Arzhvael (libro 8. Razas)

Cap. 7 Unos y otros

 

Jonathan no recuperó el conocimiento hasta la mañana siguiente, y no le informaron acerca del accidente de Arianell hasta un día después, algo que demostró ser juicioso dada la reacción, ya que Giulian y Mael, empleando la fuerza éste último, tuvieron el penoso trabajo de impedirle levantarse. Dado que Jonathan no tenía ninguna oportunidad en contra de Mael, hirió dolorosamente los oídos de su amigo con toda la variedad de insultos conocida

  • Pierdes tu tiempo, Jonathan, porque no vas a salir de esa cama hasta que los Läkares no lo juzguen conveniente  --  le dijo Mael con paciencia mientras Jonathan seguía con su rosario pero sin poder moverse, ya que le habían colocado un conjuro al ver que no había posibilidades de razonar con él
  • Y aunque resulta muy instructiva tu elección de calificativos, ya que algunos no los conocía, si sigues gritando voy a suprimir no solo tus movimientos, sino tu voz también  --  le dijo Giulian
  • ¡Son unos…!
  • ¡McKenzie!  --  intervino Daira entrando en ese momento a la habitación  --  Tus gritos se escucharían con facilidad al otro lado del mundo  --  dijo mirando luego a los otros dos  --  Supongo que se lo dijeron
  • ¿Cuándo pensabas decirme lo que le sucedió a mi hija?  --  vociferó Jonathan al verla entrar
  • Cuando pudieses moverte y no tuviésemos que soportar tus gritos  --  dijo ella con calma

Jonathan era normalmente el individuo más simpático y bromista de la Orden, se metía con todos incluida su mujer que era quien solía gritarlo o sacudirlo dependiendo del caso, pero en aquel momento Giulian y Mael tuvieron la clara impresión, aunque un tanto absurda, de que si no hubiese estado firmemente sujeto habría reaccionado en forma muy violenta en contra de Daira, entre otras cosas, porque sus usualmente alegres ojos semejaban en aquel momento dos filosos puñales azules y posiblemente si Mael no hubiese tomado la sana decisión de silenciarlo como había amenazado Giulian, con toda seguridad habría dicho cosas de las que iba a arrepentirse mucho con posterioridad. Seguramente Daira no habría hecho nada drástico en su contra, porque ella mejor que nadie sabía que cualquier cosa por mínima que esta fuese, pero que afectase a sus hijos, hacían reaccionar a Jonathan de la peor manera y era por esto que se había negado a decirle nada, aun así, Mael consideró más oportuno silenciarlo, y aunque Jonathan seguía moviendo los labios, ya no podían escuchar sus barbaridades.

Cuando vieron que se había calmado un poco, levantaron el conjuro que le impedía hablar y Daira le explicó con detalle lo sucedido, de manera que de la preocupación pasó a la ira jurando arrancarle los miembros al desdichado de Jörgenssen.  Mael que había ido en cuanto había recuperado la visión, y había obtenido un completísimo informe por parte de su hijo, agregó los pormenores acerca de la paliza que le había dado Liosberi a Jörgenssen.

  • ¿Y quién demonios es Liosberi?  --  preguntó  --  Y más importante aún ¿dónde estaban nuestros chicos?
  • Liosberi es… --  Mael había hecho una pequeñísima pausa considerando lo que le había dicho Elijah acerca de aquel pequeño sujeto  --  es un elfo amigo de Aria  --  completó en forma delicada y que lo comprometiese poco  --  En cuanto a los chicos, estaban muy preocupados asegurándose del estado de Aria y Nat que como ya te explicó Daira, resultó herido también intentando evitar la caída de Aria.

Aunque lograron que se calmase, tres días después cuando Paul dio su consentimiento para que abandonase el hospital, lo primero que hizo y como todos sabían que sucedería, fue irse derecho a Develieng, y sin pedir permiso se presentó en la clase donde se encontraba su hija interrumpiendo la misma sin ninguna delicadeza.

  • ¡Papi!  --  había gritado la niña al verlo y corriendo hacia él

Endering que era con quien tenían clase los de primer año, había cerrado los ojos con resignación al ver al grupo de Arzhaelíes que había irrumpido tan inopinadamente en el aula, ya que Giulian y Mael habían ido con Jonathan para asegurarse que en realidad no fuese a desmembrar a Jörgenssen después de ver y abrazar a su hija. Como cabía esperar, las trillizas también corrieron primero hacia su padre y luego hacia sus tíos al igual que Eve y Lyseryd, mientras que Iker y Nathaniel se acercaron con más calma.

  • Lamento mucho la interrupción, Endering  --  se disculpó Mael  --  pero no tuvimos oportunidad de avisar
  • Descuida, tratándose de quien se trata no esperaba menos  --  dijo ella y luego se dirigió a Jonathan  --  Señor McKenzie, me alegra verlo mejor, pero le agradecería que desalojase el aula  --  y antes de que Jonathan le saliese con una de las de él, de esas que en su tiempo de estudiante le había valido más de un castigo, agregó  --  Todos aquellos que se apelliden McKenzie, Natchzhrer o Cornwall pueden abandonar la clase

Los niños recogieron sus mochilas y salieron muy contentos mientras sus compañeros miraban boquiabiertos a los Arzhaelíes. Durante el receso todos los niños pudieron verlos, y aunque sabían que Jonathan estaba mejor por los informes diarios que les enviaban, se alegraron muchísimo de verlo con sus propios ojos.

En cuanto abandonaron la escuela marcharon directamente a Arx, pues Iván los estaba esperando para escuchar el informe de Jonathan y Urs. Cuando llegaron ya se encontraban todos reunidos en la sala del concejo.

  • ¡Vaya!  --  exclamó Dorila  --  Hasta que finalmente nos hacen el honor  --  dijo en forma cáustica




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