Atrapados

ATRAPADOS

Lizzie parecía estar muerta, hacía tiempo que no se levantaba de la cama, tenía la mirada fija en el televisor y nada la perturbaba. Era un costal de huesos, no comía, no bebía y quizá tampoco dormía.

Debí imaginar que haberla rescatado no sería suficiente.

Cuando la vi gastar dinero en forma desmedida tras cada viaje a su pueblo, no cuestioné el origen porque parecía radiante y, para ser honesto, era un descanso no escuchar sus demandas y reclamos. En 5 años juntos no pude darle la vida de lujos que deseaba a pesar de que tenía 2 trabajos, casa y auto propio.

Decidí investigar por mi cuenta pues estaba seguro que no hablaría. Unos días después, llegué a Buenaventura y fui directamente a la casa de Doña Perla. Lizzie ni siquiera había volteado a verme cuando le dije que Ernestina la cuidaría mientras yo hacía un viaje de trabajo.

 

Doña Perla estuvo a punto de darme un portazo pero cedió ante mi cara suplicante.

-¿Qué haces aquí? - preguntó -. ¿Quieres correr la misma suerte que ella? Sabes que este es un pueblo sin ley.

-Solo quiero saber qué le sucedió. Hace meses, cuando la rescaté de una choza en donde estaba agonizante, lo único que dijo fue que se la estaban llevando.

-Hay Luis, Lizzie convenció a los lugareños de que le entregaran sus joyas y dinero en efectivo para un supuesto negocio que los haría ricos. Los mantenía contentos con regalos mientras la supuesta inversión crecía pero al cabo de un tiempo y muchas excusas, exigió más. La gente, enardecida, la entregó a Pazzu, la bruja del pueblo; esa mujer le robó el alma, como ha hecho con muchos otros. Con seguridad permanece acostada con la mirada perdida, sin hablar, apenas come y se está consumiendo poco a poco. –La mujer parecía temerosa.

-Es mi esposa y quiero que se recupere –declaré con convicción-. Su estado es lamentable. ¿Hay alguna cura? ¿Quiénes sufrieron lo mismo han sanado?

-Ve a ver a la bruja, ella es la única que tiene la respuesta.

 

Al parecer, Pazzu ya me esperaba porque apenas entré a su miserable vivienda me extendió un pequeño frasco.

-Su alma está atrapada en el plano intermedio –dijo sin que yo preguntara.- No suelo hacer esto pero la llama eterna indica que te ayude. Dale a tomar la mitad del frasco y bebe tú el resto. Cuando encuentres su espíritu, despiértalo pues no es consciente de lo que sucede. Hay que ser fuerte para no caer en la tentación de quedarse en ese lugar, es un sitio de descanso libre de sensaciones. Agárrala fuerte y tráela de regreso.

 

Luis parecía estar muerto, hacía tiempo que no se levantaba de la cama, tenía la mirada fija en el televisor y nada lo perturbaba. Era un costal de huesos, no comía, no bebía y quizá tampoco dormía...

 

Adriloch

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©Todos los derechos reservados. Mis historias de Facebook. Colección de Obras, inscrita en el Registro Público del Derecho de Autor con Número de Registro: 03-2023-032413035500-14. 



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En el texto hay: bruja, dimensiones desconocidas, magia astral

Editado: 29.04.2023

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