AURORA
Aurora caminaba con Colt por las calles, el silencio rodeándolos, y sus hombros rosándose de vez en cuando. Colt iba con un caminar despreocupado pero tan solo ver como jugaba con sus dedos era lo único que Aurora necesitaba para saber que estaba inquieto.
Aurora quería hablar y romper aquel extraño silencio, quería felicitarlo por sus libros y su publicación en físico, y todas las expectativas que trajo a sus padres y tíos. Pero ella debía confesar que nunca había leído los libros de Colt, lo intentó, pero en cuanto empezó el capítulo cinco del primer libro su cabeza dolió demasiado y tuvo un sangrado nasal, y posteriormente se desmayó. Intentó de nuevo leerlos, y pasó lo mismo. Así que, ¿qué se suponga que diga?
-¿Qué quieres decirme?-murmuró Colt dándole una mirada de reojo.
Aurora se sobresaltó y empezó a jugar con su coleta.
-Quería…-se aclaró la garganta con incomodidad-quería felicitarte por la publicación de tus libros…-finalizó con voz pequeña.
Colt sonrió mirando la luna, haciendo que sus óyelos se marcasen, los hoyuelos que Aurora considerada precioso.
-Gracias…-dijo él mirándola y sonriendo-hace unos días perdí una apuesta con mis seguidores…-empezó a narrar el rubio con voz insegura, pero al ver el interés genuino de Aurora prosiguió- y como perdí, debo hacerme cinco piercings-él finalizó con una sonrisa avergonzada en el rostro.
Aurora sonrió y dejo de caminar, Colt la miró intrigado por su comportamiento, pero ella no tenía tiempo para eso, su mente iba a toda velocidad, tenía una idea.
-¿Quieres hacerlo?-preguntó ella balanceado su mochila de una lado a otro. Colt sonrió confundido.
-Sí, lo prometí.
Los ojos de Aurora se iluminaron.
-¡Genial! ¡Entonces vamos a hacerlos!
…
Colt se quejaba en voz baja, mientras Aurora solo podía sonreír, ¡por primera vez ella y Colt se estaban llevando de maravilla! Y era divertido ver sus grititos de dolor al sentir la aguja abrirse paso en su piel.
-¡Lo haces bien, León!-dijo la rubio llamándolo por su segundo nombre. Aunque en su opinión Colt y León no combinaban.
-Duele…-se quejó Colt en voz baja.
-Ya casi término-dijo el chico encargado de hacer los pierciengs con voz cantarina.
Aurora observó fascinada la oreja derecha de Colt, ésta tenía un piercing de palta en el lóbulo, la pequeña cadena se balanceaba ligeramente, y en el cartílago una luna y una cruz reposaban ahí. En su oreja izquierda iría uno en el interior de ésta y la perforación industrial.
-Te vas a ver como un chico malo-bromeó Aurora.
-Selene y Lance me van a matar-dijo Colt con voz quebrada.
-¿Eh?-dijo la chica confundida-¿por qué tus padres te matarían?
-¡No les gustan los piercings en hombres!
-Qué anticuados…-murmuró Aurora por lo bajo-¡Pero no importa! ¡Háblame sobre algo!-dijo para distraerlo.
-¿De qué… de qué quieres que te hable?
-¿De dónde salió la idea de tus libros? ¿Qué te inspiró?-preguntó de manera apresurada.
-Oh, bueno…-empezó el chico con voz vacilante-yo... yo tenía pesadillas, demasiadas. Eran extrañas, podía ver destrucción, seres divinos, ángeles y demonios… era extraño ¿sabes?, y pronto decidí narrar una de mis pesadillas, solo la escribí, y eso me consoló de alguna forma. Así que empecé a escribirlas… nunca pensé que alguien las leería…
Aurora estaba anonada, y ni siquiera se fijó que los piercings de Colt habían terminado. ¿Él tenía sueños de ángeles y demonios?
-¿Aurora?-preguntó el chico de los piercings.
-¿Si, Shaine?-respondió sacudiendo la cabeza.
-Estabas… ida-Shaine respondió sacudiendo su pelo violeta, mientras le lanzaba miradas… sospechosas.
-¿Aurora? ¿Todo bien?-inquirió Colt dándole una mirada de reojo mientras pagaba a Shaine.
-¿Soñabas…?-empezó con rasposa-¿Soñabas con un ángel de pelo negro y ojos azules?-preguntó jugueteando con sus dedos.
-¿Leíste los libros?-Col funcia el ceño y sus labios estaban apretados.
-¡No!-dijo Aurora rápidamente-yo… yo sueño con un ángel así.
Colt la miró duramente, haciendo que Aurora mirase al suelo. Sentía la incomodidad latente en el local, Shaine de repente había desaparecido con una mirada de pánico, dejando más confundida a Aurora.
-Ehhh… esto,-Colt carraspeo-vamos a casa ¿sí? Me duelen mucho las orejas.
Aurora asintió, pero Colt no la miró.
Nunca lo hizo en el camino a casa.
Y ni siquiera en casa le lanzó una mirada, ni un adiós.
Aurora no sabía qué salió mal, solo sabía que algo lo hizo.
Terriblemente mal.
SAMUEL
Samuel observó fijamente sus cartas. Tenía un +cuatro, un escala de unos y unos cuantos rojos, Dylan solo tenía tres cartas, no sabía si lanzar su escala de unos o su +cuatro.
El ángel y el demonio jugaban uno sentados en el suelo de madera de la acogedora cabaña. Mientras Gideon hacia el hechizo para acelerar el proceso de Aurora y Colt.
-Vamos, ángel, lanza-escupió Dylan con diversión.
-Cállate, demonio-masculló Samuel, al límite de la adrenalina cuando lazó su +cuatro.
-¡Oh, por los dioses!-exclamó Dylan furioso mientras tomaba cuatro cartas.
-Y cambió de color…-murmuró Samuel-a rojo.*
-¿Terminaron?-la voz aburrida de Gideon rompió el juego de Dylan y Samuel.
-¡Sí!-chilló Dylan como un niño-¡Ya no quiero jugar!
-¡Ja!-bufó de manera burlona el rubio platino-¿Ahora quién es el mal perdedor?
-Tú y Dylan-la voz del ángel caído sonó peligrosamente aburrida-levántese de ahí y vengan.
-¿Qué pasa, cariño?-preguntó Dylan con voz lasciva.
-Es Colt-Dylan y Samuel compartieron miradas de pánico-Colt recuerda sus vidas pasadas a diferencia de Aurora.