Atrapa mi alma

Capítulo 60

—Tú -Alex no podía decir otra cosa mientras veía a Robert Owl.

Era tan parecido y, a la vez, tan diferente de Owl. 

"De Michael" se corrigió Alejandro. Ya no podía llamarlo "Owl" ahora que ya no era el único con ese apellido vivo.

Robert era tal vez un poco más alto que su hermano. O eso suponía Alex, no podía estar seguro ya que él estaba arrodillado junto al cuerpo de Michael, mientras que Robert estaba de pie a unos cuantos metros de ellos.

Robert y Michael tenían facciones similares, y una mirada casi del mismo tono, pero, mientras que en Michael eran dulces, en Robert había sólo oscuridad.

Y fue eso lo que hizo a Alejandro recordar. La mirada de un gris oscuro. No sólo por el tono, sino por la oscuridad en ella, por la maldad que brillaba en sus ojos.

Los labios de Robert de curvaron en una sonrisa. Y, de nuevo, definitivamente, no era para nada como Michael.

—Sí. Yo.

Alejandro no podía creer el cúmulo de recuerdos que llegaron de golpe, ¿por qué, maldita sea, hasta ahora?

Sintió sus labios y su ceño fruncirse hacia Robert.

Sus manos, en puño, se relajaron cuando Michael comenzó a moverse y quejarse en entre balbuceos que no se entendían.

Alex se acomodó mejor, de modo que pudiera sostener y proteger a Michael si hacía falta.

Robert alzó una ceja, mirando cómo tomaba a su hermano, mientras se sentaba en el brazo de uno de los sofás. 

—¿Me recuerdas a mí y no a él? -Robert negó y chasqueó su lengua-. Mal. Quiero pensar que si yo hubiera sido tu amante, sería más memorable que mi hermano.

Alejandro sintió su preocupación por Michael y su confusión por los recuerdos, transformarse en enojo hacia este hombre. —¿Qué le hiciste? ¿Cómo puedes? ¡Es tu hermano!

Robert dejó de sonreír y miró el cuerpo de su hermano mayor con algo que Alex no sabría definir. —Yo no le he hecho nada, sólo recupero lo que es mío. Hace casi un siglo yo le pedí a mi hermanito cuidar de mi magia, y le permití usarla, sólo mientras yo volvía.

Alex no entendía mucho de magia, pero dudaba que simplemente arrebatársela hubiera sido una buena idea. Y además...

—¿Cómo sabías que ibas a volver? ¿No moriste? Tu hermano lleva décadas sufriendo por ti, llorando por la muerte de su hermano, teniendo pesadillas, muriéndose de culpa por no haberte podido salvar. ¡Y resulta que has estado vivo todo este tiempo! No te mereces a alguien como Michael.

Robert hizo un sonido de claro aburrimiento, fingió mirarse las uñas mientras hablaba. —Sí y no. Morí y no.

—¿De qué demonios estás hablando? Uno muere o no muere. No hay términos medios entre la vida y la muerte.

Robert lo miró y volvió a negar. —No sé qué ve mi hermano en ti y tu madre estaría muy decepcionada, Alex. Siela Blanco era mucho más lista que eso, y hubiera querido pensar que tú también. Recuerdo que ella te dijo claramente que mantuvieras tu mente abierta y no te limitaras, niño.

Alejandro respiró profundamente, decidido a no hacer enojar al hermano de Michael. Él no podía ayudarlo, no entendía de magia, y su única opción era Robert. Así que, aunque odió cómo sobaba su nombre saliendo de su boca y ese "niño" tan despectivo, no dijo nada al respecto.

—No entiendo. ¿Cómo sabes de mi madre? ¿Cómo sabes lo que ella me dijo? ¿Cómo puedes vivir y morir al mismo tiempo?

El rostro de Robert Owl se iluminó. —Porque no es al mismo tiempo, querido Alex. Esa es la clave y la respuesta a todas tus preguntas.

—¿Qué? No entiendo.

—Por supuesto que no. Ustedes los humanos nunca entienden nada. Cuando fui testigo de este brutal asesinato y acusado injustamente -hubo una sonrisa extraña cuando dijo la palabra- no podía creerlo. Mis amigos, unos de los pocos humanos que había conocido que valieran la pena, murieron frente a mis ojos, sin que pudiera hacer nada para impedirlo, y además me acusaban de su muerte. Fue horrible. Ella, Samantha, estaba embarazada, ¿te habló de eso Mica?

Alex negó. Michael nunca tuvo tiempo de hablarle de nada de esto, sobre su hermano o su naturaleza. Hasta hace sólo unos minutos, él no sabía que los brujos realmente existían, que el hombre del que se enamoró era uno, que su hermano fue el acusado de asesinar a los Rogers. Ellos no habían podido hablar como se debe del tema. Ahora él se arrepentía de no haber preguntado más sobre todo eso antes de dibujar a Robert y atrapar su alma.

—Bueno, te lo diré ahora, aunque de forma resumida. Yo estaba con Sam y Darío, su esposo, cuando sucedió. Un hombre apareció de la nada. Era tan poderoso que yo no lo sentí hasta que ya estaba frente a nosotros, y tan rápido en lo que hizo que no tuve tiempo de hacer absolutamente nada. Yo no era para nada un brujo inexperto. Tendría que haber podido hacer algo, pero no pude. Este hombre, fuera lo que fuera, obviamente no un humano, vino, tomó la vida, la energía, todo de ellos, a su hijo, y se fue. ¿Sabes que lo horrible que fue y cuan impotente me sentí? Además tomó al bebé. No puedes imaginarlo siquiera. Me quedé en shock, yo, un viejo brujo, me quedé en shock lo suficiente para ser detenido y acusado de asesinarlos.



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En el texto hay: un amor imposible rodeado de magia

Editado: 12.07.2018

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