El Inicio de un Amor
El cielo es la estrofa de tu ser,
tu voz melodiosa como el Sol
simplemente dando vida, con lo que choque.
Los ojos tan tostados como una flor; que caducan en tu brillar
que ilumina el sendero de la eternidad
¿Acaso, no le conoces?
El sendero de tu eterna condena triunfal y adictiva
no es ni culpa estar aquí, solo lo sentí.
El canto del ángel que me enamoro
la curiosidad me guío en su espiral
llevándome a abrir el tesoro de Pandora.
No me arrepiento de nada
pues no encontré mayor joya, que tu cariño interminable.