Atrapada en el juego del amor

Mi desesperación

Cuando Elliot me dijo tal frase, mi mente entró en un estado sin fondo, simplemente era como pensar, y a la vez no hacer tal cosa, ser o no ser, morir o vivir, rezar u orar, un caos total.

¿Que hice luego de aquellas palabras? , Nada, absolutamente nada, mi cuerpo no se movía, mi cerebro le ordenaba moverse, hablar, pero este no reaccionaba, solo mis ojos fueron lo suficientemente independientes para mirarlo a el, camisas sudorosa, cabello desordenado, ojos rojos e inchados notando así su llanto y falta de sueño, labios secos, piel cansada, manos temblorosas, una muy diferente al Elliot que conozco

-Elliot...¿Que acabas de decir?, N~no entiendo nada

 

-Bris, te contaré, solo escuchame con atención

 

-Si

 

-Bris, ese día que te quedaste en casa, que tú tía y yo no estábamos contigo... - Podía notar como se le dificultaba a Elliot hablar, respiro hondo, me miró con los ojos llorosos, note que trago duro, siguio- me sentía en la empresa con mucha angustia, tú tía estaba igual que yo, pero había un gran problema en ella con uno de los empleados, no pudimos salir hasta solucionarlo, tu tía se tuvo que quedar, yo me fui, vine directamente aquí, para cuando llegue, vi mucho humo saliendo de tu habitación, entre rápidamente y al llegar vi a ese patan del Axel con una mascarilla contigo en brazos, me tape la nariz con la camisa, te mire, inconciente, me tire encima de él, quería arrebatarte de esas sucias manos, pero se me dificultó porque la camisa se me caía y de alguna u otra manera no podía oler ese humo, me ganó, el imbécil se fue victorioso, pero a mí me valió un comino, yo solo me fijé en si te había echo algo ese desgraciado, te llamé, te agite, hasta agua helada te eché encima para que te levantarás pero nada funcionaba, llamé a Flor, con angustia dejo todo botado en la empresa y vino aquí con el doctor que te reviso la vez que llegaste aquí, buenas noticias no nos dio... El humo que ese día rodeaba tú cuarto era muy peligroso, no me preguntes cual Bris, era un nombre muy raro, total, esa cosa te dejo supremamente dormida, el propósito del químico es matar a la persona de una manera muy lenta, afortunadamente para cuando llegó el doctor pudo frenar sus efectos, pero...nos dijo que si al menos en semana y media no despertabas, ya estarías en el otro mundo... -Esto último lo dijo con los ojos aguados, no me gusta ver a Elliot de esta manera, de verlo a el así, a saber que ese idiota estuvo en mi hogar, mi habitación, me perturba pero no tanto, debo de llevar un buen progreso para que en cierto modo me dé igual, me fui a levantar pero me sentía muy débil, mi cuerpo no reaccionaba -

 

-Elliot , no puedo levantarme bien

-Estas débil mi linda Bris, recuerda que llevas ahí un buen tiempo, no has comido nada, y te vez muy delgada

-Elliot...

-A partir de este momento, no te volveré a dejar sola, y si yo no puedo estar en el momento, le diré a tu tía o Melania que se queden contigo , le diré de igual manera a Dorothea que este pendiente, ya que puede que no se sepa defender, pero nos puede curar en cualquier momento, no quiero quejas por parte tuya, no te quiero volver a ver en ese estado, ahora dame un momento, te traeré algo de comer, debes estar hambrienta

 

Sin más Elliot se levantó de mi cama, y se fue, no pensé nunca en llegar a un estado en el que estar aunque sea unos minutos sola se volvería tan perjudicial para mi vida, Elliot me dejó totalmente muda, quería protestar, pero es más que claro que no podía, y así lo hubiese echo, con Elliot y mi tía es más que claro que la batalla está perdida, por ahora solo me quiero olvidar de las cosas

 

De este modo me acomode mejor en la cama, algo torpe y temblorosa pero conseguí la posición perfecta, que no duró mucho ya que en ese momento venia Elliot hacia mi con...con una mesa inmensa de comida, que loco...me encanta

 

-Elliot, ¿Por qué tanta comida ?

 

-Necesitas reponer energía, además de que tienes un apetito casi parecido al de un tiburón, pues creo que está "montaña" de comida te vendrá de maravilla

 

  • -Y si que me vendrá muy bien - trate de alzar mi mano para tomar lo primero que había, pero tenía una fuerza totalmente nula que ni para mí misma aguantaba - Elliot...
  •  
  • -Dime
  •  
  • -No soy capaz de alzar mi mano para comer
  • -Bris...- Con una mirada consoladora Elliot tomo mi cuerpo y usando las almohadas supo acomodar mi cuerpo de una manera más cómoda para empezar con mi festín - Mientras te recuperas de daré de comer

 

Solo acepte, y así pasaron unos 5 minutos, solo 5 minutos y ya sentía la fuerza en mis venas, creí que tomaría más tiempo el reponerme, vaya que estava equivocada, lo único era que mi cuerpo temblaba cual gelatina, pero era un comienzo, aleje la mano de Elliot para comenzar a comer por mi cuenta, no se negó, al contrario, se veía feliz  de que al menos estuviera un poco recuperada, verlo así me entró más hambre del que ya tenía, me daba a entender que se encontraba más calmado, eso relajaba mi cuerpo, y mi estómago.

 

-Bris...pareces un animal comiendo 

 

Estúpido 

 

-¡Oye...! -no pude terminar mi frase, ya que Elliot me dio un beso, uno muy inocente, se siente que no me quiere lastimar, como si fuese una pequeña estatua de porcelana

 

-Y aún así te ves hermosa

 

Con esas simples palabras me sonrojaron, no sabía el grado de emociones que me hace sentir, aún con el detalle más mínimo 

 

-Tonto - No se me ocurrió nada más que decir, pero parece que no lo tomo a mal, solo me sonrió y me robó una papa de mi plato

 

-Elliot

 

-Dime

 

-Si vuelves a tomar, una papa frita de mi plato, sin decirme primero, débil o no, romperé tú hermoso rostro con mi hermoso puño, ¿Quedó claro?




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