Astros

Capítulo 15 - Café de media noche

Tuvimos un remplazo de Zac que nos dio clases durante lo que duraría su castigo. Su nombre era Magnus, un hombre robusto, de un buen humor, era bastante joven a diferencia de otros maestros y sabia dar bien su profesión, al inicio era un poco tímido y miedoso porque sabia a que se enfrentaba y llego a usar ese aparato que uso el subdirector. Poco a poco demostramos que éramos igual que cualquier alumno.

—¿Si vas a venir? —me pregunto Cecilia después de acabar las clases.

—¿Al café?

—Sí, ¿a dónde más tontita?

—Solo me dejaron hasta las 8 de la noche —mi comentario hizo que Cecilia se carcajeara.

—¿Pensaste que iba hacer literal a media noche?

—Pues… si… —la risa hizo que mis mejillas se pusieran rojas.

-—Ay Eliza, —me tomo de los hombros aun riéndose— eres graciosa, pero entiendo que no lo conozcas. El café se llama «de media noche» —puso énfasis en «de media noche».

—¿Se llama así? —pregunte de manera estúpida.

—Si tontita. Al juntarse con la palabra café, se le llama «café de media noche» pero no íbamos a ir a esa hora.

—Eso cambia las cosas. Me siento muy tonta —aún seguía con las mejillas encendidas— pudiste a ver especificado eso desde el inicio.

—Pues yo pensé que lo conocías, está cerca del centro.

La mire con cara de pocos amigos.

—No suelo salir mucho de mi casa.

—Ahora me tienes a mí, y conmigo vas a salir —me tomo del brazo— Ahora vamos para allá, nada como una tarde de café con tu mejor amiga. Y sirve que allá me cuentas mejor que paso con Steven y Erick.

 

( . . . )

 

Estuvimos en el café durante bastante tiempo, yo le habla sobre lo que había pasado entre los dos chicos, en fin, de semana anterior. El lugar era agradable y tranquilo, con una luz tenue, nos habíamos sentado en una mesita en el balcón a la vista de la calle. Había muy poca gente y los meseros no tardaban nada en tomar tu orden. Algo que agradecí de ese lugar, fue que usaban personas en el trabajo, no solo robots y eso fue lo que me pareció magnifico.

—Un triángulo amoroso entre Steven y Erick. Aunque dado tu situación con Steven, le dejaste en claro no aceptabas ser su novia.

—No le dije eso, le dije queje en claro que si no aclaraba sus sentimientos él y yo nunca podríamos tener algo en concreto —Suspire—. ¿Tú que dices? —pregunte cambiando de tema— adivine que te gusta Peter, ahora tienes que decirme como lo conociste, como vas con él…

—Este fin de semana —empezó a contar— me la pase con él. Es una larga historia, pero al mismo tiempo corta con respecto a como lo conocí, y no se ni como iniciar.

—Tenemos tiempo —tome de mi café.

Después de una larga plática sobre cómo se conocieron y como poco a poco se fue enamorando de Peter. Llego un momento que ella se detuvo de su charla y se quedó mirando hacia la calle. Pues como estábamos en un balcón y había gente caminando debajo de nosotras, Cecilia se quedó viendo a una chica que estaba viéndonos igual. La chica se movió y camino alejándose.

—¿Cece estas bien? —pregunte preocupada porque tenía cara de a ver visto un fantasma.

—Si —su voz parecía perdida— tengo que ir al baño.

—¿Te acompaño?

—¡No! —gritó agresiva. Las miradas del café se fueron hacia nosotras—. Voy a ir sola, quédate a cuidar las cosas. Qué tal si alguien más nos quita la mesa, no tardare de lo prometo.

—Está bien.

Ella se despido aun con la cara pálida, dio media vuelta y se dirigió al baño de damas casi corriendo. Llame al mesero para pedir otra taza de café. Cuando lo pedí el mesero me ve quitándose el mantel, pero se sorprendió al verme y yo igual.

—¿Eliza?

—Alex, hola —me levante de la silla, lo salude—. ¿Qué haces aquí?

—Acabo de terminar mi turno —me contesto él.

Lo invite a sentarse.

—¿Cómo no te vi? —me siento al mismo tiempo que él— ya llevo tiempo aquí con Cecilia.

—Tal vez porque yo estaba en el tercer piso —su sonrisa era brillante— y la vi pasar a Cecilia hace unos segundos corriendo al baño.

—Ya conocías a Cecilia desde antes, ¿no?

—Vivo con ella —me respondió— prácticamente desde la guerra. Llegue a pensar por un momento que ella y Zac tenían algo más, pero él no ha olvidado a su linda amada.

—¿Hannah?

—¿Cómo sabes de ella? —me preguntó con ojos abiertos.

—Zac me contó, pero solo dijo lo que sabía de ella por… —pensé un poco de lo que había pasado en la oficina de Zac el día de la iniciación—. ¿Cómo se llamaba? —pensaba— Char...

—Charlotte —completo mi frase.

—Si ella, me contó cómo se crearon los astros a partir de experimentos con embriones....




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