Inmediatamente después de que los equipos entregaran las lágrimas, dos días después comenzaron a realizar el examen en total eran 15 participantes de los cuales solamente uno logro sobrevivir, ya que te enfrentas a tus mismos compañeros y a las criaturas que se encuentran en esa zona. Ahora unos pocos nos encontrábamos en la meta del examen recibiendo al afortunado campeón el cual se veía exhausto.
— Por lo que veo el examen final es muy duro — dije en voz alta
— Es lo más razonable ya que no solo te enfrentan a las criaturas peligrosas, sino que también a tus compañeros — dijo Acatriel el cual me miraba detenidamente
— ¿sucede algo conmigo? — le pregunte algo nervioso
— Solo pensaba que en cómo trabajar en tu más grande debilidad — contesto de manera calmada y a la vez algo preocupado
— Estoy segura que para ese entonces mi cuerpo no será un problema
— No me refería a tu cuerpo, estoy seguro que podrás lidiar con ello, pero lo que me preocupa es — duro unos segundos en silencio pensando — dime ¿estarías dispuesta a matar a alguno de nosotros?
Acatriel tenía razón, tenía otra debilidad. Se supone que en el examen final no hay ninguna regla, si tú quieres hacer equipo con alguien puedes hacerlo, si quieres traicionarlo también está permitido, pero además no está prohibido matarnos unos a otros. "¿podría matar a alguno de mis compañeros?" me pregunte yo misma y la respuesta era un absoluto "no" nunca he matado a nadie, solo aquella vez al gato oscuro espectral, pero fue solo para salvar a mi protector, si alguien llegara y me propusiera una pelea a muerte y tuviera la oportunidad de matarlo fácilmente me acobardaría rápidamente.
— Ya esperaba que tu respuesta fuera no — dijo Acatriel
— ¿Cómo lo sabes? — le pregunte sorprendida
— No es difícil saberlo, eres un libro abierto pero escucha tal vez tengas suerte y no tengas que hacerlo cuando llegue el examen pero llegara el día en que tengas que hacerlo, tienes que estar preparada — me dijo Acatriel mirándome con una mirada muy cálida que me hacía sentir tranquila olvidándome de lo que me había dicho
Todos los presentes festejaban al demonio que logro superar el examen, pero no le prestaba atención, solamente no podía apartar la mirada de los ojos de mi protector, no sabía cuánto tiempo había pasado, pero regrese a mi realidad cuando escuche una voz mu conocida.
— Acatriel, me llevé una gran sorpresa cuando vi como desperdiciabas tan valiosas lagrimas — dijo Andras apareciendo de repente, causando que ambos pusiéramos nuestra atención en ella
— Hay que proteger tan valioso tesoro de demonios desagradables — contesto con su típico tono frio
— Si tienes razón, pero si hubiera sido yo, me hubiera quedado con las lágrimas para usarlas cuando fuera necesario, por cierto, creo que te has vuelto muy blando desde que la inútil hija de Abaddon pasa tiempo contigo
— ¿inútil?, bueno agradezco estar con ella ya que fue la responsable de conseguir las lágrimas azules de la serpiente hombre del infierno — contesto Acatriel dejando a Andras con la boca abierta
— Vámonos Astartea — me dijo y comenzó a caminar, sin más opción comencé a seguirlo
— Solo para que lo sepas Acatriel, sigo en esta academia solo por órdenes de Amazarac, no porque no sea poderosa, soy mucho más poderosa que esa supuesta hija de uno de los grandes líderes — grito Andras
He estado tanto tiempo en este lugar que ya no me siento afectada por las palabras de ninguno de mis compañeros, y en cuanto Acatriel el permaneció serio como siempre sin decir palabra alguna. Regresamos como siempre a la academia, entonces fuimos llamados por Cupai quien reunió al equipo completo diciéndonos que, nos merecíamos un premio por obtener las lágrimas azules, aunque estas fueran tiradas por Acatriel, por lo cual nos dejó volver libremente a nuestros territorios por tres días asegurándonos que no habría ningún peligro por otros demonios en el camino, al saberlo mis emociones saltaron al limite internamente. Una vez en casa comenzamos hablar sobre regresar a nuestros territorios, Morail y Nina no se veían muy contentos al contrario ellos dijeron que preferían quedarse en la academia y no los culpo después de haber escuchado las historias sobre Amazarac y su territorio. Tenía tantas ganas de ver a mi padre y hermano que no podía contener mi emoción, pero esta se apagó cuando mire a Acatriel y recordé que era mi protector y no podría salir sin el.
— ¿Por qué tan desanimada? — pregunto Nina — pensé que estarías saltando de alegría ya que verías a tu familia
— Yo ...... — me quede sin habla ya que me había descubierto, mire a Acatriel el cual estaba perdido en sus pensamientos
— Entiendo, tu aburrido protector no quiere ir y no puedes salir sin el por lo cual estas triste — dijo mirando a Acatriel
— ¿Quién dijo que no iría? — dijo Acatriel y mis ojos brillaron literalmente mientras lo miraba
— ¿enserió iremos a casa? — le pregunte para asegurarme