Samantha con el lapicero en su mano, pensó un poco en su respuesta, tenía una idea, pero no quería escribirla se le hacía algo macabra, sin embargo miró a su alrededor, estaba solo y nadie la podría juzgar, supuso y escribió en una hoja en blanco “quiero un dedo”.
Samantha dobló la hoja y fue hasta su ventana la abrió lo justo para poder poner su nota, miró rápidamente alrededor en busca de un objeto que sirviera para que su carta no saliera volando con el viento, miro y encontro una figura de un perro, negro, su madre se lo habia regalado no sabia de donde lo habia sacado, pero desde entonces lo tiene sobre una mesita de noche, puso encima la figura y apago la luz y se fue a dormir.
En la mañana miró a su ventana no había nada, Sam se levantó, eran alrededor de las nueve de la mañana, Samantha se quedó en la cama unos minutos, pensando.
Samantha llega a su colegio alrededor de las doce del mediodía, para su sorpresa Sofia había llegado primero.
-Hola Sam - dijo Sofia, mientras que Samantha aun se acercaba.
-Hola, pareces muy feliz.
-Te dije que él iba a responder.
-Tenías razón - dijo Samantha aun sabiendo la verdadera razón del porque Mario en realidad actuaba de ese modo.
-y ¿como la esta pasando tu abuelo?
-Bien, estoy feliz que esté aquí, aunque tuvimos una pequeña discusión.
-¿sobre qué?
-Sobre… - Sam tardó un poco en dar su respuesta - por salir algo tarde, pero no fue nada.
-Bien.
Ambas llegaron al salón de clase, justo cuando iniciaban las clases y todos los alumnos estaban en el aula, pasaron más de una hora y la profesora no llego, todos celebraron porque no estaba la profesora, ya cuando se iban a cumplir las dos horas desde que la profesora no llego, alguien entro al aula, era la rectora del colegio.
La rectora, les dijo que no sabían qué pasó con la profesora, sin embargo ella fue la que se encargó del grupo el resto de la jornada, al final a las cinco de la tarde el grupo salió de clases, en la salida Samantha se despidió de Sofia y fue hasta su casa, en casa se encontró a su abuelo, allí hablaron de su dia.
-Hola Sam.
-Hola.
-¿Cómo te fue en la clase?
-No fue la profesora.
Su abuelo puso una cara de preocupación.
-¿estás bien? - le preguntó Samantha.
-Si.
Sam fue a su cuarto, Se acostó y sin darse cuenta se quedó dormida.
Sam despertó, en la sala estaban su mamá y su abuelo, al parecer esperando que saliera, su madre estaba llorando desconsolada y su abuelo se veía algo furioso, pero decepcionado.
Sam se acercó lentamente.
-¿sucede algo? - preguntó Samantha confundida.
-Samantha ¿por qué encontramos esto en tu cuarto? - dijo su abuelo con uno de los frascos con ojos que tenía en su cuarto.
-eso no es mio.
-¿y por eso tienes un montón de estos debajo de tu cama?
-No es lo que parece.
-mi hija es una asesina - dijo su madre con la voz quebrada.
-no soy una asesina - Samanta empezó a tartamudear - yo no pude haber sido, siempre estoy en casa.
-Samantha no mientas mas.
-yo mantengo aquí, no fui yo - dice Samantha quebrándose en lágrimas.
-No sabemos si te vas en la noche.
-¿En serio creen que fui yo?
De la nada entraron varios agentes de policía apuntando con sus armas, después de que miraron con detenimiento toda la zona todas las armas apuntaban hacia Samantha.
-¡Quieta! - dijo uno de los oficiales.
Se acercó lentamente hasta Samantha le agarró su muñeca y obligó a ponerse de espaldas y puso sus esposas en ellas, la sacó de la casa como si empujara algo inanimado.
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Samantha despertó gritando, habían pasado una hora dormida, Samantha inhalaba y exhalaba tan rápido, la puerta de su cuarto se abrió, su abuelo entró a la habitación alarmado.
-¿qué sucede? - dijo su abuelo.
Samantha simplemente seguía inhalando y exhalando, no respondió a su abuelo.
-¿Sam?
Samantha no respondía, aún no percibe la realidad, ella seguía en su visión, su abuelo la miraba espantado, los segundos se le hacían eternos y no sabia que hacer para que nieta se recuperaba, ni siquiera sabía que le sucedía,
la respiración de Samantha se empieza a normalizar, y unas pequeñas lagrimas salen de sus ojos, parecía ahora sí ser consciente de todo, Samantha miró alrededor y miró a su abuelo, confundida, lo miro un gran rato intentando descifrar que había que estaba pasando.
-¿qué sucede?
-Estabas gritando y vine a ver qué sucedía.
-¿me quede dormida?
-Eso creo ¿estas bien?
-si. solo… - Samantha se quedó callada unos segundos.
-¿tuviste una visión? - preguntó su abuelo.
Samantha dio un gran suspiro, no de frustración, si no más bien de tristeza, seguía tan nerviosa que todavía le costaba pensar que era solo un sueño.
-Si creo que sí - dijo Samantha.
-¿qué sucedía?
-ustedes dos me acusaban… - empezó a llorar - y me llevaban presa.
-calma Sam - dijo su abuelo mientras la abrazaba.
-¿por qué te acusaban?
-Decían que yo era quien había cometido los asesinatos.
-Sabemos que no lo hiciste… ¿Sucedió algo más?
-Llegaba la policía y me llevaba.
-Tranquila no es real
-Gracias abuelo.
- ¿Sucedió algo más?
-no nada mas.
-¿por que te acusaron?
-No lo sé - dijo Samantha mintiendo.
-Tranquila, todos sabemos que no has sido tú.
Pasaron mucho tiempo que para Samantha se sintió muy poco, se sentía segura con su abuelo con ella, todos los minutos fueron silenciosos, hasta que su abuelo cortó este silencio con una pregunta.
-¿te sientes mejor?
-si, gracias.
-iré a hacerte algo de comer.
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Editado: 07.05.2023