Con la señora Coleman.
Llego a mi trabajo justo a tiempo (trabajo como recepcionista en el hotel Montage Palmetto Bluff). Empiezo a realizar las reservaciones de los huéspedes mientras que mis compañeros de trabajo comienzan a llegar.
— Buenos días Claudia (compañera de trabajo). Llegaste muy temprano hoy — Me arreglo el uniforme.
— Pues sí. Muy buenos días — Saluda a un cliente.
— Suena el teléfono y Claudia contesta.
— Si muy buenos días hotel Montage Palmetto Bluff, ¿En qué podemos servirle?
— Por favor, dígale a Roxan Coleman que venga a mi oficina.
— Si señor. — Cuelga — Roxan, dice el señor Víctor que pases por su oficina.
—¿El señor Víctor? ¿Para qué querrá verme? Que yo sepa, he hecho bien mi trabajo.
— No lo sé, pero sea lo que sea, es mejor que vayas rápido.
— Sí, ya voy. Por favor termina con ellos, están terminando el Checking. Sabes que hacer.
Salgo de allí haciéndome la misma pregunta una y otra vez << ¿Qué habré hecho mal para que el jefe me cite a su oficina?>>. De camino me encuentro con mi otro compañero de trabajo quien venía apurado.
— Ajo Carlos, se le pegó la cama — Ambos reímos.
Él camina hasta la recepción donde ayudaría a Claudia con los clientes.
Estoy un poco nerviosa, pues muy pocas veces estuve en la oficina del jefe y eso me asustaba.
Antes de entrar me acomodo el uniforme y toco.
— Pase — Escucho que dice el jefe del otro lado de la puerta.
—¿Me llamó señor? — Me asomo por esta.
— Sí señora Coleman. Pase y tome asiento por favor. — Me dice mientras señala una de las sillas delante de su escritorio.
— Camino hasta esta y me siento.
— La llamo para decirle que usted tiene ya diez años brindando un muy buen servicio en nuestro hotel, y reconociendo su impecable trabajo, hemos llegado a la conclusión de que será ascendida a gerente de recepción.
— Mi rostro se iluminó ante la grandiosa noticia, no podía creer lo que estaba escuchando ¿Acaso es un sueño?, definitivamente tiene que serlo.
—¿Es en serio señor? — Contuve mi emoción.
— No señora Coleman, como le dije, usted ha brindado un muy buen servicio en nuestro hotel durante diez años. Se lo merece.
— Llevo mis manos a la boca de la sorpresa — Muchas gracias señor, en serio, muchas gracias — Digo a la vez que me paro de la silla y le estrecho la mano. Después de esto, salgo de la oficina rumbo al baño.
— Me apresuro al entrar, y me llevo las manos al rostro, aún no me lo podía creer. Lanzo un grito de alegría y empiezo a realizar una extraña danza, que a la vez es muy graciosa. Al terminar mi danza, me miro al espejo y noto algunas lágrimas sobre mis mejillas, la emoción me ha hecho llorar; Me las quito, me lavo las manos y salgo de ahí.
Llego a la recepción.
—¿Todo bien por aquí? — Pregunto revisando unos papeles.
— Sí, — Entrega unos tickets para toallas — ¿Y para qué te llamó el jefe?
— No sabes — Dejo de hacer lo que hacía — Me promovieron a gerente — La alegría que había en mi rostro se notaba aún lejos.
—¡Vaya, vaya! ¿Por qué tanta alegría por aquí? — Llega Carlos.
— Me han promovido a gerente — Sonrío.
—¿En serio? Felicidades — Me abraza — Te lo has ganado.
Gracias.