Después de varios años de regresar a la casa en la que viví con mis padres, estoy pensando muy seriamente irme.
Al principio mis hijos estaban muy contentos y más mi hijo pequeño por que se había quedado con la habitación en donde yo dormía.
Hace unos días cumplimos un año más aquí y mi hijo está muy espantado dice que no quiere dormir en esa recámara, cada 25 de agosto mi hijo ve a alguien que entra a la casa, lo raro es que solo una noche al año pasa, esta noche mandé a mi hijo a dormir con su mamá y yo me quedaré en mi antigua recámara.
Son las 12 am y no he visto nada... Mientras me levanté para tomar un libro y esperar, comencé a escuchar ruidos en la entrada de la casa, escuché como abrían la puerta y solo quedé esperando a que entraran a la habitación y poder enfrentarlos, escuché como subían las escaleras mientras una voz masculina decia:
-Camina despacio, no los vayas a despertar
Cuando llegaron a la puerta de la habitación, escuché una voz femenina diciendo:
-Espero que le guste el pastel a mi bebé
Reconocí la voz, era mi mamá. Cada año compraban un pastel y me despertaban con besos y felicitandome por mi cumpleaños. Ellos entraron, comenzaron a buscarme y llorando les dije:
-Aquí estoy papás
Ellos me abrazaron y me felicitaron, me dijeron que por fin podían descansar. Hace años mis papás salieron a comprarme un pastel como era su costumbre, tuvieron un accidente y tuve que irme a vivir con mis tios... Hoy por fin pude verlos otra vez y ellos al fin podrán descansar.
Editado: 04.05.2023