Durante los tres meses siguientes, las cosas dieron un vuelco inesperado. Por un lado, Sam literalmente se bebió tantos libros como pudo, superando en horas de biblioteca a Aderyn y a Mael. Pero a pesar de que pasaba gran parte de su tiempo libre en la biblioteca, sus charlas con Will se redujeron al mínimo. Si él lo echaba de menos o no, no se sabía, porque nunca dijo nada, se limitaba a que la chica tuviese un servicio de té siempre a su disposición, y contestaba las ocasionales preguntas que le hacía.
Giulian y Jonathan salieron y volvieron en varias ocasiones. Vlad estuvo un par de semanas, pero Iván llevaba meses sin aparecer.
Tres hechos de igual naturaleza, aunque con diferentes protagonistas, fueron los que marcaron el fin de una etapa y el inicio de otra.
En una de las clases de Alquimia y dándose cuenta el profesor que Danny y Gail como de costumbre, estaban haciendo estupideces en lugar de prestar la debida atención, fueron castigados a quedarse al final de la clase. De modo que Mael se marchó con las chicas.
Los cuatro rieron y continuaron su camino, pero antes de llegar a la puerta por la que accedían a la otra parte del Castillo, Denis Bishop, uno de sus compañeros de clase, y no muy apreciado debido a la prepotencia con la que sus padres trataban a todo el mundo, hizo que se detuvieran.
Si Aderyn estaba sorprendida, mucho más lo estaban sus amigos y su prima, quien mucho menos discreta que los demás, la miró con cierto brillo de picardía.
Hasta allí todo habría estado muy bien, pero como siempre y sustentando la teoría del caos, las variables hicieron la diferencia.
En el camino Diandra fastidió tanto a Sam, que ésta acepto ir a merendar con ellos, y el profesor de Alquimia fue requerido por Endering, de modo que se contentó con enviar el doble de deberes a los chicos, prometiendo que, si no los tenían listos para la próxima clase, estarían castigados hasta navidad, por lo que Sam y los demás se sorprendieron al verlos de regreso tan pronto.
Pero, aunque Sam y Mael le habrían sugerido no decirlo, era mucho esperar eso de Diandra.
Como era de esperar, tanto Gail como Danny se pusieron de pie de inmediato y ambos miraron con ira a Mael.
Mael había intentado darle alcance a Gail y lo consiguió cuando ya casi llegaban a la salida.
Si bien era cierto que Mael habría podido emplear su fuerza, no quería hacerle un daño innecesario a su amigo, aunque personalmente pensaba que se lo merecía. Entre tanto, Diandra iba corriendo tras Danny, riñéndolo.
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Editado: 25.09.2022