4.7 - Cacería de Brujas

Cuando abrí mis ojos de nuevo, ya el sol había salido y el cielo comenzaba a pintarse de color azul.

Sentía como si hubiese dormido por días. Tal vez era debido al cansancio de la noche anterior, ya que no había tenido oportunidad de descansar en ningún momento. Cuando fui transportada a otro mundo, era medianoche en mi mundo y había estado despierta dando vueltas alrededor de la ciudad. Después, tuve que caminar y caminar en un bosque de grandes y delgados árboles hasta que me caí a una cueva.

Eso es lo último que recuerdo.

Luego, desperté en la cabaña y sucedieron un montón de cosas extrañas a mi alrededor.

Bueno, al menos ya había podido descansar tranquilamente sin que nadie me molestara.

Al levantarme de donde estaba acostada, noté que había mucho movimiento a mi alrededor. Las personas iban y venían sin detenerse. El camino por el cual había llegado era transitado por todo tipo de carruajes. Por otro lado, los establecimientos ubicados junto al pequeño parque estaban mucho más activos que en la noche, bueno, a excepción del Bar, el cual, por obvias razones, era más fructífero en el horario nocturno.

Si preguntas cómo lo sé, es porque he investigado en muchos lugares.

Como sea, ya que había dormido, lo siguiente sería buscar qué comer, pero, como no tenía dinero, estaba a la deriva. Veré qué puedo hacer para conseguir algunas monedas, pero primero, buscaré algo de información a los alrededores. Tal vez se me ocurra alguna manera de conseguir comida mientras camino.

Me paré de la banca donde había pasado la noche y me estiré, luego comencé a caminar sin un rumbo fijo. El plan era darle la vuelta a todo el pueblo mientras pensaba.

—Oye.

De repente, mientras comenzaba a camina, escuché una voz detrás mía.

—¿Sí? —contesté.

—¿Qué hacías ahí acostada?

Al girarme para ver quién me hablaba, me encontré con una pequeña niña que parecía tener unos diez años. Supongo que no puedo tomarle mucha importancia a lo que ella diga, pero, para no verme tan mala, decidí contestarle.

—Solo dormía un poco. ¿Está mal?

Ya que ella había hablado primero, podía usarla para conseguir algo de información sobre este lugar y, si se puede, del mundo. Aunque no creo que sea una fuente confiable.

—No, no, no. No puedes hacer eso.

Acompañaba sus palabras con un gesto con la mano, agitando su dedo índice hacia la derecha y la izquierda. Tengo que decir que se ve tierna, pero el estómago comienza a rugir. No tengo mucho tiempo que gastar.

—¿Hice algo malo?

—Claro que sí. No puedes dormir ahí como si nada.

—¿Por qué?

—¡Los espíritus del bosque te castigarán!

—¿Eh?

Lo que dijo la niña me desconcertó. ¿Estábamos en un mundo así? ¿Esto en enserio?

Además, no es como si me preocupara. Después de todo, la ciencia ha demostrado que no sucede algo tan ridículo como esto. No, espera, puede que me esté equivocando. Este es un mundo con poco desarrollo científico y, al ser otro mundo, no puedo asegurar que se comporte de la misma manera.

Interesante.

—¿Eso es malo? —cuestioné.

—Sí lo es, puedes morir si haces eso.

La conversación se estaba desviando del punto, así que decidí que era mejor comenzar a caminar. Me di media vuelta y di unos cuantos pasos antes de que la chica volviese a hablar.

—¿Eres una bandida? —preguntó.

Puedo asegurar que su pregunta llamó la atención de las personas que se encontraban cerca, así que, posiblemente no pueda escaparme de esta.

—No, no lo soy.

—¡Mientes!

Podía ver cómo un grupo de gente comenzaba a acercarse a mi mientras la niña hablaba. ¿Seré víctima de un malentendido? Esto es realmente increíble, simplemente sorprendente.

—¡Vistes igual que una!

—¿Sí? Creo que es solo una coincidencia.

Si trataba de escapar, las sospechas sobre mi aumentarían, por lo que tengo que mantenerme lo más tranquila que pueda en este momento y responderle a la chica de la manera más calmada que pueda.

Veo a lo lejos que alguien va corriendo la voz de lo que escuchó, y el receptor de ese mensaje va rápidamente hacia un edificio con la palabra “Gremio” frente a este.

Ya veo por dónde las cosas se van a desarrollar y no me gusta cómo pasará.

Será un dolor de cabeza.

—Además, tienes una mancha de sangre en tu pantalón.

—¿Eh?

Me tomó desprevenida esa afirmación, por lo que rápidamente comencé a inspeccionar mis ropas. Eso no es sospechoso, ¿o sí?

—¡Bingo!

La chica exclamó de felicidad al ver mi reacción. Parece que era una pregunta del tipo retórica. Esta chica está haciendo lo que quiere conmigo y todos la apoyarán. Maldición, pasar mi primer día en la cárcel no es algo que prefiera.