Hemos corrido sin parar por tres días, creo que puedo seguir un poco más pero Acatriel es otra cosa, aunque no lo diga se encuentra cansado, es fácil decirlo por su expresión pero no quiere parar hasta estar seguro que Amazarac no podrá encontrarnos pero ¿Cómo funcionara? Si alguno de los dos está cansado no podrá pelear ni siquiera con los peligros que encontremos durante el viaje, me detuve y Acatriel me miro, me dijo “no es hora de descansar” me opuse explicándole que si seguíamos así no tendríamos fuerza alguna para pelar con lo que fuera que nos enfrentáramos. Encontramos una cueva la cual era perfecta para descansar por la noche, busque entre mi bolso y saque algunas hierbas que use para crear el olor desagradable para las criaturas, así no se nos acercarían. Acatriel se encontraba descansando recargándose en la pared, me quede a su lado.
— Pasaremos toda la noche en la cueva, tienes que descansar — le dije preocupándome por el
— Lo sé, pensé que podría soportar un poco más, pero no es así — contesto algo avergonzado
— No tienes que avergonzarte por ello, tres días sin parar es bastante
— Lose, pero tu podías seguir, mi plan era parar cuando estuvieras agotada no lo contrario
— No te preocupes por eso Acatriel, se que tengo mucha resistencia, pero no tengo tu misma fuerza o un cuerpo fuerte para soportar los golpes — conteste buscando que se sintiera mejor con el mismo — tenemos que trabajar los dos para sobrevivir ahora que estamos solos
— Tienes razón — me dedico una pequeña sonrisa de lado — recordé los días en la academia pensaba que era ridículo que Dagon te ordenara dar varias vueltas por todo el territorio sin parar, ahora puedo ver el gran resultado que obtuviste gracias a eso
Seguimos recordando aquellos momentos felices y calmados en que no teníamos que preocuparnos más que pasar el examen final, después de una hora Acatriel se quedó dormido mientras que yo podía sin poder pegar mis ojos debido a mi preocupación, me sentía preocupada por mi hermano, por mis amigos y por cada habitante del territorio ¿estarán bien?, ¿estuvo bien huir?, preguntas que no podre darles una respuesta inundan mi cabeza, esto solo hace que mi temor por perder a los que quiero se haga más grande pero sobre todo mi antiguo tormento que tenía cuando era humana regreso, aquellas preguntas de ¿Qué pasara cuando muera?, ¿mi conciencia seguirá viva?, ¿ya no tendré conciencia?, ¿habrá algo después?, aunque mi padre me había dado la respuesta cuando acepte convertirme en demonio todavía me hago las mismas preguntas para atormentarme a mi misma una y otra vez. La mañana llego logre dormir un poco pero no lo suficiente como para soportar otros tres días sin parar y Acatriel se dio cuenta de ello.
— Podemos pasar nuevamente la noche aquí — me dijo el — o la otra opción es llevarte en mi espalda y avanzar lo mas que podamos
— No quiero ser una molestia — le dije Acatriel mientras recogía los restos de las hierbas sobrantes para no dejar ningún rastro — puedo seguir por mí misma — conteste terminando de limpiar
— Sé que no descansaste bien, tal como me dijiste si no te encuentras en buenas condiciones no podremos seguir — me contesto casi regañándome con las mismas palabras que le dije
— Comprendo, lo mejor será seguir avanzando, intentare dormir algo cuando este en tu espalda después seguiré por mí misma
Seguimos nuestro viaje sin rumbo alguno, esta vez me sentía más tranquila y segura al encontrarme en la espalda de Acatriel, era como si todo lo que me preocupara desapareciera cuando me siento protegida por él, sin darme cuenta me quede completamente dormida, cuando abrí mis ojos aun seguíamos avanzando sin parar.
— Me siento mucho mejor ahora, puedo seguir por mí misma — le dije a Acatriel, el paro y bajé de su espalda para seguir avanzando
No sabia que tan largo era el bosque, pero al parecer no tenía fin, en el camino paramos ya que nos tuvimos que enfrentar a una criatura desconocida para nosotros, ya que no venía en los libros parecía una pantera si la comparaba a lo más perecida a un animal del mundo humano pero esta al parecer se volvía invisible cuando no quería ser vista, además de que sus ojos no eran como un felino, estos ojos eran tan rojos como la sangre, en fin esta pantera se lanzó hacia nosotros desapareciendo frente a nuestros ojos, solo sabía que se encontraba atacando a Acatriel, quien recibió una gran mordida en su brazo. Tenía que ayudarlo, pero no quería lastimarla por lo cual con el palo de mi guadaña logre aventarla lejos, esta se estrelló con un árbol y se volvió visible.
— No era más sencillo matarla — dijo Acatriel levantándose, con su brazo lastimado, pero a la vez sanando
— Lo era, pero no quiero cometer el mismo error que con la serpiente hombre del infierno — conteste, estando alerta
— La diferencia es que ahora no tienes tu poder para estar segura, sé que no quieres lastimarlo, pero es la mejor opción — me respondió el
— Solo si piensas que es la única solución — respondí decidida a no matarla
Aveces pienso que tomo una buena decisión, pero cuando esta se complica, no me queda de otra que buscar nuevas soluciones ya que como aprendí de mi protector no debo arrepentirme de ninguna decisión que tome, solo aceptar las consecuencias sean buenas o malas. Esta vez la decisión que tome fue mala, la pantera emitió un sonido de su boca y a continuación más de ellas se reunían lo malo es que estas no eran visibles e intentar ver sus huellas en el suelo tampoco era una opción ya que era extraño, pero no dejaban ninguna sola. Cuando las panteras seguían visibles se colocaron en círculo para evitar que escapáramos, bueno aprendí que eran inteligentes, pero ahora teníamos que escapar de ellas. Pero no fue necesario porque se escuchó un rugido atroz que conocía muy bien. Este rugido espanto a las panteras inmediatamente y acto seguido a gran velocidad una serpiente hombre del infierno se colocó frente a nosotros, no sabía cómo, pero sabía que era aquella que conocí en mis días de academia. Esta se acercó para que colocara su cráneo y entonces me hablo.