Ávida

Prólogo

— Un beso sensual como los nuestros no creo que pueda ser comparado. —suelto una risita provocada por su nariz que va pasando levemente por mi cuello, cierro mis ojos disfrutando de su tacto, sus labios depositan varios besos lentos y húmedos, provocando que esas punzadas de emoción recorran por todo mi cuerpo y esa conexión tan inestable para mi empiece a colarse por mis venas.

— Porque lo dice Signore Maxwell

— Bellisima italiana, entre tú y yo existe un fuego indescriptible y moriría por arder junto a ti en el infierno. — murmura, sus labios rozan la piel de mi oreja y su respiración me tranquiliza junto con su aroma tan impregnada en mi piel. — ¿Crees que haya alguna comparación con lo que tenemos?, Yo digo que no. — mis ojos observan aun la pintura y sonrío sin despegar mis labios. Alma y cuerpo quiero estar atada a él siempre. — ¿En qué piensas, bonita? — giro mi cuerpo para poder observar esos bellos ojos avellana, el no suelta sus manos de mi cintura y su dulce sonrisa aparece ante mis ojos, junto mi frente contra la suya contemplando este momento tan mágico y agradable, mi mano cubre su mejilla y acaricio cada detalle de él, es como si fuera un hombre irreal, ¿cómo se puede ser tan perfecto?, sus labios están tan cerca y sonrío sin despegar mis ojos de los suyos.

— Tienes razón, nada puede ser comparado entre tú y yo.

 



#15866 en Novela romántica

En el texto hay: chicklit, romance, amor

Editado: 12.12.2023

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