando lo mismo, es decir, en los ochos años de ausencia y de dolor, porque de ambos pares de ojos comenzaron a desbordarse esos ocho años de sentimientos reprimidos o postergados. Nadie tuvo oportunidad de ver en realidad cuando se habían movido, y lo próximo que sus ojos captaron fue el abrazo que unía a padre e hijo.
Mael y Samantha que estaban al lado de Elijah y una vez que dejaron de verlos, se volvieron hacia Elijah que tenía una sonrisa en los labios.
Aunque Elijah era mucho más afectuoso con sus padres que los gemelos Cornwall, por ejemplo, se sintió muy incómodo, pero no pudo decir nada al respecto, porque en ese momento se acercaban corriendo los McKenzie.
Danny y Diandra se habían arrodillado al lado de Ethan y quien estaba dando las explicaciones del caso era Zidan, así que una vez finalizadas las mismas, los Douglas le pidieron a Ian que llevase a su hermano a la enfermería mientras ellos se acercaban a saludar a Nat, algo que en realidad nadie había podido hacer aún, porque el chico seguía en brazos de su padre. Sin embargo, Iván alcanzó a pensar en Elar y se separó un poco de su hijo, aunque era la última cosa que quería hacer.
No obstante, ni siquiera alcanzaría a abrazarla, porque Elar había estado mirándolo con una mano en la boca y otra en el pecho mientras Amy y Waleska la sostenían, pero en cuanto el chico posó sus ojos en ella y le habló, la pobre mujer perdió el sentido. Delos se apresuró a detener la caída y luego se la entregó a Iván que juzgó más conveniente pasar a la sala de juntas y todos se dirigieron hacia allá. Una vez allí, Iván reanimó a Elar que en esta ocasión sí pudo abrazar a su hijo.
Pero las lágrimas en los ojos de su hijo hicieron a un lado el horror y solo quería consolarlo mientras que Nat estaba transmitiéndole a su padre las escenas de lo sucedido y que lo habían hecho dudar de él. Iván sintió una violenta ira en contra de Ruslam, pero al igual que Elar, hizo eso a un lado por la urgente necesidad de asegurarle a su hijo que no era culpable de nada y que solo había sido víctima del maestro del engaño. Sin embargo, había otra pena que nada de lo que le dijeran iba a hacer que Nat se sintiese menos culpable, de manera que después de un rato con sus padres, miró hacia donde estaban los McKenzie y se encaminó hacia allá.
Aquella había sido una situación muy difícil, porque en cuanto pasó la primera impresión, los arzhaelíes notaron la presencia de dos vampiros y enseguida convocaron unas estacas de espino, pero Zidan, Erskin y Gema se interpusieron en el camino cerrando filas delante de Iker e Izek.
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Editado: 28.11.2023