Atardecer en el Palacio del Sol

Capítulo 38: Golpes

Selien.

Baham palideció en cuanto unos pasos comenzaron a resonar por las escaleras del sótano. En menos de un segundo, una masa de guardias entró para llevárselos con ellos al Gran Salón. Mientras subían a la superficie, parpadeó varias veces para ajustar su vista al blanco cegador del palacio.

Selien creía conocer el camino que estaban tomando. La primera y última vez que había estado en el Palacio del Tiempo había sido el primer día de la Creación.

La Creación.

Aún no podía creer que fuese una farsa. ¿Por qué Universo mentiría con algo así? ¿Qué ocurrió durante aquella guerra que mencionó Baham? ¿Qué la detonó? Miles de preguntas acerca de ello vagaban por su mente.

Cuando subieron el último tramo de escaleras, las puertas del Gran Salón se abrieron para darles paso. Todo estaba tal y como lo recordaba: frío y perturbadoramente silencioso.

Universo se hallaba sobre una tarima, sentado en una especie de trono. Pese a que Selien se había limitado a mirar el suelo, podía sentir su mirada atravesando su cuerpo.

Los guardias los arrojaron, apenas a unos metros de distancia de la tarima, para luego retirarse.

Permanecieron allí en el frío suelo de piedra, inmersos en el silencio, esperando a que Universo actuara.

- ¿Qué tal les ha parecido su estadía en mi palacio? — un atisbo de burla sonaba en la voz del dios del Tiempo. — Lamento haber tardado tanto en mandarlos a llamar. Las cosas por aquí han estado un tanto… ajetreadas.

Selien no quería imaginar a qué se refería con eso.

- Espero que todo esté siendo de su agrado, pues me temo que permanecerán mucho tiempo por aquí.

Selien levantó la vista al oír esto y por poco deja escapar un suspiro ahogado al ver la apariencia de Universo. Debajo de sus ojos negros se asomaban grandes ojeras iguales de oscuras, sus pómulos estaban hundidos, y las puntas de sus dedos, alguna vez pálidos, se habían vuelto completamente negras.

- Debo de admitir que tu trabajo no es tan fácil cómo parece — habló Universo mientras alzaba una de sus manos. — Quien diría que algo como tu podría tomar un rol tan importante en la Creación…

Lo observó durante un largo tiempo hasta que desvió su vista hacia Baham.

- En cambio, tu ausencia no parece afectar nada. Una Estrella más, una Estrella menos… — rio con ironía. — ¿Sabes? Creí que eras más inteligente. Después de todo, yo te cree. Pero solo a un tonto se le ocurriría hacer lo que hiciste.

Baham permaneció en silencio.

- ¿Qué planeas hacer con nosotros? — la pregunta salió de su boca de manera automática.

Universo se volteó nuevamente hacia el dios. En cuanto sus ojos se encontraron, Selien se arrepintió de haber preguntado. Maldijo para sus adentros.

- Ya se los dije. Los castigaré por lo que hicieron, — los ojos de Universo reflejaban un odio enfermizo, casi desquiciado, como si hubiese perdido la cordura en las últimas noches. O tal vez nunca había estado cuerdo del todo — y lo disfrutaré cada segundo. Es solo que no se con cual de ustedes comenzar…

El dios de incorporó de su asiento, bajó de la tarima y comenzó a caminar alrededor de ellos, cual cazador rodea a sus presas antes de atacar.

- Podría ser contigo, — pasó junto Baham, posando sus oscuros dedos sobre sus mejillas — pero me temo que no durarías mucho en pie, sobre todo después de lo que pasó la última vez, ¿cierto?

Baham se atrevió a mirarlo a los ojos. Pese a que en ellos se reflejaba el dolor que estaba sintiendo, y la humillación que Universo la había y la estaba haciendo pasar, también había algo más. Venganza, advirtió Selien.

- Pero sería mucho más divertido comenzar contigo. — Universo se situó frente a frente al dios de la Luna y luego bramó: — ¡Guardias! Llévense a la Estrella.

A su lado, Baham puso resistencia. Pese a sus heridas, gritó y forcejeó con los guardias para no dejarlo solo, pero lograron llevársela de todas maneras.

***

Mientras yacía en el suelo, Selien se preguntaba qué estaría pasando allá fuera. Pensó en los mortales ¿En qué les afectaría su ausencia? Un nuevo golpe lo hizo retorcerse. Pensó en el Universo, ¿Qué papel cumple él en el Universo? Otro golpe. Pensó en cuánto tiempo llevaba recibiendo golpes, ¿Cuántos más faltaban? Icor brotaba de sus heridas, manchando el blanco impoluto del suelo con charcos dorados de sangre.

Universo se tomó un descanso para dirigirse a un recipiente con agua para limpiar sus manos.

- ¿De quién fue la idea? — preguntó de pronto, mientras dejaba que el agua corriera entre sus nudillos.

Selien tomó un largo respiró, y luego otro, y otro…

- Mía — logró decir.

Pese a que, en el baile, Universo había dicho que nunca se imaginó que lo desobedecería, no parecía sorprendido ante su confesión. Incluso parecía como si supiese que tarde o temprano ocurriría. Frunció el ceño y se aproximó nuevamente hacia Selien.

- ¿Desde cuándo lo planearon? — preguntó seriamente. — ¿Desde hace cuándo, tu, Helia, Ceres y Baham, han estado conspirando en contra mía?

- Ellas no tienen nada que ver, — se apresuró a decir — yo tengo la culp… — Universo lo hizo callar de una patada.

- ¿Cuánto tiempo?

Selien luchó para recuperar el aliento.

- H-hace semanas.

Universo lo observó desde lo alto.

- ¿Cómo lograron llegar hasta Hécate?

Entonces sabe acerca de Hécate…

- Descubrimos unos t-túneles en el Palacio de la Luna. — En cuanto mencionó este detalle, Universo se volteó, alarmado. — Había armas y muebles viejos. También encontramos un par de hojas arrancadas de un libro que estaba en la biblioteca.

El Dios del Tiempo lo examinó detenidamente, repasando sus palabras. Sus ojos se oscurecieron.



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En el texto hay: mitologia griega, romance, enemiestolovers

Editado: 20.02.2024

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