Atrapada En Mi

Sácame de aquí

Respiro profundo... lleno mis pulmones... lo puedo sentir… mi corazón late con fuerza: es lo único que puedo sentir.

“Hoy hay un sol hermoso Lif” escucho que dice mamá y escucho el ruido de la cortina de mi habitación moverse “Dejaré que te dé un poco de sol mientras hacemos ejercicio”.

Ejercicio, si, ella tiene que hacer todo esto por mi... “¿porque no morí? ¿Por qué no simplemente morí?....”

Mi corazón se altera, puedo escuchar el sonido del aparato que lee mi corazón.

“Necesito salir de aquí ¡Auxilio! ¡Mamá! ¡Despiértame! ¡Por favor despiértame!” Le sigo gritando pero no me escucha, no me puede escuchar.

“¿Qué sucede?” Pregunta papá alterado, pues mi ritmo cardiaco ha aumentado, escucho pasos apresurados hacia mí.

“No se, estaba estable” dice mamá angustiada.

“¡Papá! ¡Despiértame papá! Por favor, por favor ¡SACAME DE AQUI!” resuena en mi cabeza. “¡ESCUCHAME! Despiértame, por favor, sálvame”

 “inyecta tranquilizante” Le exige papá a mamá.

“¡NO! ¡Por favor no! No quiero dormir: quiero despertar, quiero despertar” Les gritó, pero es inútil, ellos no me escuchan.

Mientras grito dentro de mí, mi corazón se acelera, mi madre dice que no puede hacerlo, está asustada, nerviosa, probablemente temblando. Siento la presencia de papá cerca y luego hay una inquietante calma y vuelvo al semáforo.

“Si me pasa algo, tú te harás cargo de ella. Necesito que aprendas a cuidarla” Escucho que dice papá mientras miro el semáforo en verde.

“¿Que?” preguntó en voz alta.

“¿Me hablaste?” pregunta la chica a mi lado.

Siempre que llego a esa esquina, olvido que estoy en un sueño.

“No, yo... creí escuchar a papá” le explico a la chica mirando mi celular, para ver si entró la llamada de él sin darme cuenta.

“Oh, si, te entiendo, yo también los escucho por todos lados” me dice ella bromeando.

El carro negro pasa a toda prisa.

“Ese tipo está loco” le digo. Mi teléfono suena, lo miro, es mi jefe, le contesto, caminamos para cruzar la calle y todo vuelve a pasar.

“¡No!” Me despierto gritando en mi cama. Me siento: está todo oscuro. Son las 5 de la mañana según indica mi celular, y no ha salido el sol. Me levanto. 

“Me muevo, me puedo mover” digo feliz, me dirijo al baño, prendo la luz a tientas y me miro en el espejo. “Me miro” nunca creí que poder mirarme en el espejo pudiera ser tan especial. Abro el grifo del lavamanos y veo caer el agua. Es tan cristalina, y hace esas figuras extrañas que parecen tan hermosas, meto mi mano y se pierde la armonía del chorro de agua. El agua no cubre mis manos pero humedece todas ellas y mi piel no se corrompe con el efecto “hay tantos detalles que pasaron desapercibidos... hay tantos detalles…”

“Lif” Escucho una voz familiar decir mi nombre “Lif, aquí estoy hermanita” es mi hermana mayor. Volteo pero no la veo. Camino a la puerta del baño para ir a mi cuarto, pero cuando la abro, veo la esquina del semáforo y veo a la chica ahí parada y aun lado... Aun lado estoy yo. Entonces cierro la puerta asustada, la cierro de un golpe. 




 

 

 



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En el texto hay: suspenso, metaforas, ficcion

Editado: 30.09.2020

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