**CAPITULO VIII** FINAL***

• Sofia, guarda estas cosas en el auto, no vayan a quedarse.
• Ok – Sofia levanto las cosas que su tía le dio y salió – ábreme, esto está muy pesado.
• Como que usted mande – su esposo le quito las cosas de las manos y le guiño un ojo.
• Nunca cambias – le dio un golpecito y ella abrió la puerta del auto – ¿Cómo… esta tu hermano?

Su esposo la volteo a ver y se encogió de hombros – supongo que… calmado. Se despertó temprano y preparo el desayuno, lavo su auto y arreglo su traje para hoy.

• Que bien – Sofia jugo con sus dedos y suspiro – Emma también está tranquila… demasiado tranquila. Parece hipnotizada.

Su esposo la abrazo con cariño y le dio un beso en la frente – es la decisión de cada uno, tu trataste de ayudar a Emma y yo a Braith. Ya depende de ambos lo que decidieron.

• Lo sé, pero también sé que Emma está a dos pasos de salir corriendo y me preocupa. Tú sabes que Leo la persuadió para que estén juntos y ella siente que es su deber hacerlo para agradecerle todo su apoyo.
• Sabes que pienso sobre eso – su esposo se separó de ella – ese dinero aún se lo puede pagar si ese es el problema.
• Pero ella no lo tiene y no se lo va a pedir a nadie – Sofia acaricio el ramo que estaba en el auto – se supone que nadie sabe. Yo lo descubrí por casualidad.
• Deja de preocuparte, ya veremos que sucede, pero todo depende de cada uno.

Ambos se abrazaron y se quedaron largo rato así, susurrándose al oído y riendo.

Emma los observo desde su ventana y se quedó hay… observando – estas hermosa – la maquillista la observo por última vez y luego volteo a ver que había afuera – ellos son muy lindos juntos, me recuerda a cuando estábamos en el colegio y Braith… - se quedó callada sin estar segura de continuar.

• Cuando yo estaba con Braith – dijo Emma, completando la frase con suavidad.
• Si, eso. Bueno, creo que ya es momento de que salgas, la limosina está por llegar.
• Si, puedes ir a ver a mi mamá primero, yo ahora bajo.

La maquillista asintió con la cabeza y salió de su habitación mientras Emma volteaba a ver las cosas en su habitación, luego salió hacia el estudio y busco las fotos que tenía guardadas en un portafolio. Hay estaban las fotos de cuando era niña junto a sus padres, cuando salió por primera vez de viaje y fueron a la playa. Era un lugar tan amplio y tranquilo cuando no había mucha gente alrededor. En la otra foto estaba la primera conchita que se encontró y más adelante estaba la cabaña en la que se quedaron ese fin de semana.

Ese lugar fue mágico porque también conoció a su primer amigo, en medio del viento y el agua. Después se volvieron inseparables y empezaron a juntar más fotos para recordar cada momento.

Emma hojeo las fotos y llego a una donde estaban solo sus padres y ella cuando se graduó de la universidad. Y por último estaba una foto de ese mismo día, pero de ella sosteniendo su celular junto a su rostro. En la pantalla estaba Braith con una sonrisa y mostrando un libro en su mano. Ese era su regalo, el libro que más quería, pero no logro encontrarlo. Al parecer, solo Braith podía conseguir lo imposible.

Dejo eso aun lado y se acercó a la colección de cerámicos que tenía en el estante, acariciando cada uno de ellos mientras recordaba a su papá. Él esperaba a que llegue de trabajar para poder abrirlos y juntos hacer observaciones. Después ella hacia uno igual que luego le mostrarían a Braith como su regalo.

Emma observo todo desde la puerta por última vez y la volvió a cerrar. Su madre estaba frente a ella con una sonrisa melancólica y le tendió la mano – es hora de que salgas – le dijo.

Ambas bajaron las escaleras y la ayudaron a subir a la limosina que la llevaría hasta la iglesia – vamos, tenemos que llegar junto con ella – Sofia ayudo a la mamá de Emma a subir al auto y partieron a su detrás.

*

Ana saludo a todos los que llegaron con una sonrisa y luego volteo a ver a su hermano – llegamos antes que la novia – le dijo.

• Si – le respondió Leo, con la mirada en la puerta.

Braith y sus padres llegaron justo en ese momento y muchos se acercaron a ellos para saludarlo – tu entregaras a la novia, ¿verdad? – le preguntaron a Braith.

• Si, se supone que era sorpresa – lo dijo con una sonrisa incomoda.
• Claro que no es sorpresa, tu y ella eran muy unidos. Si no son esposos, es porque son hermanos – le dijeron.

Braith solo sonrió y se fue junto a sus padres para saludar a los demás hasta llegar junto a Leo, el cual lo observo por largo rato sin responder a su saludo.

• Ya llego la novia – todos vieron bajar a la mamá de Emma junto a Sofia y su esposo del auto que llego primero.
• Ya es hora de que vayas – empujaron a Braith para que se acerque a ellos, pero fue detenido por una hoja frente a su cara.
• Esto es lo que me debes – Leo le mostro un papel – Emma es muy valiosa para mí, y sé que si esto no cae sobre tus hombros ella nunca va a desistir.

Braith agarro el papel con confusión y lo leyó. Eran los gastos de la hospitalización del papá de Emma – esto es…

• Lo único que nos unía – le dijo Leo, bajo la mirada sorprendida de los presentes los cuales no escucharon lo que dijo, pero si vieron sus acciones.

Los padres de Braith le quitaron la hoja y se quedaron con la boca abierta – esto… que se supone… no nos dijo nada.

Sofia se acercó a ellos y frunció el ceño – Emma está esperando, corre – le dijo a Braith.

• Si… yo – Braith estaba por ir, pero Leo se adelantó a él.
• Yo te la entregare – les dio la espalda y avanzo hacia adelante bajo los murmullos de todos – nadie sabía sobre esa hoja, pero ahora es tu responsabilidad.

Leo llego hasta la puerta de la limosina y abrió antes de tender su mano para ayudarla a salir - ¿Qué haces aquí? – Emma se quedó quieta y lo observo con sorpresa.

• Vengo a llevarte – le dijo, con una sonrisa.