Cuando los alumnos de Develieng regresaban a sus casas, partían a primera hora de la mañana y arribaban cerca de las seis de la tarde. Sin embargo, en esas ocasiones y desde el amanecer, Giulian tenía verdadera prisa por irse y Sam a duras penas podía sujetarlo hasta mediodía, de manera que siempre llegaban con mucha antelación a la terminal. No obstante, sucedía todo lo contrario cuando los niños debían marchar de nuevo a la escuela como estaba ocurriendo aquel día.
El mensaje de su mujer hizo que Giulian arrugase el entrecejo, pero también que se diese prisa por bajar y cuando lo hizo, miró mal a Sam y sujetando las manos de sus hijas se encaminó al Dver con aspecto de querer golpear a alguien.
Aquel día la terminal ya estaba muy concurrida cuando ellos llegaron y enseguida los amigos de los chicos comenzaron a acercarse, entre los que venían los elfos y Sam le lanzó una mirada de advertencia a Giulian cuando éstos se acercaron a sus hijas. Sin embargo, Garlan era otro asunto y envió a Iriael a paseo cuando intentó acercarse a Gema.
El chico se disculpó y se marchó muy apenado, después de lo cual Gema se volvió hacia su padrino con muy mala cara.
Pero Garlan parecía haber dejado de escucharla y tanto Samantha como Daira que eran las que estaban escuchando, pensaron que en realidad el individuo tenía aspecto de estar muy enfermo mientras Gema seguía exponiendo sus razones.
Sin embargo, Garlan siguió sin contestar y en lugar de ello se enderezó y comenzó a alejarse. Sam se acercó a Gemdariel y tomó su mano mientras le transmitía un urgente mensaje a Daira.
No obstante, la Arzhaelí le hizo un apresurado gesto negativo con la cabeza y gesticuló un yo no, para luego girarse hacia donde estaba Jonathan.
Entre tanto el mencionado padrino había llegado hasta el grupo de elfos y había puesto la mano sobre el hombro de Iriael que ahora se volvía con expresión de extrañeza.
De todos los Faelvir, Iriael era quizá el más tranquilo después de Alcarin, era amable, sosegado y muy simpático, pero este individuo seguía siendo un Faelvir, príncipe de su raza y ciertamente poco acostumbrado a aceptar de buenos modos ser amenazado o maltratado de ninguna forma, de manera que la expresión de extrañeza se tornó en una de fría y profunda ira al escuchar a Garlan.
Ya Alcarin se había movido con la intención se intervenir, pero en cuanto Garlan terminó de hablar, les dio la espalda y se alejó, de manera que Alcarin sujetó a Iriael por un brazo y lo apartó del grupo.
La expresión de Alcarin se tornó pétrea y su primo debió entender que había cometido un serio error, porque inmediatamente se disculpó.
#7041 en Fantasía
#1558 en Magia
enredos amorosos familia amigos, berserker elfos vampiros, criaturasmagicas persecucion
Editado: 24.05.2023