Arzhvael (libro 9. Alianzas)

Cap. 36 ¿En casa?

 

Después que Iván abandonó Develieng marchó a Valaquia. Él sabía que Ioan naturalmente no estaba allí, pero solo quería tomarse un momento para tranquilizarse, porque si bien los niños se habían comportado de forma admirable, eso no había hecho más fácil la despedida, pues Iván sabía que posiblemente aquella sería la última vez que los vería. Entró al castillo Lorzii y después de un brevísimo recorrido por el mismo en el que evitó cuidadosamente su habitación para que el dolor que sentía al haber dejado a Elar no entorpeciese lo que tenía que hacer, entró al salón, se sentó cerrando los ojos y procedió a efectuar la transición. Aquello era algo que Iván había hecho pocas veces en su vida y más que todo lo veía como una técnica que solo empleaba para analizar cuestiones de trabajo, ya que implicaba separarse de su lado más humano para sacar los sentimientos de la ecuación y poder pensar o actuar con la fría calma que le otorgaba su sangre vampírica. Una vez alcanzado aquel estado neutral, abandonó Lorzii y se dirigió a Einödriegel.

Si alguien no necesitaba de un guía para encontrar el castillo de Rejett ese era Iván, así como no necesitaba de un permiso para entrar a él, algo que sabían los que custodiaban sus puertas.

  • Fenség  --  dijeron los guardias al verlo avanzar

Sin embargo, él no devolvió el saludo y no se sorprendió de que no intentasen detenerlo, porque no había un vampiro en toda la faz de la tierra que no supiese quién era él, así como sabía que ninguno de ellos tenía el derecho a tocarlo siquiera a menos que fuese por órdenes de Ioan. Avanzó por los desiertos corredores concentrándose en ubicar a Ioan, pero mientras lo hacía lo primero de lo que fue conciente fue de la fuerte concentración de energía negativa que al haberse desprendido de su lado humano no le producía la desagradable sensación de estar atravesando una corriente helada y que era la que experimentaba la mayoría de las criaturas que no pertenecían al mundo de las sombras.

Iván había considerado en primer término entrar y sacar a los niños de allí, pero luego y con algo más de calma, se había dicho que él solo no podría contra individuos como los Vadik, los Nekrasov o los Borgrevik que pertenecían a las familias más antiguas, de modo que no era por aquel camino y era como había llegado a la conclusión de que la única oportunidad que tenía era entregándose él mismo. Antes de llegar al salón, Iván sintió la presencia, pero no se detuvo y continuó.

  • Iván
  • No tengo ningún interés en hablar contigo  --  dijo
  • ¿Qué te he hecho para que me odies tanto?
  • No te odio, simplemente no me interesa si vives o mueres

Escuchar a Iván hablar en aquellos términos y a una mujer, era insólito, pero ella no pareció incomodarse por ello. Varynka Nekrasov era una vampiresa a la que Iván había conocido siendo niño y con la que Ioan había planeado unirlo en cuanto tuviese la edad apropiada. Sin embargo, tal y como había dicho, no sentía absolutamente nada por ella, no la odiaba como había sugerido ella, pero tampoco ninguna simpatía como no la sentía por ningún miembro de su raza.

Varynka por su parte y a diferencia de Iván, sí había querido aquella hipotética unión, así que cuando Ioan había echado a sus hijos de Einödriegel, ella había montado en cólera, algo que casi le había costado la cabeza a su hermano Vladik y que había terminado con el encierro de la chica, aunque nada de esto último lo sabía Iván. La vampiresa lo vio alejarse y un segundo después escuchó a su hermano.

  • No fue antes y no será ahora Varynka, no busques que nuestra madre vuelva a encerrarte
  • Pereyti k Niflheim, Vladik [1] --  dijo con ira

Dicho esto, desapareció mientras que Vladik, de forma muy parecida a Ruslam, pensaba que el regreso del príncipe solo traería problemas.

Entre tanto Iván que no se había detenido ni un momento, había llegado al salón principal.

  • Vaya, vaya es agradable verte ataviado casi como corresponde, kis  --  escuchó que decía Ruslam

El comentario obedecía a que Iván se había despojado tanto de su uniforme Arzhaelí como de su Skik y vestía pantalones negros, camisa blanca y no se había molestado en echarse ni una capa encima, pero como no estaba allí para discutir su atuendo, ignoró el comentario.

  • ¿Dónde está?  --  preguntó
  • Eso depende de a quién te estés refiriendo  --  le contestó Ruslam
  • Lo voy a preguntar solo una vez más antes de quitarte la cabeza, Vadik ¿Dónde está?
  • Suponiendo que te refieras a tu padre, en este momento no está disponible
  • Posiblemente no lo esté para los demás, pero sin duda lo está para ti, así que dile que estoy aquí
  • ¿Y eso por qué habría de interesarle?
  • Sabemos que le interesa
  • Si fuese así, estaría aquí ¿O es que lo conoces tan poco como para pensar que él no sabe quién entra a este lugar?  --  pero como Iván no contestó, Ruslam le hizo otra pregunta  --  ¿Qué quieres, kis?
  • Quiero a mi hijo de vuelta
  • Tu padre también quería al suyo, pero eso no sucedió ¿verdad?




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