Según habíamos leído en la carta de Mark, su casa era la numero 114 así que nos dirigimos hacia allá como jóvenes alfas responsables y puntuales.
Bueno, la verdad, nos quedamos cinco minutos abrazados y saltando en círculos mientras chillábamos que no moriríamos sin conocer un barrio pituco, pero esos son detalles.
Llegamos a la casa y ahora si a la firme casi nos desmáyanos. Mano… ¡No usaban calamina! Y tampoco se veía un espacio abierto para poner el tendedero. Era la casa más extraña, lujosa y moderna que había visto en mi corta vida. Al llegar a la reja que cuidaba su jardín paso lo mismo que en la entrada del barrio, nos miraron con indiferencia y nos permitieron el ingreso.
- Huevon que bonita casa. – Exclame al ver una linda combinación entre pared blanca con madera, además de grandes ventanas. El jardín estaba limpio y el césped cortado al ras.
- Asu mare huevon, hasta da miedo entrar. – Confirme lo dicho por el emo y empezamos a acercarnos hacia la puerta de entrada, daba miedo de tocarla. Pero antes de poder decidir quién tomaba el riesgo, la puerta se abrió, dejando ver a un chico peli naranja con una sonrisa brillante.
- Chicos... – Mark nos saludó con un abrazado grupal y nos quedó mirando, aún sin creérselo. – Wow, no pensé que de verdad iban a venir, pero se los agradezco enserio. Pasen pasen. - Se hizo a un lado y con el miedo corriendo por las venas entramos.
Todo el salón principal (que parecía del tamaño de toda nuestra cancha de fútbol) estada decorada por guirnaldas y confeti, las paredes eran de color blanco, las escaleras principales eran de madera y habían más de 6 pisos. Estábamos viendo una casa de millonarios en la vida real.
- Hay bebidas en la barra de allá y comida en la de acá. En unos momentos abriremos la pista de baile, como ven no hay mucha gente, ahora vengo con ustedes, espero la pasen monstro. – Mark nos dedicó una sonrisa la cual correspondimos y se fue a otra parte. Y lo que dijo si era cierto. Había por le menos 50 personas, entre los que pudieron reconocer a algunos de sus compañeros y unos de la Gold Class. Junto con Yoongi nos fuimos a un rincón, cada uno con un pionono de la barra de comida.
- Salud por conocer una casa pituca. –
- Salud. – Chocamos nuestros piononos y empezamos a comerlos. Estábamos en un cómodo silencio que se rompió por un aroma peculiar que llego a mis fosas nasales, vainilla y ¿silicona? Era una mezcla de formas algo raro, pero de todas formas atrayente.
- Omega huevon. –
¿Qué?
De repente se escucharon algunos suspiros de algunos alfas que se encontraban viendo hacia las escaleras y (como chismoso es mi segundo nombre) también voltee a ver. Pero lo único que conseguí fue que mi baba casi cayera al suelo
Dos omegas se encontraban bajando las escaleras mientras conversaban entre ellos, al parecer sin notar las miradas nada discretas de los alfas sobre ellos. El más bajo era un pelirosa que llevaba un short de jean, un polo negro y una camisa encima del polo, mientras lamia una paleta. El otro chico pelinegro vestía completamente de negro, de la cabeza hasta los pies, su presencia era intimidante, pero las facciones de su cara y aroma lo delataban, era un omega, y no cualquier omega.
- Mano ahí ta tu flaco. – Me susurro Yoongi mientras ambos veíamos como el dúo de omegas se iban a un rincón de toda la habitación. – No pensé que Mark invitara de Jeon y a Park… -
- Ni yo… - Le respondí muy sorprendido, hasta que se ocurrió una idea. – Huevon….
– ¿Sí? –
– Vamos a sacarlos. –
– ¿Qué? –
– Vamos a sacar a los huevones, a Jeon y a Park. – Yoongi miro a los mencionados y chasqueo la lengua.
– No, no no jodas yo eh venido a chupar y a comer. –
– Oe no seas chivo huevon no arrugas. – Le reclame y el me miro ofendido.
–¿Qué chivo? No arrugo, no no no. – Min se negó rotundamente y simplemente me aguante las ganas de golpearlo, pero aún seguía muy sorprendido que Jeon estaba aquí, pero más sorprendido estaba por lo que mi lobo me había dicho ¿Cómo que predestinado? Muchas veces había pasado cerca del azabache y jamás me había dicho eso.
- Por el aroma imbécil, tú sabes quién es tu pareja predestinada cuando vueles por primera vez su aroma. Quería que lo descubrieras por ti mismo, pero luego analice la situación y concluí que eras un gil y ni cuentas te ibas a dar.
- ¿Básicamente me estas tratando de decir que Jeon es mi pareja predestinada? –
- Din dong. Ahora, a Jeon no le gusta ser sumiso y todas esas babosadas de omegas, así que el mejor primer paso que puedes dar es invitarlo a bailar de forma correcta. Tú puedes humanoide.
- ¿Por qué me llamas humanoide? –
- Porque humano suena aburrido. –
Volví a la realidad y podía ver como ya la gente se ponía en parejas en el centro de la pista porque el Dj ya estaba a punto de iniciar la juerga, dirigí mi vista hacia Jungkook quien se encontraba hablando con su amigo también omega Jimin.
- Brother… - Llame a mi mejor amigo quien saco su vista de la barra de comida y la dirigió a la mía. – Voy a invitar a Jeon a bailar. –
- ¿Enserió? – Pregunto asombrado y yo solo asentí avergonzado. - Escúchame sobrino. – Yoongi de repente se puso rígido y serio. – Cuando vallas a sacarlo, no le agarres los deditos a tu flaco porque se va a soltar fácil y va a decir “No bailo” – Imito la voz chillona de un omega ocasionando que me ría. – Yapa muñeca de arranque. – Yo asentí y de repente en los parlantes empezó a sonar una canción muy conocida.
Another one bites the dust de Queen.
Todas las parejas que ya estaban en el centro de la pista empezaron a bailar y yo como buen asustadizo le pedí a Min que me acompañara, pero el muy ingrato al voltearme ya no estaba. Era yo contra el miedo de ser rechazado.
Editado: 02.05.2022