Narra Astartea, 10 días antes de la visita de Cupai
Mientras volaba por el territorio para realizar mi vigilancia diaria de que se cumplieran las reglas, observe como un grupo de demonios, el cual era común ahora causara problemas ya que sus enfrentamientos llegaban a extremo de muerte solamente por una simple discusión, lo cual al parecer estaba sucediendo ahora. Rápidamente baje y detuve la pelea, ya que eran tres contra 1 y eso no era justo ya que aquel uno se encontraba muy herido y en el suelo, en cuanto me vieron dos de ellos no les importo e intentaron atacarme pero los derribe fácilmente uno con ayuda de mis alas y al otro con ayuda de mi guadaña, me acerque para ayudar a la demonio que se encontraba en el suelo cuando lo hice uno de los que tire al suelo se levantó con intención de atacarme pero no lo logro ya que apareció Guta y fácilmente lo dejo sin poder levantarse por unos días.
— Siempre necesitas de mi valiosa ayuda Astartea — me dijo el de forma burlona
— Y tu siempre necesitas que te cubra cuando no estás haciendo tu trabajo, mi hermano lleva esperándote desde la mañana — le conteste algo molesta y ayudando a la demonia a levantarse
— Lo siento, surgió un asunto importante, además tendrá que esperar un poco más — dijo mientras me ayudaba con la mujer, quien cargo como si fuera una princesa — no te preocupes te llevare a casa mi linda princesa
— Deja de buscar escusas para no reunirte con mi hermano — le conteste
Ambos dejamos a la mujer en su hogar para que se recuperara, ella era de las más jóvenes y próximas a realizar el examen para demostrar que eres un verdadero demonio por lo cual sentí algo de nostalgia, aunque solamente hayan pasado algunos meses desde que me gradué, después de dejarla me asegure de llevar a Guta con mi hermano.
— Si no me das una buena excusa, no te defenderé con mi hermano — le dije mientras caminábamos
— Ya te dije me surgieron algunos asuntos importantes y de improvisto — me contesto, no necesitaba de mi antiguo poder para saber cuándo mis amigos me mentían
— Mentiroso — le dije enojada — si no me tienes confianza para contarme solamente dimelo
—No pienses así Astartea, no es eso — contesto inmediatamente y algo alterado
—Entonces cuéntame ¿Qué sucede?, ¿Por qué últimamente llegas tarde con mi hermano? Y no solo con el también en nuestras reuniones de amigos
—Eso es porque, siempre son a la hora en que ella entrena — dijo lo último en voz baja
—¿ella?, ¿Quién es ella?
Guta me conto que desde haces unos días se interesó en una mujer, la cual se podría decir pertenece a la nueva generación de demonios, pero que ella al parecer no está interesado en él, por qué piensa que es como Dumah.
—Espera, ¿no se supone que es algo normal para ustedes tener solo aventuras? — le pregunte
—Desde que pasaste el examen muchos demonios en este territorio han cambiado sus ideas, pero sobre todo la nueva generación de jóvenes demonios son los que más respeto te tienen, para ellos tu eres un ejemplo, ¿no lo habías notado?
—La verdad es que no — le respondí sinceramente y él se rio
—Lo siento Astartea es solo que en ocasiones eres demasiado ingenua, en fin, lo único que puedo hacer ahora es verla de lejos
—Eso se llama ser un acosador, si sigues de esa forma menos se interesará en ti, lo mejor es mostrarle como eres en realidad solamente olvídate de algunas creencias demoniacas como el tener muchas parejas
Llegamos con mi hermano, al final termine cubriendo a Guta, lo cual mi hermano creyó ciegamente. Nos encontrábamos reunidos los cinco, es decir, Perisa, Dumah, Guta, mi hermano y yo. Agramon nos hablaba sobre que el territorio se había vuelto un lugar más agradable para vivir según sus habitantes, pero al mismo tiempo algunos piensas que las nuevas generaciones de demonios se han vuelto muy blanda y débil, lo cual según él era todo lo contrario porque ahora no trabajaban ni se preocupaban para si mismos.
—El punto es que, aunque no sean débiles, la generación de mi hermana solo volvieron 7 demonios de los 100 que tomaron el examen, quiero cambiar eso, por eso les pido que me ayuden, Dumah, Guta y Perisa — los tres no se opusieron a nada, aunque no supieran que era lo que mi hermano les pediría — quiero que se conviertan en los maestros de la nueva y futuras generaciones, de esta forma irán con más preparación a la academia
—Claro, suena divertido — contesto Perisa emocionada
—No creo que sea bueno como profesor — contesto Guta
La verdad es que no lo veía como profesor, pero Guta puede llegar a sorprendernos si se lo propone, además se me ocurrió que era su oportunidad para acercarse a aquella mujer de la cual me hablo.
—Puedes hacerlo amigo mío, además esta vez solo tenemos 80 demonios, tu estarás a cargo de 20 demonios solamente — contesto mi hermano
—me parece una muy buena idea, me apunto para asignarles a sus estudiantes — le dije a mi hermano emosionada
—gracias Astartea, aunque te quería preguntar si no ¿querías dar tú también clases?
—Espera, ¿Por qué a nosotros nos obligas amablemente y a tu hermana le preguntas? — pregunto Guta
—Porque mi hermana también tiene sus obligaciones — contesto Agramon
—Por mí no hay problema, pero sigo en entrenamiento
—Lo dice la demonio que ahora puede enfrentarse a dos demonios por si misma — contesto Guta
—Un entrenamiento constante es bueno para cada uno de nosotros, de esta forma no desperdiciamos nuestra naturaleza — contesto mi hermano
—Bien aceptare a quien quiera que lo entrene — conteste finalmente
La reunión termino, me quede unos minutos más con mi hermano y le pregunte si creía que sería buena maestra ya que no me sentía capaz de hacerlo, no era como Acatriel, mi hermano, Dagon, los profesores de la escuela y sobre todo no era mi padre quien siempre me daba buenos consejos a la hora de entrenar, ¿Cómo debería actuar?, ¿Qué debería enseñar?, tal vez lo mejor será no meterme en esta situación pero quiero ayudar a mi hermano, no quiero que la responsabilidad que tiene como líder sea un gran peso para él, si puedo aligerar ese peso me esforzare para él.