Iván llegó al edificio del concejo de estado y ya todos los arzhaelíes estaban reunidos esperándolo para recibir nuevas órdenes, ya que habían sido informados por Dan y Jonathan de lo sucedido.
Aun estaban distribuyendo las asignaciones cuando se presentaron Loeiz y Gwier. Después de agradecerles su rapidez, Giulian fue enviado junto con Urs a avisar a Ruslam que estaba justo donde había dicho.
Los arzhaelíes regresaron al edificio y Garlan aun discutía con Iván.
Todos notaron la tensión del arzhaelí y lo entendían, de modo que no dijeron nada más y cada quien marchó a su puesto mientras Iván y Dan se dirigían a la sala del concejo. Después de saludarlos a todos, Iván estaba hablando con Peter cuando todos los terminales nerviosos de su cuerpo se tensaron, de manera que no necesitaba del aviso de Danny para saber que Ioan había llegado. A pesar de los años que habían pasado desde la última vez que había estado en presencia de su padre, la sensación no había variado en nada. Si bien Peter no notó nada de forma inmediata, Dan sí y giró la cabeza hacia la puerta que unos minutos después del aviso de Danny, se abrió dando paso a los dos individuos.
En el momento que Ioan hizo su entrada, las respiraciones parecieron suspenderse. Salvo Dan e Iván, ninguno de los presentes conocía a Ioan, de modo que lo miraban con una extraña mezcla de emociones y nadie prestó atención al Svartálfar que venía con los recién llegados.
Naturalmente la imponente estatura de Ioan fue lo primero que llamó la atención, porque, aunque conocían a Iván y más recientemente al conde Vadik, Ioan los superaba a ambos, aunque no por mucho a Iván. Ioan tenía el cabello bastante largo y lo llevaba suelto, pero lo que realmente paralizaba era su helada mirada, misma que en aquel momento estaba paseando alrededor de la mesa. Otra cosa que llamó la atención de los presentes, fue que por algún motivo inconciente esperaban ver a un individuo mayor sabiendo como sabían que tenía cientos de años, sin embargo, aparentaba poco más o menos la edad de su hijo que a su vez no parecía tener más de veinticinco o treinta años como mucho.
En ese momento Peter pareció recobrar la voz y el movimiento poniéndose de pie, siendo imitado por todos menos por Iván que siguió sentado.
Ioan ignoró el saludo de Peter y solo parecía interesado en la única persona que no lo estaba mirando.
Todas las miradas estaban fijas en Iván, ya que todos lo conocían bien y les resultaba sumamente extraño escucharlo dirigirse a alguien de aquella manera, pero por encima de eso, encontraban que hacerlo con aquel individuo era casi suicidio. No obstante, Ioan no había perdido la media sonrisa que había en sus labios desde que había llegado.
Iván sabía que Ioan reía poco, y que la expresión que tenía en ese momento era la habitual en él, y aquellos que lo veían, siempre pensaban que estaba burlándose de ellos, algo muy probable en opinión de Iván, ya que el sentido de superioridad de aquel sujeto dejaba muy atrás al de Bastian y eso ya era decir mucho. Sin embargo, después de escucharlo y de mirarlo quizá por espacio de unos cuantos segundos, Ioan rio de veras con lo que los delegados sintieron el súbito deseo de correr, ya que, si bien sus colmillos no estaban extendidos, lucían como puntiagudos trozos de marfil que hablaban a gritos de su condición y de sus años.
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Editado: 24.05.2023