Cap. 31 Esta chica quiere volverme loco
Casander observaba a los Douglas y a sus amigos, pero sin acercarse, y pudo ver claramente cuando después de su enfrentamiento con Lery, Giulian besaba a Samantha no precisamente como lo haría un padre, y por un momento se sintió como un estúpido. Siempre tuvo razón después de todo y solo esperaba que aquel hombre la hiciera feliz.
Dan y Amy salieron en la noche, porque tenían ganas de divertirse un poco, de modo que Giulian y Sam quedaron solos en la casa. Tomaron una cena ligera y se sentaron frente a la chimenea. Sam se acurrucó en los brazos de Giulian y le dio un beso.
- ¿Debo suponer que ya no estás molesta? – preguntó desafiando su suerte
Sam lo miró y él se sorprendió, esperaba ver ira en sus ojos pero lo que vio fue… ¿duda?
- ¿Qué sucede princesa?
- Quería preguntarte algo.
Se aprestó a escuchar, pero su sorpresa aumentó en cuanto la escuchó.
- ¿No me dejaste dormir contigo por las razones que me diste, o porque no… porque no soy lo bastante buena para ti?
Giulian la miró boquiabierto durante unos segundos y a Sam que estaba interpretando erróneamente su silencio, se le llenaron los ojos de lágrimas antes de continuar.
- Ya sé que no tengo mucha experiencia, en realidad ninguna, y tú en cambio…pues…
- ¡Sam! Sam escúchame – interrumpió antes de que siguiese por ese camino – ¿De qué hablas? Lo que estás diciendo es un absurdo ¿Acaso has perdido el juicio?
- Es que tú… bueno… ya sabes estás acostumbrado a chicas más… ¿hábiles? Tal vez, después de todo, te dieras cuenta de que en realidad no me amas… no sé…
- ¡Por todos los Dioses, Samantha! – dijo con exasperación – Tú podrías darle clases de lo que es ser mujer a cualquiera de esas chicas.
Aunque aún tenía lágrimas en sus ojos, una sonrisa comenzó a formarse en sus labios.
- ¿Lo dices solo para no hacerme sentir mal o…?
- ¡Lo digo porque es cierto! Sam, todo lo que te ha dicho tu madre de mí es verdad, he sido un desastre con las chicas, hubo una época de mi vida en que las coleccioné como trofeos. Sé que a la última cosa que yo habría podido aspirar, era a amar y a merecer una mujer que me entregara su primera vez a mí y que lo hiciera por amor.
Sam le echó los brazos al cuello y siguió sollozando, pero ahora lo hacía de felicidad.
- Princesa yo te amo y nada va a cambiar eso.
La besó tiernamente, pero eso solo podía ser el principio, siempre perdía el control con aquella pequeña criatura que lo había hechizado, así que terminaron haciendo el amor sobre la alfombra del salón y cuando recuperó algo de lucidez, se alegró mucho de que sus amigos estuvieran fuera. Tendría que hacer algo con aquella particular debilidad.
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La segunda semana comenzó y cuando estaban en el comedor, Sam se llevó una sorpresa inesperada.
- Hola Samantha – dijo una voz extrañamente familiar
En el momento en que se volvió, sus ojos se abrieron desmesuradamente por la sorpresa.
- ¿Qué… cómo… pero…? – no podía completar una frase, y eso la fastidió mucho.
- No me di cuenta la vez anterior de que tuvieras problemas de lenguaje – rio divertido el chico
- No tengo problemas de lenguaje – dijo irritada
- Ahora sí te pareces más a ti
- ¿Samantha? – preguntó Dan
- Sí, lo siento – se disculpó Sam – Ellos son mis padres, mis hermanos y mis cuñadas – dijo señalándolos – y él es Jared
- Un placer conocerlo señor Douglas – dijo extendiéndole la mano, y miró por un tiempo ligeramente mayor a Amy – Jared, Jared Konstantin – dijo dándoles la mano a todos.
Sam aún no lo podía creer, de modo que…
- ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me dijiste que eras un arzhvael también?
- No estás siendo muy amable ¿De veras quieres que te conteste eso ahora?
- Pues claro – dijo frunciendo el entrecejo
- Ya veo que no has perdido tu mal genio – dijo burlón – De acuerdo, no te lo dije porque creo recordar que te encontrabas digamos que un tanto… ¿frágil? – Sam enrojeció pero él continuó – Además ¿Para qué iba a decirte algo que ya tú sabías?
Ya Danny había perdido la poca paciencia que lo caracterizaba y no le agradaba aquel individuo.
- ¿De qué habla? – preguntó mirando a su hermana
- De que tu hermana estaba huyendo de algo o de alguien cuando la conocí y solo quise ser delicado – dijo – Pero como no quiero seguir interrumpiendo me retiro. Nos veremos seguido Samantha.
- No si yo puedo evitarlo – pensó Mael mirando al sujeto y grabando cada detalle de su persona
La mente de Sam trabaja frenéticamente, ciertamente ella había estado segura de eso, pero lo que menos esperaba era encontrárselo aquí. Seguía sin saber si le agradaba o no, pero por lo pronto había sido directamente desagradable. Todos miraban a Sam como esperando una explicación y ella decidió que lo mejor era la verdad, después de todo no había motivos para ocultarla.
- Lo conocí cuando me fui de… vacaciones – dijo escuetamente