El mal humor de Garlan aumentó en varios grados cuando la traslúcida figura de Iván apareció frente a él ordenándole más o menos la misma cosa que Mael, y si bien podía haber tenido la intención de no prestarle atención al último, definitivamente terminaría en un calabozo si no obedecía a Iván, de modo que todos los Krigers que estaban en Arx pagaron la vajilla rota, pues el humor de Garlan se tradujo en los más endemoniados e innecesarios ejercicios durante toda la tarde.
Finalmente Garlan se había sentado a la orilla del pequeño lago a la hora de la puesta de sol cuando se suponía debía estar alistándose para salir, y lanzaba piedras en forma distraída al centro de la masa de agua cuando su vista periférica captó movimiento y giró la cabeza. Hacia él avanzaban Armel, Jason, Waleska, Iwerd y Philip, de modo que se puso de pie pensando que había sucedido algo.
Dicho esto, se volvieron y comenzaron a alejarse, pero Garlan se incorporó de nuevo mirándolos con sospecha.
Garlan maldijo por lo bajo y pensó que aquellos sujetos estaban exagerando, porque una cosa era que Mael estuviese en lo cierto y otra muy distinta que una vez al tanto del asunto él fuese lo bastante imbécil como para no estar alerta, así que no veía necesidad de todo aquello.
La mayoría tuvo dificultades para disimular la risa al ver la expresión de Garlan, pero tuvieron el buen juicio de no hacer ni decir nada al menos de forma inmediata, pero pasados unos minutos se hartaron.
En parte ella tenía razón, y la tenía porque era un secreto a voces que Garlan babeaba por las trillizas Cornwall, si bien era posible que estuviese en guerra permanente con los padres de las criaturas, con respecto a las niñas era otro asunto. Sin embargo, si por una parte ciertamente él quería ver a las niñas, no le entusiasmaba mucho pasar tanto tiempo en un lugar que encontraba realmente peligroso y siempre había preferido ir por las trillizas y llevárselas de paseo a un lugar más seguro como su propia casa, porque tampoco era que fuese cargando con ellas por ahí.
El Arzhaelí los miró mal, pero entró al edificio donde estaban los dormitorios mientras que Waleska se volvía con expresión tormentosa hacia sus compañeros.
Todos la miraron con una expresión que estaba a medio camino entre la burla y la incredulidad. En los casos de Armel y Philip habían conocido a Garlan prácticamente toda la vida, ya que eran amigos desde los siete años y sabían que el término pobre no le cuadraba a Garlan por ninguna parte. Jason no podía estar más en desacuerdo con Waleska, ya que Garlan había sido su instructor, y aunque Jason pertenecía a la promoción de Jonathan McKenzie y eran los que habían tenido la oportunidad de fastidiar más no solo a Garlan, sino a todos los instructores debido a que Jonathan en sí mismo era una peligrosa amenaza, no por eso había olvidado lo miserables que les hizo la vida Garlan en aquella época. Iwerd por su parte también conocía bien a Garlan, porque había sido su instructor, y aunque nadie mejor que él sabía de la destreza del individuo, ya que había sido Garlan el encargado de su instrucción personal debido a la habilidad de Iwerd, nunca había conocido a nadie tan insoportable como él. Y en el caso de Waleska, por algún motivo desconocido para todos, siempre había sentido debilidad por aquel portento de arrogancia y mal carácter, y lo había defendido a capa y espada desde que había entrado a la orden en calidad de aspirante, y de hecho individuos como los gemelos Cornwall, solían decir que Waleska había perdido su rubia cabeza por el necio aquel. Ese comentario les había valido a Vlad y a Giulian un severo castigo impuesto por Leomer, que para mala suerte de los gemelos los había escuchado, y aunque les endilgó un sermón mortalmente largo y aburrido en opinión de los angelitos, donde les decía entre otras muchas cosas que sin duda ellos habrían olvidado incluso antes de que terminase de decirlas, que Waleska no solo era su superior y le debían respeto, sino que de ninguna manera ella albergaría semejante sentimiento por un alumno. Sin embargo, aquel par de incordios seguiría pensando lo mismo toda su vida y obviamente no dejarían de fastidiar a Garlan por el mismo asunto, de manera que a pesar de que Waleska era una versión femenina de Iván en cuanto a tranquilidad, siguió peleándose, y todavía lo hacía, con todos aquellos que hablaban mal o se metían con el pobre Garlan.
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Editado: 24.05.2023