Autopsia de un silencio

*9

Dicen que los corazones rotos son los más difíciles de curar, llevo siglos aquí y aún no he conocido a nadie que me niegue tal. Me encontraba parado en medio de la muchedumbre cuando la vi pasar como alma que lleva el diablo.

*-*

Mila

¨Encuentran el cadáver de tres cascos azules, el pánico comienza a florecer en la comunidad ¨ tiro el periódico lejos no quería seguir leyendo toda la treta mediática cuando el mundo que conocía como tal ya no está, ahora solo podía ver la pálida mentira sobre la cual se había segmentado una ciudad pero lo que más me asustaba era que lo comprendía porque qué motivo tendría decir la verdad si eso lleva a la aniquilación quizás eso fue lo que mató a los que nos precedieron. El miedo siempre ha sido nuestro mayor enemigo, se disfraza de confianza sube con nosotros a la sima y no es hasta cuando estamos más alto que vemos el vacío, siempre culpan a la suerte pero ella solo es nuestra guía y el miedo nuestro verdugo.

En el momento que Sax hablo conmigo creí que Valerian al fin podría confiar en mí, que al fin dejaría de ser la extraña chica inoportuna que además estaba colgada por él pero en el momento que baje del auto él sonido de la puerta al cerrarse hizo una grieta en mi corazón.

El viento mueve los pequeños mechones de mi cabello y mi abrigo me protege de la helada ventisca que surca el cielo, los árboles se despiden de sus hojas y próximamente Daila de su dignidad, parada en la entrada de la facultad de arquitectura está ella. Rodeada con ese aire de corderito que solo las brujas de la sociedad tienen, camino en línea reta abriéndome paso entre todo el círculo de chicos que parecían formar su propia burbuja social. Dicen que nosotros elegimos el mal que va a condenarnos mientras unos elijen el amor, otros el rencor e incluso muchos aferrarse a una ilusión, estaba yo girando la cara de Daila Vendel frente a todo el que estuviera dispuesto a ver, porque hay perras que si no las enfrentas creerán por siempre que tú eres parte de su esquina.

El silencio que precedió al golpe solo lo producía nuestro líder Valec cuando entraba en sesión, todo paso demasiado rápido pero para mí aún se estaba repitiendo la imagen como un bucle. Daila puso una mano en su mejilla y en segundos la vergüenza la golpeo con una segunda ola de rabia pero ya era tarde, todos lo habían visto.

- ¿te has vuelto loca? - sus amigas corren inmediatamente a su lado para verificar los daños, su cara de oveja no me engaña, no a mí.

Río sin gracia al escuchar pregunta tan indignante - ¿podría saber en que estabas pensando cuando le echaste algo a mi bebida? - sus ojos se agradan y sus facciones de oveja fallan pero solo son segundos, en ella vivía el lobo y yo ya lo había visto.

- no tengo idea de que estas hablando, ni siquiera te conozco - hemos compartido más de una clase, claro que me conocía pero eso no era algo que le diría.

- jugar a lagunas mentales no te va a salvar esta vez - doy dos pasos al frente lista para darle una lección y una mano se ponen en mi cintura impidiéndome avanzar, me sentía impotente odiaba el hecho de que alguien se había atrevido a ser tal cosa y nadie se hubiera tomado la molestia de impedirlo.

- Mila tranquila - pronuncia Sax que hasta ahora acababa de notar su presencia en el círculo, con mi codo golpeo el brazo y este me suelta.

- ¿hablas de la fiesta? - pone una mano en su mentón y sus ojos se giran a la izquierda buscando información en su mente - del día que desapareciste con Valerian

El murmullo colectivo no se hizo esperar, Valerian no se iba con chicas de las fiestas era muy realeza para hacer eso. Pero para Daila yo acababa de ver su talón de Aquiles.

- ¿Qué tiene que ver Valerian en esto? - sonrió al ver la pequeña grieta en su escudo - oh acaso solo me hiciste aquello porque Valerian ya ni siquiera recuerda que asistes a esta universidad porque eso es bajo hasta para ti - me giro sin esperar respuestas con el murmullo popular a mi espalda como un millar de abejas buscando néctar - como han caído los grandes - murmuró y la risa de Sax se suelta en el patio.

- ¡cuando acabes con Valerian búscame! - me grita pero avanzó firme hacia adelante.

A la distancia divisé como Valerian se bajaba de su auto, no lo pensé dos veces y gire para tratar de evitarlo. Lo último que me faltaba hoy eran sus oscuros secretos.

Al pasar los minutos casi daba por terminado mi día, estaba nadando en la ola de tareas escolares y proyectos para estas semanas, esta mañana luego de girar la cara de Daila fui a la oficina de proyectos a enviar mi solicitud para que la universidad me deja hablar sobre nuestra biblioteca, era una fascinante estructura llena de detalles y formas curiosas.

- dejen lo que estén haciendo - mi profesor de estilo da dos palmadas e inmediatamente todos paramos y nuestras miradas se sientan en el como el único foco de atención- acaban de llegar sus respuestas para el proyecto final - toma un sobre de su escritorio y el murmullo colectivo de expande en el salón.

- Mila te imaginas que me aprueben el centro comercial- murmura la chica que se sienta a mi lado y la cual comenzaba a removerse de manera inquietante.



#21572 en Fantasía
#8825 en Personajes sobrenaturales
#45901 en Novela romántica

En el texto hay:

Editado: 26.06.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.