capítulo 19

Era de tarde, cuando en el cielo en lo más alto, un dragón se encontraba volando.

En su lomo había un humano con cicatrices en su cara, aferrándose en el lomo, el hombre trataba de no soltarse del dragón, y caer al suelo.

Hace unas horas salieron de la ciudad de los dragones.

Ahora se dirigían a las montañas del norte. En donde habitan los orcos.

A penas hace un momento el hombre se pudo estabilizar en el lomo del dragón. Una vez estable, se puso a meditar.

Viendo en sus recuerdos, vio un extraño hechizo que el anciano le dio antes de salir del castillo.

Aunque no entendía este hechizo, pudo saber que era poderoso. En estas horas el hombre estuvo estudiando el hechizo, pero no podía saber el uso de este hechizo, ni como activarlo.

• Oye – el hombre hablo al dragón, pero como estaba en el aire, pensó que no lo escucho – OYE
• ¿Qué sucede?

El hombre escucho una voz en su cabeza - ¿Quién eres?

• Soy yo, ryujin
• ¿ryujin? – el hombre no sabía quién era
• El dragón en donde estas montando
• Lo siento, no se tu nombre
• No importa, que quieres
• Tu abuelo me entrego un extraño hechizo, sabes cuál es – después de mucho intentar no pudo saber cómo hacer que el hechizo funcione. Intento con los medios que el anciano de cara quemada le había enseñado, pero no pudo logra nada.

El dragón no dijo nada, y se quedó en silencio un momento – el hechizo es exitium – el dragón dijo intrigado  

• Si, sabes cómo usarlo
• No – el dragón dijo serio, este hechizo solo era transmitido entre la misma raza de dragones, nunca se imparte a otros. Lamentablemente este hechizo nadie sabía para que se usaba, solo los dragones antiguos lo pudieron usar. Su abuelo una vez le dijo que este hechizo era el más poderoso que existe, pero en todos estos años nunca pudo usar este hechizo. Hasta el día de hoy, no sabía cómo usarlo, por eso se le hizo extraño que se lo haya enseñado a un humano, y también que en este momento ellos eran sus enemigos.
• Que mal – el hombre dijo abatido
• No te preocupes, yo tampoco sé cómo usarlo – ryuji dijo intentando consolarlo, pero estaba algo molesto por la decisión de su abuelo.

Entendiendo poco lo que dijo el dragón, el hombre siguió intentando usar el hechizo, pero lo único que logro fue hacer que su nivel subiera a un grado. Paso de un mago tipo 3 a un tipo 4.

Sintiendo esta subida de nivel, el dragón se asombró, nunca había visto que alguien subiera de nivel rápidamente.

Recientemente vio que este hombre era apenas un mago tipo 3, nunca pensó que subiría tan rápido de nivel. En sus recuerdos, los humanos tardan más en subir de nivel para ser magos, y este hombre solo tiene poco más de 30 años.

De hecho, la conjetura del dragón no es incorrecta, el mago más joven y de mayor nivel, tiene alrededor de 38 años y ya es considerado el más grande de todos.

Por lo general para subir de un nivel a otro mínimo toma hasta 50 años, por eso algunos lores eran más grandes de lo que aparentaban.

Y actualmente, este hombre paso de un nivel a otro como si nada, eso hizo que el dragón se impresionara, y entendiera también porque su abuelo le entrego el hechizo más importante de su raza a este hombre, si no muere antes. Él tiene oportunidad de activar el hechizo, que por muchos siglos ningún dragón había podido usar.

Dos días más tarde se podían ver las montañas, estas montañas que no tenían tanta vegetación, en otras partes de esta montañas también había nieve.

Según su abuelo, los orcos se encontraban en estas tierras.

Hay que decir que este viaje duro alrededor de 3 días, pero que en tiempos normales tomaría llegar aquí 4 meses, aun con vehículos también tomaría tiempo llegar aquí. El dragón había estado volando a una alta velocidad, que hizo, que varias veces el hombre en su lomo estuviera a punto de salir volando lejos.

Después de unos minutos estar buscando a los orcos. Se pudo ver la ubicación de los orcos, estos se encontraban en una aldea no tan grande.

Cuando el dragón estaba bajando, pudo sentir que los orcos aquí no eran los únicos. Buscando entre estas montañas, encontró que debajo de las montañas, y en toda esta tierra había por lo menos más de 3 millones de orcos.

Esto impresiono al dragón en el cielo, nunca pensó que serían tantos. Según en la historia que su abuelo le contaba siempre, la cantidad de orcos en ese momento no ascendía a más de 70, pero ahora eran casi 3 millones, esto impresiono al dragón.

Manteniendo la calma, el dragón bajo al suelo lentamente.

En ese momento los orcos ya lo había notado, pero nadie se acercó, tampoco parecía que fueran a atacarlo.

Acercándose a la aldea, el dragón se transformó en una forma humana.

• Hola – el dragón hablo en idioma de los orcos, pero nadie respondió.

Los orcos solo lo veían con curiosidad.

En ese momento una voz vino de la aldea, era un orco de 3 metros de altura.

• ¿Señor Turín?
• No, mi abuelo se llama Turín, yo soy ryujin su nieto
• Eres el nieto del señor Turín, un placer conocerlo, es un gran honor – el orco dijo emocionado
• No eso, no importa
• ¡escuchen! ¡el nieto de nuestro salvador está aquí! ¡Demos le la bienvenida! – el orco grito emocionado en toda la aldea, pronto del suelo también se escuchó ruido, era obvio que habían escuchado de los dragones, y que estos eran sus benefactores.
• No señor, el placer es mío, lo enviare con mi abuelo
• Tu abuelo
• Si, era el anterior rey orco, ahora yo soy el nuevo rey orco – el orco seguía emocionado al hablar con el dragón. A través de los años, el siempre escucho como un dragón salvo a su bisabuelo de la muerte y a sus familiares, en todos estos años él se negaba a morir por que quería volver a ver una vez más al dragón que lo salvo, y agradecerle de todo corazón una vez más. Por esta razón en todos estos años, el rey orco mostro la apariencia de los dragones, y que si veían a uno tenían que tratarlo con sumo respeto.
• En serio que bien – el dragón esta extrañado con la situación, nunca pensó que sería recibido así.
• Vamos, te llevare a conocer a mi abuelo, bueno a mi bisabuelo, él fue, el que logro hacer que nuestra raza crezca hasta este tamaño
• ¿Qué paso con tu padre?
• Murió, así como mi abuelo
• Lo siento, no importa