Mientras Giulian había estado en el hospital y más específicamente al día siguiente de su ingreso, Mael le había informado a Sam del estado de Enid, de modo que ella había dejado a Giulian que aun pasaba mucho tiempo dormido, en compañía de Jonathan y había ido con Mael a verla. Cuando entraron a la habitación se sorprendieron al ver a Armel allí, pero obviando eso, Mael le presentó a los padres de Enid y ellos la trataron con la misma cordialidad que lo habían tratado a él, ya que sabían perfectamente de quién se trataba y que Enid les tenía mucho aprecio a todos ellos. Más temprano habían estado a verla también Gail y Aderyn en compañía de la esposa del gemelo de aquella chica.
Mientras Mael conversaba con los señores Llyn, Sam se había acercado a la cama y en forma silenciosa se había comunicado con Armel, siendo informada por éste del delicado estado de la elfa.
Sam sintió un enorme dolor al verla en aquellas condiciones, aparte de Aderyn y Diandra, Enid había sido su única amiga de verdad en Develieng, y aunque llevaban un tiempo sin verse, ella siempre había intentado mantenerse en contacto. Enid abrió los ojos y sonrió débilmente cuando vio a Sam.
Sam no tuvo ninguna dificultad en ver que ella estaba pensando que tal vez eso no podría ser nunca, y más alarmante aun le pareció el hecho de que estuviese pensando que en realidad no tenía motivos para seguir viviendo, de modo que tomó una decisión.
Sam sonrió y luego miró hacia donde estaban los padres conversando con Mael. Él se interrumpió a mitad de una frase y se giró al sentir su mirada.
Aunque a los Llyn les sorprendió la extraña petición y no teniendo motivos para negarse, se dispusieron a salir. Armel también iba a hacerlo, pero Sam se lo impidió.
De manera sucinta y silenciosa, le explicó lo que estaba sucediendo y a pesar de la sorpresa, él asintió. Aunque en realidad Sam no habría tenido problemas en hacer aquello sola, decidió apoyarse en Armel, porque no estaba muy segura de estar en condiciones de hacerlo después de haber hecho algo parecido tan recientemente. A pesar de que Enid no estaba en condiciones tan precarias como había estado Giulian, en este caso contra lo que tenían que vérselas era contra su propia consciencia, por lo que pensó que Armel podía resultarle de mucha ayuda. Independientemente de las capacidades de Sam, aquella decisión resultó acertada, ya que entre ambos realizaron un insuperable trabajo de canalización que daría los resultados esperados. Después de eso Sam se despidió de Enid, pero le prometió volver y en efecto lo haría a diario hasta que la elfa abandonase el hospital.
Una vez que Sam se marchó en compañía de Mael y antes de volver a la habitación, Elerig miró a su esposo con expresión de extrañeza.
Lejos estaban de saber aquellas buenas personas que Mael casi se había dejado la vida en el proceso para lograrlo.
Al día siguiente de la visita de Sam a Enid, Armel fue a la habitación de Giulian y después de interesarse por la salud del individuo, le dijo a Sam que Daira le había informado que los efectos del veneno habían comenzado a revertirse y ya se veía cierta mejoría. Sam se alegró mucho y abrazó a Armel muy contenta, pero no pudo haber escogido un peor momento para hacerlo, porque por un lado Giulian abrió los ojos para encontrarse con la nada agradable imagen, y por el otro, fue justo el momento que escogió Garlan para ir a ver a Giulian, cosa que por cierto había estado evitando.
De más está decir que Giulian estaba a punto de infarto escuchándola, y Garlan que no se había movido de la puerta, miró a Armel con ira, se hizo a un lado para dejarlo pasar y después miró a Giulian.
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Editado: 29.01.2023