capítulo 17

Escapamos del reino en medio de la oscuridad, tuve que cargar a pequeño en mis brazos ya que sería difícil para el seguir mi ritmo, no tuve el tiempo suficiente para explicarle lo que sucedía y no lo are hasta estar segura que estamos a salvo, aunque sea por unas cuantas horas. La oscuridad ocultaba mi vuelo por el aire pero este no sería por mucho tiempo ya que sería un blanco fácil para el enemigo verme volar y rápidamente irían en nuestra búsqueda, porque creen que pequeño sigue en el reino y de esa farsa se encargara Fidel, en el aire me mantenía alerta de lo que sucedía bajo mi cuerpo y observando el lugar que relaciono con los mapas que pude leer y analizar anteriormente, no es nada diferente en realidad todo es exactamente lo mismo lo cual me da una sensación extraña de inconformidad y temor al estar en desventaja. ¿desventaja? Si lo estoy porque no soy de este mundo mientras que los demás han vivido todas sus vidas en él y al no ver ningún cambio saben con perfección lo que hay en cada centímetro de distancia, mientras que yo solo me baso en lo poco que he visto y en los mapas, en cuanto a pequeño tampoco es de mucha ayuda ya que no conoce este mundo al estar encerrado en el reino toda su vida para protegerlo.

Baje del cielo, quedando en medio de un bosque antes de que el sol se hiciera presente y aun la noche me ayudaba a permanecer oculta, le dije a pequeño que descansara tranquilamente, él lo rechazo porque quería conocer la situación, pero, pude calmarlo diciéndole que se lo contaría todo cuando despertara. Esa noche el durmió bajo el árbol en mis brazos mientras permanecía alerta. No es necesario permanecer alerta, el reino enemigo piensa que seguimos en el reino y no pasaran por aquí, pero sobre todo este mundo no tiene criaturas peligrosas de las cuales preocuparse, aun así, no pegue mis ojos por las pocas horas que quedaban de oscuridad.

La mañana llego y la bella melodía de las aves de este mundo despertaron a pequeño, para ese entonces ya había preparado el desayuno con panes y mermelada que traje conmigo, pequeño comió tranquilamente, pero al terminar tuve que contarle lo que estaba sucediendo, pensé que el querría regresar y tratar de ayudar, pero no fue así, la muerte de aquel hombre realmente le había afectado en gran manera, pero no decía nada de ello y tampoco quería hablarlo. Pequeño se encontraba deprimido y quería animarlo, pero ¿Cómo podría hacerlo?, carga con un gran peso debido a la muerte de ese hombre, pero el tomo su decisión sabiendo las consecuencias que le traería, solo hablare con sinceridad y espero que pueda ayudarlo.

— ¿quieres hablar?, tenemos bastante tiempo para ello — le pregunte mientras me acercaba a el para estar a su lado

— mejor avancemos, los enemigos podrían llegar en cualquier momento — intento huir pero se lo impedí

— no te preocupes por ello, además este mundo no es muy grande, pero tengo bastante experiencia en sobrevivir créeme que estaremos a salvo en este lugar por varios días — pequeño miro al suelo pero acepto finalmente y nos sentamos en una roca cerca del rio para hablar

— pensé que todo estaría bien, pero aquel hombre termino muriendo por mi culpa, quería tener un futuro sin ninguna muerte pero no pude lograrlo — dijo mientras sus ojos de humedecían

— el acepto, conociendo las consecuencias de sus actos — conteste fríamente

— pero, el confió en mí y no pude protegerlo, Fidel tenia razón no tuve que haberme involucrado en esto

— como yo lo veo, impediste el sufrimiento de una persona, te ganaste su confianza y creyó en ti para un futuro mejor en el reino, lograste algo que sorprendió a muchos y eso solo demuestra que eres capaz de llevar un reino a un a pesar que no tienes tu nombre — le dije mis sinceros pensamientos pero no funcionaban, suspire y comencé a pensar recordando a Acatriel — una persona muy importante para mí me dijo que no hay que arrepentirnos de nuestras decisiones porque estas no pueden ser cambiadas — al parecer tuve un poco de efecto

— Astartea ¿has pasado por momentos similares a los míos? — me pregunto con inocencia

— he vivido varias experiencias, las cuales me han hecho llorar y otras sonreír, he visto morir a personas por mi culpa pero ellos murieron sin arrepentirse de ello — conteste, inundándome de mis recuerdos dolorosos

No quería recordarlo, desde que dejé el mundo demoniaco trato de no pensar en los amigos que conocí, ni en los momentos felices porque ello solo me lleva a recordar dolor, el gran dolor que sentí el ultimo día que estuve con Acatriel, pero necesario. Pequeño se dio cuenta y me dio un abrazo al igual que yo a él, desde ese día nos volvimos más unidos de lo que ya éramos y su sonrisa y motivación volvió.

Cumplí un año en este mundo en el cual me sigo ocultando con pequeño sin tener alguna señal del reino o de Fidel, no sabemos nada pero tampoco me apetece volver cuando tenemos una vida tranquila, de vez en cuando tuve que enfrentar a enemigos que nos buscaban pero eso sucedió recientemente puede que hasta ahora se dieran cuenta que pequeño no se encontraba en el reino o simplemente pasaban por el lugar, sin importar que solo los deje inconscientes y jamás deje que pequeño fuera visto en ninguna situación. Nunca viajamos a los otros reinos para que no se vieran involucrados en la guerra, pero en cambio viajamos a cada rincón que podíamos, ahora subimos una gran colina, es el atardecer y pronto anochecerá, la razón que la hacemos a esta ahora es porque así no seremos vistos ya que no hay nada que nos oculte, pero pequeño quiere ver las estrellas desde ese enorme lugar, en el cual si algo malo ocurre puedo salir volando y ocultarme rápidamente.

— ¿Por qué no usas tus alas? — me pregunto pequeño ya que escaba junto a el

— y dejarte que escales solo — le dije pero no se vio convencido

— llevamos viajando por mucho tiempo, sé que casi no usas tus alas algunas veces por precaución, pero la mayor parte del tiempo, aunque puedas hacerlo no lo hacer, ¿Por qué? — pregunto nuevamente