Atracción Destructiva

Capítulo seis

Skyler:

—Te están mirando todos —me avisó Violett pero yo ya lo sabía. ¿Cómo no hacerlo cuando mi mirada indiscreta había provocado aquellas miradas?

Me había dado la vuelta en cuanto los hermanos de Chase, excepto él, empezaron a sonreírme. Podía sentir la mirada de todos ellos quemarme, exactamente como me pasó con el grosero de Chase en la clase de ciencias. 

—¿La están mirando? —preguntó Luke y giró su cabeza para observar al montón de testosterona de la otra mesa. 

Yo mastiqué las tres papas fritas que me metí en la boca y me decidí por no ser tan obvia y meterme en mis asuntos. 

—No los mires —le dije. 

—Quiero intimidarlos. 

—¿Para qué? —pregunté. 

—Para que no se hagan los vivos y busquen a otra chica a la cual mirar.

—Ay, eso es ser una ternurita de hermano mayor —comentó Violett. 

Sí. 

Y un pesado también. 

—No se harán los vivos, no tienes de qué preocuparte, Luke. 

—Presiento que sí —respondió. Lo miré a la cara y su mirada seguía fijada en los muchachos. Era una observación bastante neutra y ahuyentadora. A veces me molestaba que tuviera las mismas actitudes con todos los chicos. Sólo me estaban mirando y, aunque en parte fuera un poco incómodo, yo sabía que lo hacían porque me los había quedado viendo como una babosa. 

Luke no tenía de qué preocuparse. 

—Ya —posé una mano en su brazo y mi hermano me miró—. No los mires más, no es nada. 

—Tienen intenciones malas —se defendió, transfiriendo su atención a la comida de su bandeja. 

—Sólo me miran porque se dieron cuenta de que yo los observaba —confesé. 

—No te creas —respondió. 

Rodé los ojos. 

Nunca va a cambiar. 

—¿Por qué se cambiaron de escuela? —preguntó Michael. 

—Mamá tuvo que trabajar en otro país, así que, como no podíamos acompañarla debido a ue era muy costoso todo, nos mudamos con nuestra tía, hermana de mamá —respondí.

 Asintieron. 

—¿Y su papá? —indagó Violett.

Luke me miró. 

Ese era un tema demasiado delicado para mí. Nunca lo superé y creía que jamás lo haría. 

—Él falleció —respondió por mí. En cuanto la pregunta fue formulada mi cara de normalidad pasó a una de tristeza y agaché la mirada. No me gustaba mucho que tocaran el tema. Y siempre que pensaba algo referido al tema, intentaba que fuera efímero. Era duro. 

Levanté la cabeza a los segundos para que nadie me tuviera pena ni nada por el estilo. Pero Luke ya me estaba mirando y tenía una de sus manos sobre mi espalda. 

A él y a Ryan no les había tocado tanto. Digamos que les fue más fácil a ellos superar la situación, o al menos sobrellevarla. Pero a mí me costaba más porque quería mucho a papá. Él era un padre ejemplar. Siempre me ayudó en absolutamente todo y sabía que su amor hacia sus tres hijos era tan incondicional que daría su vida por nosotros. O al menos eso él me hacía ver. Su muerte fue trágica, una bomba total porque me tocó presenciar toda la escena. 

—De verdad lo siento, creo que no debería de haber preguntado nada de nada —se disculpó. 

—No te preocupes, está bien, tú no lo sabías —respondí. Sentía ese pequeño nudito en la garganta, pero era pequeño y yo sabía que podía controlarlo. 

—¿Estás bien? —mi hermano me miró. 

—Sí —respondí.

—¿Segura? —inquirió. 

—Sí, Luke. De verdad, no te preocupes —le sonreí. 

—Te siguen mirando —cambió de tema Michael, y automáticamente miré al grupito de la otra mesa. 

En definitiva, los hermanos de Chase seguían mirándome, a excepción del grosero. 

Eran muy poco disimuladas, y mis pensamientos me dijeron que la incomodidad que ahora sentía, era la que seguramente mi compañero de clase sintió. 

Todo vuelve. 

—Y... ¿tienen alguna otra hermana o hermano? —indagó el novio de Violett.

—Tenemos un hermano—respondí—, que es gemelo de Luke. 

—¿En serio? —dijo—. Eso es genial. ¿Es verdad que sienten lo que el otro?

—Sí, unas veces más que otras. Es extraño, algunas personas nos han dicho que inventábamos todo, pero nada que ver. Sí se siente. 

—¿Son muy pero muy parecidos? 

—Sí, bastante, pero cuando eran más pequeños mucho más —respondí por mi hermano. 

El timbre sonó y me fui directo hacia mi casillero en busca del libro de matemáticas. 




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