Sam
Cerré la puerta tras de mí, dejando tanto a mi tía como a mi hermana allí. Ya era de noche, bueno siempre era de noche pero aunque ya no hubiese distinción entre la noche y el día la raza humana se había quedado con los mismos horarios.
Por lo que mi tía estaba intentando que mi hermana se fuese a dormir, pero mi hermana era un terremoto andante. Reí recordando que mi tía siempre me echaba la culpa a mí, que yo había sido el motivo de que no parase quieta porque yo tampoco lo hacía.
Caminé por los pasillos, esperando que el motivo de la reunión extraordinaria no fuese muy grave, aunque teniendo en cuenta que era muy entrada la noche lo dudaba.
Sofi cuando la había dicho que me tenía que marchar casi se echa a llorar, se que la había molestado que la noche de su cumpleaños no estuviese. Pero era mi trabajo y no es como si pudiese dejarlo descuidado cuando en el caso de que no fuese probablemente nos quitarían mi ración de comida.
Y no sería muy bonito no tener comida hasta que volviese a trabajar, por lo que simplemente tuve que irme sin rechistar por más que mi hermana me mirase con cara de perro abandonado.
Yo bromeaba con que la cara de perro abandonado que ponía a veces no me afectaba en nada, pero la verdad es que yo daría lo que fuese por mis seres queridos. Por lo que muchas veces se me dificultaba decirla que no a Sofi.
Giré a la derecha en el final del pasillo y saludé a las personas que volvían a sus habitaciones con una gran sonrisa. Aquí nos concomíamos todos ya que no éramos muchos, yo solía hablar con todas las personas que podía ya que en el fin del mundo no está de más intentar alegrar el día a las personas que te rodean.
Como ahora, mi amigo Carlos estaba intentando llevar algo desconocido para mí, no tenía ni idea de lo que llevaba en sus manos. Pero era lo suficientemente grande como para que lo tuviese que estar arrastrando, a parte de eso solo deducía que es algo electrónico.
-¿Necesitas ayuda?-Dije a su lado. Cuando hablé, él se sobresaltó un poco haciéndome sonreír. Había notado que no había visto como me acercaba a él, debido a que el artefacto le dificultaba ver lo que tenía delante.
-Sam.-Dijo suspirando, vi como apoyo por un momento el objeto en el suelo. Estaba sudando bastante y parecía como si hubiese corrido durante media hora. Pero claro que era normal cuando estaba llevando algo tan grande cuando él era un palo, no tenía músculos por lo que entendía lo mucho que se le dificultaba.
Me eche el pelo hacia atrás intentando que no se me pusiese en la cara y me agaché para coger un extremo mientras él a su vez se agachaba para coger el otro.
-Gracias.-Dijo sonriéndome.
-No hay de que.-Dije una vez ya en su puerta, mirando hacia donde debía dirigirme y pensando que me estaba retrasando bastante.- ¿Qué es eso?
-¿Una televisión?-Yo le miré extrañado.
-Las recordaba más pequeñas.
-Hace mucho que no vemos ninguna en funcionamiento tío, es normal que no las recuerdes bien.-Dijo y entonces empezó a hablar se como la pensaba arreglar para que funcionase de nuevo, ya que se lo habían pedido los lideres para poder dar comunicados en la sala central.
-Me encantaría seguir escuchándote, de verdad.-Dije dándole una mirada amable.-Pero me tengo que ir.-Por un momento me miró en silencio, observando la ropa que llevaba puesta.
Me había vestido abrigado por si acaso lo que pasaba es que teníamos que salir, incluso llevaba un abrigo grueso.
-¿A dónde vas a estas horas?-Preguntó curioso mientras abría su puerta.
-A tomar el sol.-Dije bromeando y riendo.
-Sam…-Dijo cansado, y le entendí ya que si yo estuviese en su lugar también querría saber si algo grave hubiese pasado, pero es que yo no tenía la respuesta a esa pregunta.
-Hay reunión urgente.-Dije y él me miró preocupado.
-¿Ha pasado algo importante?
-Sinceramente no lo sé.-Dije igual de confundido que él.
-¿No os han dicho nada?
-Para eso es la reunión.-Dije encogiéndome de hombros.-Si mañana por la mañana estoy aquí, te contaré lo que ha pasado. Pero ahora debería marcharme.
-De acuerdo, tío. Hasta mañana.-Dijo entrando a su habitación y cerrando la puerta. Hasta mañana, que expresión tan curiosa. Ya que mañana igual no estaba aquí, quien sabia. Hay muchos peligros ahí fuera a los que nos exponemos cada vez que vamos a por provisiones.
Por fin llegué a la sala de reuniones, donde estaban reunidos ya todos los que salíamos ahí fuera con Lorena, la mujer que dirigía este lugar.
Yo sin decir nada me senté en una silla libre mirando a la mujer en medio de la sala que hablaba bastante preocupada.
-Tenemos que conseguir esta pieza para poder arreglar el generador, sino no duraremos más que un par de días.-Dijo mientras giraba la pieza rota entre sus manos y mostrándonoslo a todos. Yo me atraganté con mi propia saliva cuando escuché eso, haciendo que todos se girasen a mirarme.
Este generador funcionaba gracias a baterías que nos proporcionó el búnker central, y si dejaba de funcionar probablemente estaríamos todos muertos.
-Lo siento, la impresión.-Dije y vi como Aiden, el chico que cuando se cayó de un muro le ayude mientras reía, se le escapaba una pequeña sonrisa.
-Después de esta interrupción, me gustaría que propusieseis soluciones. La primera opción es pedírsele al asentamiento central, pero no creo que nos lo proporcionen
-Había un hospital a unos kilómetros de aquí.-Dijo Ian, me giré a mirarle se encontraba apoyado contra una pared de brazos cruzados al fondo de la sala.-Allí podría haber uno, que podríamos intentar arreglar. Los hospitales antes tenían generadores de emergencia.
-De acuerdo.-Asintió Lorena.-Ir al intercambio y pedir la pieza. Si no os lo dan dirigiros al hospital. Al intercambio iréis solo Aiden, Ian y Samuel.-Rodé los ojos al escuchar mi nombre completo porque la verdad no me gustaba nada.