Arzhvael (libro 4. Nueva Vida)

Cap. 16 No puede ser

 

Giulian estaba acostado en su cama mirando al techo. Tenía grabado a fuego cada detalle de los momentos que pasó con Sam en los jardines hacía unas horas y estaba profundamente decepcionado de sí mismo. Había estado a punto de hacerle el amor a su ahijada, una chica que hasta hacía muy poco veía como su hija y que podía ser su hija ¡Por todos los cielos! ¿En qué clase de monstruo se había convertido?

Sam en cambio estaba profundamente dormida con ese sueño satisfecho de la mujer que se siente enamorada.

Giulian se levantó antes del amanecer, no tenía caso seguir intentándolo, no iba a poder dormir y de cualquier manera ya había tomado una decisión. Se dio una rápida ducha, se vistió, arregló unas cuantas cosas y bajó al salón. Le escribió unas breves notas a Iván y a Dan, y después de pensarlo mucho le escribió otra a Sam. Subió apresuradamente y abrió con sumo cuidado la puerta de la habitación de la chica y entró. La contempló un momento y se obligó a desviar la mirada. Dejó la nota sobre la mesita, volvió a mirarla, se inclinó y depositó un suave beso en aquellos labios que lo habían hecho perder la razón, pero la escuchó suspirar murmurando su nombre y sintió que perdía mucho más terreno del que había ganado, de modo que se apartó rápidamente y salió sin mirar atrás.

Todos los habitantes de Averdeen despertaron tarde ese día, ya que la fiesta se había prolongado bastante. Amy fue la primera en bajar y como supuso sus hijos aún no habían despertado o por lo menos no habían bajado aún. Se quedó mirando por la ventana un buen rato hasta que sintió que Iván se acercaba.

  • Buenos días, Iván –  lo saludó y luego se dio vuelta
  • Madrugadora como siempre – dijo él acercándose y dándole un beso
  • Encontraría eso sumamente sospechoso si no fueses mi amigo –  dijo Dan y ellos sonrieron
  • ¿Qué milagro de te hizo salir de la cama? –  preguntó Iván con sorna – Después de Giulian, eres el sujeto menos dado a levantarse a una hora decente
  • Algunos necesitamos dormir, no todos tenemos tus ventajas, así que deja de criticar mis hábitos de sueño – contestó él acercándose a su esposa – Buenos días amor

Uno de los Nisser apareció mientras Amy estaba sirviéndole café a su marido y le entregó un sobre a Dan e inmediatamente él escuchó: No la abras y vamos al estudio. Dan era entre otras cosas un arzhaelí bien entrenado, de modo que no demostró sorpresa alguna, se guardó el sobre con rapidez y le sonrió a Amy cuando ella se volvió y le entregó la taza.

  • ¿Ya desayunaste? – le preguntó ella a Iván cuando él dijo que iría a revisar algunas cosas
  • No, pero esperaré a Sam, es una vieja costumbre – dijo sonriendo al ver la cara de sorpresa de Amy
  • Amor enseguida regreso, hay un par de asuntos que quiero hablar con este individuo – dijo Dan y ambos marcharon – ¿Y bien? – preguntó en cuanto estuvieron solos
  • Lee la nota

Dan extrajo el sobre, lo abrió, leyó el breve contenido y elevó los ojos hasta los verdes que lo observaban con atención. Iván esperaba obtener una información que no llegó, porque Dan estaba tan sorprendido como él.

  • De modo que no lo sabes tampoco
  • Esto debe ser una broma, no iría a ningún lugar sin mí – estaba diciendo y de pronto cambio el tono –   Deja de hacer eso, necio.
  • Lo siento, pero no he olvidado que ustedes dos son peligrosos por separado y juntos son una bomba de tiempo – dijo Iván con una sonrisa

Desde siempre cuando Iván quería saber en qué andaban aquellos dos irresponsables, utilizaba el mismo método, pero era evidente que Dan no sabía nada en esta ocasión, lo que solo aumentó su preocupación.

  • Voy a ver a Eowaz – estaba diciendo Dan
  • Espera – lo atajó Iván – ¿Qué le diríamos a Amy?  Piensa, hará preguntas que ninguno de los dos puede contestar

Aunque Dan no estaba muy convencido, regresó junto a su esposa y se sentaron a desayunar, al poco rato bajaron Danny y Gail, los saludaron y se sentaron a desayunar con ellos.

Sam despertó se desperezó en la cama y se levantó. Se baño, se vistió y ya estaba por salir cuando vio la nota de Giulian en la mesita.

Princesa, eres muy importante para mí. Esto no puede ser, perdóname.  

                                                                                                 Giulian

Sam trató de asimilar lo que acababa de leer y cuando lo hizo sintió que el suelo acaba de desaparecer bajo sus pies.

Danny dejó de comer súbitamente, sintió un vacío en el estómago y que todo giraba a su alrededor, pero no lo asoció a su hermana, mientras Amy lo miraba alarmada.

  • ¿Qué te sucede? – le preguntó
  • No lo sé, de pronto me sentí mareado.
  • Seguramente anoche te excediste con lo que bebiste, conozco esa sensación. Come algo y ve a descansar otro rato – le sugirió su padre

Sin embargo, Gail lo miraba con atención.

  • No bebiste tanto como para sentirte así – dijo el chico con preocupación
  • Tal vez no esté acostumbrado – aventuró Amy
  • Créeme Amy, he visto a este individuo consumir cantidades indecentes de alcohol y…
  • ¿Cómo? – lo interrumpió ella más alarmada aun
  • Cuando Sam y Mael desaparecieron – aclaró Gail
  • Lo siento mamá, eso era un intento inútil para no pensar, lo sé – reconoció el chico
  • El asunto es que nunca lo afectó, de modo que esto no es por lo que hayas bebido anoche, que entre otras cosas no fue mucho – insistió Gail




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