Cuando mi cerebro toma poder de mi cuerpo, me doy el valor de empujarlo con todas mi fuerzas, el se tambalea, puedo ver como su pecho sube y baja por la falta de aire, me mira un tanto aturdido por la acción, sus labios hinchados por los furtivos besos que nos dimos, mi corazón late de prisa, mi piel siente el frió de la noche, anhelando el calor de aquel hombre de grisáceos ojos.
-Nunca... nunca mas vuelvas a besarme- el me mira sonriente.
-Se te olvida que entre dos días seras mi esposa, y ni tu ni nadie podrá evitarlo, tu tendrás que cumplir con tus obligaciones por ser mi mujer- el se acerca a mi pero y retrocedo dos pasos.
-Te aborrezco, no sabes cuanto te odi...
-Tu cuerpo no decía lo mismo hace unos segundos- el se acerca mas pero esta vez no retrocedo, el me mira de una manera intensa- te resistas ante mi Perla, tu yo sabemos muy bien la gran atracción sexual que tenemos, ese fuego ardiente que posee, esa gran ferocidad de responder a mis caricias, deja de luchar, deja de negar lo que sientes por mi.
-No me caso, no me pienso casar contigo ni entre dos días ni nunca primero me tiro de la segunda planta antes de unirme a una persona como tu- veo como se enoja, me mira rabioso por mis palabras.
-Eso no pasara, tu eres mía, y si tu te mueres entonces yo te sigo allí, lo comprendes, tu eres y siempre serás mía- voy a replicar pero el me toma con fuerza por la cintura pegándome de nuevo a su cuerpo, sus labios me devoran me prende de una manera atosigadora, toma de mis piernas haciendo subir la pesada tela azul, dejando mis muslos descubierto, me alza a su cuerpo, yo lo enrollo en su cintura mientras retrocede pegado mi espalda al poste de luz del jardín, me besa con tanto fervor anhelo y deseo, sus manos rasposas acarician mi piel, aprieta mi carne, puedo sentir la protuberancia de su entrepierna, sacándome varios gemidos, jalo de su espeso y abundante cabello negro- no sabes cuanto te deseo, lo sientes, y te gusta... te gusta mucho- lo miro con ambrosía y odio, lo odio por hacerme sentir tan vulnerable ante él, nos volvemos a besar, pero unos pasos hacen que nos separemos de inmediato el me deja en el piso mientras yo trato de quitarme este sonroso tonto, lo miro enojada cabreada por sus aberraciones.
-Hermano... Perla- aparece aquella peli negra de ojos grises por aquel jardín, nos mira curiosa y extrañada, Amira sabe a la perfección que no tolero a su hermano, pero lo que sé, que se le hace tan raro, es por la forma errática de nosotros respirar, de mi rostro sonrojado y mis labios hinchados por los furtivos besos de Asim- que sucede aquí- pregunta con el ceño fruncido.
-Nada hermanita, aquí enseñándole a besar a mi prometida- lo fulmino con la mirada, voy a responder pero Amira se me adelanta.
-Si seréis cínico hermano, creo que era demasiada información, vuestros padres los llama, es mejor que valléis adentro antes de que nuestras madres peguen el grito al cielo- puedo sentir lo incomoda que esta, Asim solo se ríe por la cara de Amira, y por la mía, desgraciado troglodita infantil.
-Ya vamos hermanita- responde este, aunque yo ya me estaba encaminando asía la entrada de la casa- Perla no hemos terminado- se queja, no le doy importancia sigo mi camino, al entrar y caminar por el pasillo con los pasos de los hermanos detrás de mí, me pongo a pensar en lo de hace poco, como pude dejar que me besara de esa manera tan personal, si me viera mi abuela Tanay por lo mínimo sale gritando por toda la casa diciendo "haram están cometiendo un haram muy grande, por Allah y el profeta Mahoma" .
Entramos en la sala de estar, todos hablan tan entretenida-mente comen y beben, disfrutando del festín que mi madre hizo junto con la otra esposa de padre.
-Al fin donde estaban metidos- pregunta mi madre con una mirada picara, solo ruedo los ojos, que mujer, a veces creo que soy hija de Samara en vez de ella.
-Solo estábamos en el jardín señora Sajary- responde sin emoción alguna Asim, el se sienta al lado de mi hermano, que escucha con atención las palabras de padre y Amir.
-Bueno primero que todo quiero brindar por el compromiso de mi primogénito Asim y la hermosa joven Perla, salud por ellos- todos chocan copas menos yo- y aprovechando del momento también quiero anunciar que después del casamiento de Asim y Perla dentro de una semana será el de Ranish y próximamente la de Amira con el Jeque Selim Rafip Borka al Gala, que le he concedido la mano de mi adorada hija el día de ayer.
Todos quedamos petrificados, incluso Rhania se ha quedado en shock, pero el rostro que más conmoción tubo fue la de mi querido hermano Shagen, que a pesar de su compromiso con Ranish en gran parte es como si le hubieran caído el techo encima de su cabeza.
-Bueno eso no lo esperábamos, felicidades querida- felicita mi madre a Amira, que aún no ha salido de su letargo- que suerte tienes he, el jeque Selim uno de los hombres más poderosos de Arabia Saudita.
-No- Amira se levanta mira su padre a los ojos demostrando su inconformidad- no pienso hacerlo...
-Hija por que no mejor lo hablamos en la casa- Rhania trata de tranquilizarla por la gran exhalación que se tomo.
Ella solo mira a su madre para luego mirarnos a todos, suelta un frustrado suspiro, sus ojos se cristalizan pero no deja que sus lágrimas caigan fija su mirada en Shagen, niega rotundamente para luego marcharse por los pasillos que dirigen al jardín.
-Disculpen por aquel arrebato...
-No hay problema Amir, sabemos cómo son de imposible las mujeres, ella recapacitara y se dará de cual grande es el privilegio, verdad Perla- responde mi padre, lo miro, lo miro con toda la intensidad, me coloca a prueba y no tengo mas de otra que obedecer.
-Por supuesto padre...