Arzhvael (libro 8. Razas)

Cap. 3 Familias

 

Amrod Faelvir, señor de los elfos de Ylwyn, tenía tres hijos varones y dos hembras. A saber, Aenor que era el mayor y padre de Alcarin y Elladan; Gilraen que era a su vez padre de Liosberi; Tasartir el menor de los varones y padre de Iriael; y por último estaban Nessa y Aredhel las dos hembras, pero mientras Galdor Tinuviel, el esposo de Nessa, se había negado a enviar a sus hijos a Develieng, ya que era de los que se negaban a tener relaciones más estrechas con las otras razas que poblaban su mundo, Cíndar Irglorin, el esposo de Aredhel, a pesar de no estar especialmente conforme, no se había opuesto a que su hijo Caliel fuese enviado a Develieng.

Erestor, Valandil e Ireth, eran sobrinos de Amrod, hijos de Gorman Linwer y Amelir, la hermana de Amrod, pero a pesar de que estaban más lejos de la línea de sucesión, eran los que se comportaban con más arrogancia. Ellos habían crecido conscientes de su importancia dentro de su comunidad, pero bien mirado, sus primos lo eran mucho más, aunque esto no generaba en ellos celos ni resentimiento de ninguna clase, pero tampoco hacía que se comportasen de forma más humilde. Por la condición antes mencionada, Erestor tendría un desayuno muy desagradable, primero porque Alcarin fue debidamente informado de lo sucedido entre Valandil y Alexander Ditznik, de manera que delegó en Erestor, que era el mayor de los Linwer, advertir a su hermano de la inconveniencia de seguir buscándose problemas con los Arzhvaels.

Como cabía esperar esto descompuso el ánimo de Erestor, primero porque no le gustaba que Alcarin defendiese tanto a aquellos tales, pero tampoco podía desobedecerlo, y segundo, porque lo enfurecía que su hermano se hubiese dejado apalear por un par de individuos no solo Arzhvaels, sino menores que él.

  • ¿Se puede saber qué demonios sucede contigo, Valandil?
  • ¿Por qué?  --  preguntó el chico con extrañeza
  • Alcarin acaba de decirme lo sucedido a primera hora, imbécil  -- y sin dejarlo hablar continuó él  --  Esto es vergonzoso, son menores que tú
  • Erestor, estás siendo injusto, primero porque la diferencia de edad es solo de un año, y segundo porque no voy a ir por ahí comportándome como un salvaje, no es eso lo que nos han enseñado
  • ¿Acaso te educaron para dejarte apalear? Eres un Faelvir y…
  • Soy un Linwer al igual que tú, y harías bien en no olvidarlo  --  lo interrumpió Valandil ya harto
  • No creo que a nuestro padre tampoco le haga mucha gracia saber que uno de sus hijos se comporta como un necio  --  Valandil decidió que ya había tenido suficiente, pero Erestor lo sujetó por un brazo  --  Alcarin ordenó que dejases en paz a los Arzhvaeles, pero si me entero que no obedeciste e igual sigues haciendo el tonto con Gailard y encima te dejas fastidiar de nuevo, personalmente me encargaré de que entiendas lo inconveniente de esto último 

Valandil era tan arrogante como sus hermanos, pero mucho menos violento que Erestor, de modo que, si bien seguía interesado en Meilyr y ciertamente no pensaba renunciar, porque a su juicio él tenía mucha más oportunidad que ninguno de sus parientes, ya que Meilyr era una elfa, trataría en lo posible de no buscarse problemas con Ditznik.

El otro asunto que casi le produjo indigestión a Erestor, fue que cuando estaba comiendo, en un momento determinado miró a su hermana y al verla distraída y no hablando hasta por los codos como solía hacerlo, siguió la dirección de su mirada y fue cuando se le revolvieron los apellidos y la sangre se le fue a la cabeza. No obstante, Alcarin e Iriael estaban uno frente a él y el otro a su lado, de modo que si hacía o decía algo inapropiado tendría muchos problemas, así que se controló lo mejor que pudo, pero alejó su plato y esperó a que su hermana terminase de comer, y en cuanto se levantó, él hizo lo mismo. Una vez fuera del comedor y del alcance de las miradas de sus primos, sujetó a la chica apartándola de su grupo de amigas.

  • ¿Qué sucede?  --  preguntó ella
  • Te irás ahora mismo a tu habitación, Ireth y no saldrás de allí hasta la hora de la comida  --  le ordenó y la chica abrió los ojos con desmesura
  • ¿Por qué me estás castigando?
  • Por estúpida, y como yo ciertamente no lo soy, no intentes engañarme
  • Erestor…
  • ¡Cállate y obedece!

Ireth sabía que no tenía alternativa, porque Erestor no solo era su hermano mayor, sino que era varón e independientemente de su edad, ella estaba en la obligación de obedecer, pero al menos quería saber la razón por la que estaba siendo castigada.

  • ¿Podrías decirme solo por qué?  --  preguntó
  • ¿Crees que soy ciego o imbécil?  --  preguntó él a su vez  --  Vi cómo mirabas al engendro, así que te sugiero utilizar el tiempo para pensar bien las cosas, porque si vuelvo a sorprenderte mirándolo de esa forma, te juro que te enviaré a casa y puedes estar segura que papá sería capaz de sacarte los ojos antes de permitir que volvieses a ver a ese salvaje nunca en tu vida.
  • ¿Estás loco? Yo no…
  • No te creo  --  la interrumpió él
  • No me has dado oportunidad de decir nada
  • ¿Para qué? ¿Para que me mientas?
  • El hecho de que tú estés perdiendo tu orgullosa cabeza por la muchachita esa, no significa que…
  • ¡Cállate y vete a tu habitación ya!




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