Arzhvael (libro 8. Razas)

Cap. 24 Preocupaciones

 

Ivania Dervel era una bonita Arzhaelí nacida en Francia a quien Samantha y sus hermanos habían conocido durante su período de entrenamiento, pero habían perdido el contacto en cuanto éste había finalizado, ya que Ivania había sido transferida a Alemania. Sin embargo, desde su regreso las chicas habían reanudado la relación y al menos en los casos de Diandra y Aderyn, hacían los mayores esfuerzos para que Mael le prestase alguna atención a la joven Arzhaelí.

  • Creo que perdemos el tiempo, Aderyn  --  le dijo Diandra a su prima  --  estoy segura de que vendrá, porque después de todo también es amiga de Sam, pero el cachorro es el ser más necio del mundo y…
  • ¿Qué?  --  preguntó Samantha que venia entrando al salón  --  ¿Por qué llamas necio a Mael?  --  agregó con expresión de disgusto

Diandra y Aderyn se apresuraron a explicarle, porque sabían que todos podían meterse con todos, pero que Mael era intocable para Sam, y en realidad para ellas también, además de que especialmente Diandra, solía ser mucho más violenta que Samantha, y si escuchaba algo que la disgutara con respecto a Mael, el infortunado hablador podía terminar en el hospital. No obstante, la explicación pareció gustarle menos aún.

  • ¿No han aprendido nada después de tantos años? ¿No les bastó todo lo que hicieron e intentaron con Enid?  --  les preguntó  --  El amor no puede fabricarse y lo saben, así que dejen a Mael en paz, chicas

Elijah normalmente se desconectaba de los ruidos y voces a su alrededor, y aunque aun estaba muy joven y evidentemente todavía no poseía la destreza de su progenitor para aislarlos completamente, lo conseguía bastante bien. Sin embargo, había dos cosas que no podía evitar, una era el escuchar a su madre y la otra el sentir sus estados de ánimo, máxime si éstos cambiaban en forma brusca. De manera que, aunque no había prestado atención en un principio, porque la voz de Samantha siempre estaba allí pero sin perturbarlo, en cuanto experimentó su malestar dejó el libro que estaba leyendo y salió a toda velocidad de su habitación llegando al lado de su madre cuando ella finalizaba lo que estaba diciéndole a las chicas.

  • ¿Me buscabas, cielo?  --  le preguntó Sam en cuanto el niño llegó a su lado y sujetó su mano
  • Sí  --  contestó él  --  ¿Me acompañas?  --  le preguntó y Sam le sonrió abandonando juntos el salón

Mientras caminaban hacia el jardín, Elijah iba pensando en lo que había escuchado y preguntándose por qué su madre se había molestado tanto. Él estaba a punto de cumplir once años, y aunque se consideraba a sí mismo como un sujeto inteligente, no había logrado entender qué era lo que había sucedido entre sus padres, y por algún motivo no se había animado a preguntárselos. Unos días antes de su séptimo cumpleaños, Mael le había explicado algunas cosas con relación a su raza, entre las que figuraba el hecho de que un berserker se enamoraba solo una vez y generalmente a muy temprana edad, aunque no necesariamente debía ser así. Personalmente, Elijah consideraba este asunto como muy problemático y agradecía a los dioses que no le hubiese sucedido teniendo en cuenta cómo le había ido a su padre. Sin embargo, Mael también le había dicho que, si bien seguía amando a su madre, no lo hacía de la misma forma; esto le resultaba algo confuso y terriblemente injusto a Elijah, porque si solo podían enamorarse una vez, por el camino corto eso significaba que su padre no podría amar a nadie nunca más.

No obstante, él había relegado ese asunto a un rincón de su mente y procuraba no pensar en ello, pero la reciente actitud de su madre lo había hecho salir flote y lo había confundido, porque como para él era evidente que Sam amaba a Giulian, no entendía por qué tenía que molestarle el hecho de que su padre tuviese una novia.

  • ¿Elijah?

La voz de Sam lo sacó de sus pensamientos y se dio cuenta que casi estaban a la orilla del lago.

  • ¿Cielo estás bien?  --  preguntó ella con cierta nota de preocupación
  • Sí, solo… pensaba  --  le contestó
  • ¿Y puedo saber en qué?  --  le preguntó sentándose cerca de la orilla
  • Mamá… ¿qué sucedió entre papá y tú?  --  preguntó después de pensarlo unos segundos  -- Es decir, ¿por qué dejaste de quererlo?

Por mucho que Sam hubiese intentado ocultar su repentina alteración, y lo hizo, y aunque tenía el entrenamiento suficiente como para hacerlo con éxito, con Elijah tenía el mismo problema que tenía con Danny, con Mael y con Garlan, aunque en menor grado con este último, así que apenas había terminado de hablar, Elijah se sintió muy mal.

  • Perdóname mamá, no debí preguntar eso y no tienes que contestarme  --  se apresuró a decir y seguidamente acarició su rostro  --  Estoy agradecido de que se hayan querido lo bastante como para darme la vida y nada más debe importarme

Si Sam se había alterado con la pregunta, aquello la hizo sentirse decididamente miserable, y el hecho de que ver a Elijah era como ver a Mael, aunque en aquel momento los ojos de su hijo, eran reflejo de los suyos, la mirada dulce era la de su padre. Elijah solía comportarse con ella como lo hacía Mael, es decir, siempre parecía tener la necesidad de protegerla cuando al menos en el caso del niño, quien debía brindarle protección era ella. No obstante, no pudo decir ni hacer nada, porque en ese momento se presentó Mael y a todas luces venía preocupado.

  • Nena, Elijah  --  dijo mirándolos a ambos y haciendo un rápido examen visual  --  ¿Sucede algo?  --  preguntó al final
  • Lo siento papá, es mi culpa  --  dijo Elijah  --  estuve fastidiando a mamá
  • Cielo eso no…
  • No me hagas sentir peor diciendo que no es así, mamá  --  la interrumpió él  --  ¿Puedo marcharme?




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