Astartea las historias no contadas

Capítulo 2

Yecum se encontraba observando el bello paisaje de los arboles frente a su ventana, ahora se encontraba en su habitación, con una gran sonrisa mientras acariciaba su vientre. Hace exactamente 2 días atrás había ocurrido el eclipse de luna roja por lo cual era muy evidente que ambos demonios aprovecharon la oportunidad para tener otro hijo o tal vez una hija, en fin, Yecum se encontraba con una gran sonrisa en su rostro solo por saber que seria madre por segunda vez. Su primer hijo fue un varón al cual llamo Agramon, él recién había comenzado la academia por lo que no sabía que sus padres habían aprovechado el eclipse.

Un hombre de cabello oscuro y ojos verdes, había entrado a la habitación, el abrazo a su linda esposa por la espalda para después darle un lindo y agradable beso en los labios, al separarse se sentó al lado de su linda esposa. Ella inmediatamente noto como su esposo comenzó a actuar de manera extraña.

— Algo te preocupa — le dijo a su esposo Abaddon

— No estoy seguro si hicimos lo correcto — Yecum supo inmediatamente que se refería a su embarazo

— Claro que lo hicimos, nuestro pequeño o pequeña tendrá una gran familia — contesto ella algo molesta

— No me refiero a eso — Abaddon dio un suspiro de preocupación — aun no puedo lograr que este territorio sea seguro para los niños, por lo cual hay que tenerlos encerrados hasta que este seguro para salir e ir a la academia

Abaddon desde que se convirtió en líder, con mucho esfuerzo comenzó a cambiar la actitud y pensamientos de los demás pero aun así no lo había logrado completamente, aun existían las malas creencias a las que estaban acostumbrados por lo que traer un nuevo hijo al mundo sería muy peligroso para él o ella pero en cambio Yecum aunque estuviera algo preocupada mostraba una sonrisa de felicidad y al mismo tiempo tranquilizaba a su esposo diciéndole que todo estaría bien que ambos lograrían cambiar este territorio para mejor y además lograrían que Amazarac también cambiara.

— Creo que me siento más aliviado — Abaddon comenzó a acariciar el vientre de su esposa — tengo una reunión de líderes en el territorio de Cupai, aprovechare para decirle a Agramon sobre su nueva hermana

— Espero que lo tome a bien — contesto Yecum preocupada ya que sabía Agramon estaba muy cambiado a la última vez que lo vio — ¿crees que este bien?, se ha vuelto todo un rebelde

— Confió en que siempre sabrá hacer lo correcto, no te preocupes

Abaddon le dio un último beso a su esposa para después salir rumbo al territorio de Cupai. Una vez ahí hablaron sobre el eclipse de luna roja, Amazarac pidió dijeran cuantos nuevos demonios habían nacido, pero Abaddon se negó como siempre, además de que su ley se lo impedía y aunque su hermano lo sabía siempre que tenía la oportunidad de preguntar algo para usarlo en su contra lo hacía, además de eso hablaron sobre nuevos métodos para que los estudiantes se enfrentaran a desafíos superiores a la hora de su examen final.

— ¿piensas que los peligros en mi territorio no son suficientes? — le pregunto Cupai a Amazarac

— No, al contrario, es perfecto, pero me quejo del método de enseñanza, deberían de agregar algo as extremo que hagan que los estudiantes se den cuenta que si no dan el 100% de ellos morirán — contesto Amazarac

—Mis métodos no te incuben Amazarac, además si no te gusta solamente no mandes a los nuevos demonios

— Y llenarme de trabajo, prefiero que tú te encargues de matar a aquellos que son basura — dijo sin sentimiento alguno Amazarac

Abaddon solo veía con enojo a su hermano, ¿Cómo podía hablar así de sus habitantes?, ¿pero él era diferente? La respuesta es no, no lo es, también manda a sus nuevos demonios a sufrir en la academia, pero ese era el precio que tenía que pagar mientras no mejorara la situación de su territorio. Además de alguna forma tenían que ser entrenados y la mejor forma de hacerlo era aprendiendo con los mejores demonios y con la experiencia lo cual nunca lograrían encerrados en el territorio, tenía que soportar el dolor, ese dolor de ver que los demonios que vio crecer, porque secretamente visitaba a las familiar con los pequeños para asegurarse que estaban bien, tenia que enterarse después que murieron, eso era horrible, pero más pensar en la posibilidad que su propio hijo muriera solamente por no pensar antes de actuar ya que esa era la debilidad de Agramon.

— Al parecer no hay más de que hablar, hay que terminar la reunión — dijo Abaddon para parar a los dos demonios que seguían discutiendo

— Tienes razón Abaddon, concluimos en la reunión de hoy, solo les recuerdo que la oportunidad de obtener las lágrimas de la serpiente hombre del infierno fue propuesto debido a los acontecimientos ocurridos recientemente, esto será realizado dentro de 3 meses — finalizo diciendo Cupai

Acto seguido los tres demonios tomaron rumbos diferentes, Cupai se fue a dar un recorrido entre sus estudiantes, Abaddon fue a buscar a su hijo mientras que Amazarac simplemente se quedó inmóvil pensando en que debería de hacer, ¿seguir a su hermano? O ¿esperar a que su sobrino le diera la información?, la segunda opción era lo mejor de esa forma se evitaba ser descubierto el único problema era tener que soportar las quejas de su sobrino siempre por su padre.

Abaddon miro a su hijo se encontraba con tres demonios de su territorio eran Dumah, Guta y Perisa, se sentía aliviado de que tuviera algo de compañía, tal vez de esa forma se diera cuenta que no todo tiene que ver con ser poderoso, se acercó a su hijo los tres demonios lo miraron con respeto lo saludaron mientras que Agramon solo le dedico una mirada asesina.

—Tengo que hablar con mi hijo, les importaría dejarnos solos — los tres demonios se fueron dejándolos solos

—¿ahora cuál es tu sermón? — pregunto molesto

—Sigues molesto por lo de Acatriel, solamente le di un castigo apropiado — contesto Abaddon




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