Capítulo 7 - El jardín de los sueños

La mañana se tonaba fría; la nieve estaba fresca aun, pues el día anterior en la madrugada había caído una pequeña tormenta de nieve. Las carreteras sin embargo estaban vacías gracias a las personas que más temprano las limpiaron para no provocar accidentes ni tráfico. Pocos eran los días que eran como hoy. Ese día específicamente, mi madre, Joey y Ethan, desayunamos un poco antes de ir a la iglesia que se encontraba a unas cuadras más adelante. Tanto los devotos como los que no eran, asistían a ese lugar. Especialmente esta fecha.

La arquitectura, era impecable, una representación viva de lo poco que quedó destruido de un mundo antiguo. Algo al estilo victoriano del siglo XIX, con algunos diseños del mundo antiguo, que ronda del siglo XX a XXII. La de decoración interior era lo que más llamaba la atención de quien entraba. Una verdadera belleza de arquitectura victoriana, con estatuas, vidrios de colores, candelabros de oro y vidrio. Se apreciaba la cultura y la riqueza de sus mejores años. Pinturas de la crucifixión que se decía hace muchos años era el hijo de un Dios en la religión cristiana. Sin embargo, todo rastro de una religión, paso a la historia, siendo las iglesias un lugar de culto para hacer honor a ciudades, y los misterios que aún se transportan en la humanidad.

Así como todos los edificios de este mismo, se crearon con el fin religioso, pero a la fecha cambio el concepto de religión, aunque aún a la fecha muchos creen en dioses la verdadera razón es que, a lo largo del tiempo las creencias en dioses fueron desapareciendo por el avance de la tecnología y los misterios del universo. Así como cuando se descubrieron nuevas formas de vida, los religiosos protestaron por ser obra de la publicidad amarillista, pero con el tiempo se fueron decayendo, haciendo que el destino de la humanidad después de la muerte cambiara, siento menos filosofal y más científico. Es por eso mismo que las iglesias ahora se honra más a los caídos en las guerras y guerrillas posteriores. Así como en otras ciudades o pueblos lo pueden tomar de distintas maneras. Las pocas personas religiosas aun usan su símbolo y su fanatismo por igual, aun, aunque las demostraciones de la falta de existencia estén. 

Hoy es un día muy importante y triste para Greca, ya que se cumplen diez años de la muerte de los inocentes y de los soldados en la segunda guerrilla.

Mi familia y yo caminamos hasta la iglesia, un tanto tristes. Todos los de la ciudad se encontraban ahí, inclusive Jack, el panadero.

Miraba por todas partes en busca de mis amigos y en especial a Zac. Por lo que había pasado ayer lo único que quería era que me explicara todo de una vez. Tenía un presentimiento que no vendría y me dejaría con la duda, «como siempre». Como era mi costumbre no puse atención a lo que decía el presentador, mi mente estaba en otros pensamientos. Buscando respuestas posibles a todo. Tal vez ahora todos me veían como una niña molesta, que se la pasaba sin entender nada. Pero también a mí esto me pone en suspenso, pues: «”Chingada madre” nadie me explica nada».

—Hola. —Doy un pequeño salto por el susto al escuchar su saludo y sacándome de mis pensamientos. Al verlo mi sorpresa no fue tanta pues era Zac.

—Hola —le dije sonriente—. Creí que no vendrías.

—Pon atención, ahora sigue el saludo al escudo de Greca —responde serio.

Si algo era evidente es que a partir de la primera guerrilla el capitolio se alejó un poco de Greca. Así mismo su geografía, hace que sea un estado asilado del resto. Pero su problema de ser más alejado al capitolio fue por la segunda conflagración. Al ser una ciudad problemática es muy poco visitada por turistas. Siendo que la ciudad tuviera su propio himno y escudo.

La melodía de aquel himno te tranquilizaba; creaba una especie de tristeza al escucharla y al mismo tiempo un sentimiento de paz. Todos cantábamos mientras saludábamos rectos, con respecto y honor.

Al término de este, el presentador en modo de despedida dijo su última frase:

—El poder a manos equivocadas mal trato, poder en buenas manos nueva vida.

Al término de la ceremonia, unos aplaudieron y otros pocos comenzaron a llorar por el siempre recuerdo que les traía esta fecha. Mi mamá se despedía de los conocidos, abrazaba y consolaba.

Poco después, nos abrazó a los tres; Estábamos sorprendidos, pero continuamos con el abrazo, yo que estaba más cerca de ella, escuche los murmullos. Estaba llorando. Se cumplían diez años de que había muerto mi padre. Mis hermanos se separaron del abrazo, pues a Joey lo había llamado un amigo suyo y Ethan se juntó con la hermana de Steven. Yo me había quedado con ella, estuve a punto de llorar de la misma manera que ella; verla así y me había roto el corazón. Pero tras unos instantes, ella me mira con una cara de inocencia detrás de las lágrimas se le podía ver una linda y sincera sonrisa.