Arzhvael (libro 8. Razas)

Cap. 15 Investigaciones y algo más

 

Una vez que Mael y Alaric habían abandonado Arx, se habían ido directo a Kelten, tardaron un poco en localizar a la chica que buscaban, pero después que Alaric hizo unas discretas averiguaciones con su acompañante de la noche en cuestión, se fueron a buscar a la otra.

  • Mucho lujo para la dependiente de una tienda ¿no?  -- dijo Mael cuando llegaron al conjunto residencial
  • En principio tendría que estar de acuerdo, pero nosotros vivimos de un modo que no es acorde con nuestros ingresos
  • Tú y yo no dependemos de nuestros ingresos 
  • Tal vez ella tampoco -- dijo Alaric y Mael le dispensó una de esas miradas que incomodaban a todo el mundo  --  De acuerdo, Cadfan no es un apellido vestido de dinero antiguo, pero bien podría…  --  pero hizo silencio en forma repentina

Esto se debía a que ambos habían percibido el movimiento. Si bien se respiraba el lujo y la zona en sí hablaba de montones de dinero, la casa no era muy grande y ellos pudieron percibir sin problemas la actividad, de modo que Mael aguzó su oído y unos minutos después se comunicó con Alaric en forma silenciosa.

  • Hay cuatro personas allí dentro, Cadfan y tres hombres -- le informó -- Sellamos el perímetro y luego entramos
  • Entendido -- respondió Alaric

Ambos lanzaron una barrera lo bastante potente como para que aun suponiendo que los ocupantes de la vivienda tuviesen intenciones de escapar y mucha habilidad para deshacerla, esto representase un serio problema difícil de superar.

  • La amabilidad no va a sernos útil  --  le transmitió Mael a Alaric y el chico estuvo de acuerdo, así que rodeó la vivienda
  • En posición  --  le avisó a Mael
  • Bien, ahora

Mael derribó la puerta principal de una patada mientras que Alaric con un poco más de elegancia hizo saltar la puerta trasera con un rayo destructor.

En opinión de Mael, aquellos debían ser unos Arzhvaels extraordinariamente ineptos, ya que sus caras reflejaban auténtica sorpresa, lo que le indicaba que no habían percibido su presencia ni de forma mínima.

  • Buenas tardes -- saludó Mael como si hubiese ido a tomar el té

Los tres sujetos se llevaron las manos a los bolsillos cuando escucharon la voz de Alaric.

  • Suponiendo que quieran conservar sus manos, yo en su lugar las dejaría quietas -- advirtió el Arzhaelí y la chica reconoció su voz
  • ¡Alaric!  --  exclamó y él se limitó a hacer un leve gesto con la cabeza

Los tres sujetos se habían girado para encontrarse con los azules y casi burlones ojos del Arzhaelí que estaba indolentemente recostado del marco de la puerta que daba acceso al salón, pero a pesar de que no se veía especialmente amenazante, su Skik denotaba su condición al igual que la de su compañero, de manera que por muy necios que fuesen aquellos fulanos, sabían que no tendrían muchas oportunidades de hacer nada.

  • ¿Qué significa esto, Alaric?  --  preguntó la mujer  --  ¿Por qué irrumpen de este modo en mi casa?  --  pero quien le contestó fue Mael
  • Nos gustaría hablar un momento con usted  --  le dijo haciéndole al mismo tiempo un gesto para que tomase asiento   --  Por favor  --  insistió indicándole un sillón

Ella pareció dudar, pero finalmente se sentó mientras que los tres hombres parecían no saber muy bien qué hacer. Sin embargo, Bethwyn escuchó a Alaric reír con diversión y giró la cabeza.

  • No se cuáles sean sus talentos si es que tienen alguno, pero creo que la inteligencia no se cuenta entre los mismos -- pero luego con algo más de seriedad se enderezó y dio un paso hacia ellos que parecieron encogerse  --  No señores, no podrán ir a ninguna parte de momento, así que les sugiero ponerse cómodos mientras puedan
  • Alaric…
  • Señorita Cadfan  -- la interrumpió Mael  --  ¿Cuál es su interés en Garlan McEwan?  --  disparó desconcertando a la chica
  • Pues… me invitó y pasamos una agradable velada
  • ¿Está segura de eso? Porque ayer no se veía usted muy contenta
  • ¿Ayer?
  • Sí, ayer cuando le dijo que era el peor individuo que había conocido
  • Y lo es, porque no me dijo que estuviese casado y menos aún que tuviese una hija  --  dijo ella con expresión de disgusto

Mael se acercó a ella y sentándose en la mesita de centro apoyó los codos sobre sus rodillas y se inclinó hacia delante clavando sus ojos en los de ella. Los tres hombres se removieron inquietos e incluso uno dio un paso hacia delante.

  • Eh, eh  --  lo detuvo Alaric apuntándolo con su Athame  --  Mala idea  -- y el individuo quedó paralizado mientras Mael seguía concentrado en los ojos de la chica
  • Intentas decirme que no tienes idea de quién es la mujer a la que viste ayer ¿no?
  • Pues evidentemente su esposa  --  contestó ella
  • Buen intento, Beth  --  le dijo como si fuesen viejos amigos y estiró la mano sujetando su rostro  --  el problema es que tu mente está gritando otra cosa y vas a decirme ahora mismo qué quieres con ella
  • ¡Nada!  --  exclamó la chica
  • Bien, como quieras  --  dijo él poniéndose de pie  --  Toda tuya  --  dijo mirando a Alaric que avanzó hacia ella




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