Prólogo

— ¿Qué haces aquí solo? — pregunta una voz misteriosa — ¿Nuevamente tus primos se burlaron de ti?

— ¿Quién eres...? — pregunta Charles para luego voltear su rostro y mirar a la persona que está detrás de él — ¡Pero si tú eres!

Charles reconoce a la persona que le habló y eso conduce a que despierte bruscamente de su sueño, encontrándose acostado en lo que parecería un hermoso jardín con vista al denso océano.

— ¿Qué fue ese sueño? — pregunta Charles mientras seca sus lágrimas — ¿Dónde estoy?

— Al fin despertaste — dice una voz misteriosa —. Estás en la dimensión de Excalibur.

Charles reconoce a la voz misteriosa; una mujer joven que se ha quedado con él hasta su despertar.

— Oh, eres tú, Therese — dice Charles — ¿Qué hago aquí? ¿Dónde está mi cuerpo?

— Desafortunadamente, no tengo respuesta a esas dos preguntas — indica Therese señalando una puerta —. Vamos adentro, tal vez puedas recordar algo.

Ambos ingresan a lo que parece un gran salón en el centro hay una luz de color azul brillante que cae del techo, en las paredes un total de seis puertas.

— Al ir al centro y tocar esa luz, rápidamente volverás a tu cuerpo — dice Therese.

Charles se acerca a la luz y la toca; sin embargo, es rechazado por la luz que inmediatamente se vuelve de color roja y luego de uno segundos vuelve a su color original.

— ¿Qué sucedió? — pregunta Charles.

— No tengo idea — responde Therese.

— ¡Siempre es lo mismo! — grita Charles con furia —. Jamás tengo las respuestas, todo es un laberinto para mí. Ojalá que hubiese la forma de descubrir los secretos de mi pasado de una vez por todas.

— Habitación... — una voz susurra —...del tiempo...

— ¿Qué? — Charles replica — ¿Habitación del tiempo?

— No debe ser nada — dice Therese.

Charles grita el nombre de la espada y la luz reacciona a su llamado. Le exige mostrarle la puerta hacia la habitación del tiempo y parte de la luz central se proyecta directamente a la puerta que Charles busca, sin embargo, Therese se interpone.

— ¿Por qué te interpones? — Charles pregunta consternado.

— Es demasiado peligroso — dice Therese —. No sabes la cantidad de desafíos que te esperan.

— No me importa — responde Charles —. Quiero descubrir los secretos de mi pasado, es algo que necesito hacer, por favor.

— De acuerdo — suspira Therese — solo permíteme advertirte; una vez que entras, deberás acceder a todos los recuerdos de cada portador de la espada legendaria en menos de 72 horas. Al final del camino estarán las tuyas.

— ¿Por qué 72 horas? — pregunta Charles — ¿Qué sucede si supero ese tiempo?

— Hay tantos arcos del tiempo como portadores de la espada existieron — dice Therese —. Cada vez que las atraviesas, consume lentamente tus emociones como producto de la influencia de tus predecesores. Tanto es así, que puede modificar incluso tu ego, pudiendo tener una amnesia temporal o permanente, ¡quizá algo peor! El tiempo límite es para evitar que eso suceda, aunque falte un minuto para concluir las 72 horas, al pasar la puerta final y tocar la luz que está frente a mi, recobrarás todo, pero no es seguro que salgas intacto. Incluso podrías ser encadenado a las cadenas del tiempo sin posibilidad alguna de escape. Después de decirte todo esto, ¿aún estás dispuesto a tomar ese riesgo?

— Lo haré — responde Charles.

Therese se aparta de la puerta, luego de desearle buena suerte a Charles, éste ingresa a la habitación del tiempo cuya puerta inmediatamente se cierra. Los ojos de Theresa se oscurecen y se proyectan por todo el salón, manchando sus paredes con una oscuridad proveniente de las mismísimas tinieblas, siendo la única luz la que está en el centro del salón. Donde antes estaba Therese, una masa de oscuridad sale del suelo y se convierte en un ser esquelético que al intentar tocar la luz, también es rechazado.

— No importa — dice el ser esquelético —. Si cavas profundo te enfrentarás a un destino peor del que te puedes imaginar, querido Charles.

El ser esquelético ríe de forma sádica para luego desaparecer. Es en ese momento que el salón vuelve a la normalidad. Charles, por otro lado, es arrastrado por el flujo del tiempo hacia el primer arco, que no es nada más y nada menos que los recuerdos del primer portador de la espada legendaria.

Las arenas de Chrono han empezado a correr y la cuenta regresiva ha iniciado. Nuestro héroe ha sido transportado a un lugar donde el tiempo corre de forma distinta a la acostumbrada y que nada tenga significado, lo que será un gran e importante desafío para su travesía: enfrentarse a los recuerdos del tiempo.