Atada A Ti

- PARTE 5 -

Los días siguieron pasando y tanto Mila como Khan tenian una excelente química juntos, aunque los gastos de posada y alimentos era mayor a lo que ganaban, lo que los llevó a aceptar el hospedaje que en sus empleos les dieron, y los fines de semana se veían para disfrutarse juntos, siempre a la misma hora en el mismo lugar. 

 

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Mila tenía 10 habitaciones que limpiar, aunque solo estaba el Rey no sabia porque tenia que limpiarlas si para ella parecían limpias ya,- pero es decreto del rey- dijo imitando la voz chillona de Hobson el mayordomo. 

Mila no imaginó jamás lo que ese obscuro día ocurriría, ya que desde temprano se había puesto un vestido, su favorito, y aquella bella joya que alguna vez encontró el el bosque. Y se encamino a hacer sus labores - hoy sera un gran dia- se dijo para sí.

 

 

Entró a una habitación escuchando el rechinido de la enorme, y pesada puerta de cedro tallada, tenía una enredadera sobre un árbol, tocó con sus dedos la fina hechura, cada habitación era diferente, pero esa tenía algo especial... observo todo su alrededor, muy femenina, finas telas pabellón rodeaban la cama, y esas hermosas almohadas que pedían a gritos que posase su cabeza sobre ellas. Llevaba horas limpiando, horas de cansancio acumulado, al final de cuentas nadie se daría cuenta solo será un pequeño momento, después dejaría todo como estaba. Se acercó a la cama y reposó su cuerpo cansado y sin darse cuenta se quedo dormida.

 

Habían pasado minutos? o quizás horas? - Por los dioses, Hobson va a matarme, debo salir de aquí corriendo- dijo tan asustada y con la respiración agitada al darse cuenta que se había quedado dormida.

 

-No es necesario que te vayas- Salió una voz ronca desde el fondo de la habitación, no era Hobson la de el era chillante, pero entonces quién era?

 

-Supongo que eres una invitada que ha perdido su camino, Alguien de la realeza con un gusto terrible por la vestimenta, o una criada sin respeto que se mete a las habitaciones de los amos, en cualquiera de los casos, el castigo es el mismo, señorita insolente- Dijo la misma voz, pero ahora de manera tajante.

-Disculpe mi señor, no se que paso por mi cabeza, he cometido un error no plausible, y le pido mil disculpas no volverá a pasar.- dijo Mila con la mirada al piso.

 

-Pero claro que no volverá a pasar, no eres bienvenida en el castillo, lárgate antes de que te mande encerrar en el calabozo.

 

Mila se espanto por las palabras tan frías y groseras, y fue entonces cuando recordó lo que toda la servidumbre decía acerca de el Rey, el ser mas malhumorado, pedante y grosero que puede haber. -Su alteza- dijo cayendo en si.

 

Desde el fondo de la habitación, envuelto en las sombras se aproximaba una figura grande, corpulenta, intimidante, hasta que la luz reveló que que se escondía. Un hombre alto, de muy buen parecer, pero su ceño fruncido mostrando claramente su molestia.

-Pero qué demonios tienes ahí- se acercó el rey y levanto el rostro de Mila con la mano, para que pudiese ver la gargantilla

-Pero qué demonios tienes ahí- se acercó el rey y levanto el rostro de Mila con la mano, para que pudiese ver la gargantilla. Sus ojos se abrieron tanto y su respiración agitada hicieron que Mila se espantara, imaginando lo peor, que tal si la culpaban de haberla robado? y si la tachaban de ladrona? su castigo sería la guillotina sin más.

 

-Es....es, mmm la verdad no sé lo que es su alteza lo he encontrado en el bosque hace varias lunas, juro por mis padres que no la he robado.. El rey le arrebató la gargantilla provocandole un gemido de dolor.

 

-Desde ahora esta sera tu habitacion, te llames como te llames, no podrás salir de aquí hasta que sepa que hacer contigo.- dijo jalandola del brazo tan fuerte que sus nudillos estaban blancos y veía como la carne del brazo de Mila salia de entre sus dedos.  Se acerco ala cama y la aventó sobre ella-

 

-Su alteza, por favor déjeme explicarle, no puede retenerme aquí, me retirare del castillo, lo lamento.- no paraba de llorar e implorar que la dejara libre.

 

-Es una orden- Dijo y azoto la puerta cerrándola detrás de él, Mila salió corriendo a tomar la manija, pero ante de llegar escuchó el ruido de una llave girar. La había dejado encerrada bajo llave.

 

Se dejó caer sobre la puerta, no paraba de llorar, tenía miedo de no saber qué pasaría con ella, quizá sería mandada a la guillotina sin poder defenderse, quién iba a creerle. Observó de reojo unas marcas en su brazo, le dolía y seguramente en pocas horas se harán enormes moretones.



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En el texto hay: reyes, amor imposible y traicion, princesa

Editado: 29.03.2018

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