Atenea (amores perdidos #3)

Capítulo 14

Llevo caminando más de una hora por una solitaria playa casi a las afueras de Rafina, llevo mis tacones en la mano ya que no podía caminar con ellos en la arena, doblé mi pantalón de vestir hasta mis rodillas y lo mismo hice con mi blusa doblandola hasta mis codos, como hacía calor llevaba unos lentes de sol conmigo pero casi no sirve de nada con este clima, lo que realmente necesito es un sombrero.

 

Dejó que mis pies se mojen con las aguas del mar y me pierdo en mis pensamientos poco inocentes porque lo que invade mi mente son mil maneras de matar a alguien, especialmente al maldito rubio de barba que me humilló.

 

¿Quién demonios era ese hombre para tratarme así?

 

Y sobre todo ¿Desde cuándo yo soy una sumisa?

 

Me puse a temblar y llorar cuando el infeliz ese me arrastro como saco de papas fuera de la oficina de Dante.

 

¿Es que yo no tengo manos? ¿No tengo boca?

 

Pude haberlo golpeado, insultado pero ¡No! La señorita Atenea se puso a llorar y a temblar, el maldito me tiró la cartera en la cara ¡Eso dolió! Mi nariz se golpeo, felizmente no salió sangre.

 

Llegué a una gran roca y me senté en él con los pies tocando el agua y golpeándome la cabeza por tonta.

 

Yo era una mujer terca y contestona pero ante ese hombre no hice nada.

 

¡Estupida! ¡Estúpida!

 

Ese hombre no me conoce pero se atrevió a insultarme, me humilló de la peor manera y yo no fui capaz de decir nada por lo menos me di el gusto de golpearle la cara ¡Qué bien me sentí! Con eso puede darme por bien servida porque ahí empleé toda mi ira y fuerza, ojalá tuviera la mano más pesada así le habría volteado la cara.

 

Suelto un suspiro cansada y lista para emprender mi regreso a "El Olimpo". No he llorado más después del incidente en la oficina con el rubio, llegué a la playa y solo respire aire fresco.

 

Yo no hice nada malo.

 

No soy lo que ese hombre piensa.

 

Yo quiero y voy a ser la esposa de alguien pero jamás me conformaré con ser la amante.

 

No busco un hombre con dinero que me solucione la vida, yo me bastó para ello.

 

No quiero promesas vacías, quiero verdades y acciones.

 

No voy a hecharme a llorar por las palabras de un desconocido.

 

Yo se lo que valgo y nunca voy a permitir que un hombre o alguien más dicida por mi ¡Jamás!

 

Camine por la playa rumbo a la autopista pero sentí pasos detrás de mí, como si alguien tratará de alcanzarme o me estaba siguiendo.

 

Aunque puede ser alguien que desea caminar como yo y solo estoy en su camino.

 

_Señorita Atenea - ay no, no, no. Esa  voz. - espere por favor - me quedé inmóvil, no puede ser el rubio maldito, es otra persona con su voz, no es él, no es él.

 

Pero como siempre el universo me dió una bofetada de realidad. Porque si, es el maldito rubio quien está frente a mí.

 

No puedo evitar expresar mi disgusto por verlo aquí, de todos los lugares ¡Debía encontrarlo aquí!

 

Con el entrecejo fruncido, crucé mis brazos a la altura de mis pechos y lo ví a los ojos, expresando que no me hacía nada de gracia su presencia aquí pero es un lugar público y no puedo hecharlo de la misma forma que el muy desgraciado me hechó a mi de la empresa.

 

_¿Puedo hablar con usted?

 

_Si está aquí para seguir insultandome, no me interesa escucharlo - me giré para seguir mi camino pero me detuvo sujetando mi mano, su tacto era cálido y...

 

Concentrate Atenea, ese hombre estupido te humilló y creeme que no fue cálido. -  me recuerda mi subconsciente y yo le doy la razón.

 

_Por favor, sé que me equivoqué con usted - quite mi mano de la suya y volví a verlo.

 

_No me diga que su opinión sobre mí es peor - le respondí con todo el sarcasmo del mundo y fulminandolo con la mirada. 

 

Ojalá tuviera el poder de lanzar rayos por los ojos, así lo mataría ahora mismo.

 

_Atenea, sé que estuve mal...

 

_¿Atenea? - levanté mi mentón viéndolo con superioridad - ¿Quién le dió permiso de tutearme? Aunque ante sus ojos yo sea una mujerzuela o lo que sea no le permito que me tutee. - el hombre suspiro rendido y pude darme cuenta ahora que lo veo bien que es bastante guapo, se parece a Dante pero sus rasgos son más definidos, su rubio cabello es como oro expuesto al sol, sus ojos son de un gris más profundo, tiene las cejas muy pobladas, esa barba bien cuidada que le da un aire sofisticado, sus labios delineados de forma natural y un poco más grueso que los de Dante, le daban ese aire de irresistible dios griego y si Dante tenía un rostro tallado por los ángeles, este debe ser tallado por los mismísimos dioses.




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