Axiuru-Tomo 1

06-Choque de Culturas p.2

-Por Cristo…

-¿Qué es esa cosa?

 

Los eventos se precipitaron, cuando el sacerdote toco la superficie del agua la vibración hizo despertar a Axu, le tomo solo medio segundo comprender que había intrusos en su tienda y antes siquiera de poder reconocerlos a través del agua su cuerpo produjo tanto calor que la convirtió en vapor, los que estaban más cerca, incluyendo al sacerdote, gritaron al ser quemados.

 

-¡Se escapa!-grito alguien, reconociendo su silueta entre el vapor.

-¡Atrápenla, alertara a todos!

-¿¡Que rayos es!?

-¡Déjenme!-Sintió que una mano le aferraba y el filo de una hoja-¡Aléjense de mi!

 

Se le cayó la lanza y en un arranque de pánico y furia ataco con el arma letal que nadie, ni siquiera Tolen, estaba enterado de que poseía, se giro a su atacante y lanzo el rayo de calor, para su desgracia su pantalla de vapor comenzaba a disiparse, verla bien e írsele como diez encima fue una, en su esfuerzo por sujetarle y pararle las manos apunto hacia arriba, el rayo atravesó el techo y el lugar completo comenzó a arder, el capitán golpeo su cabeza con la empuñadura de su espada, no supo nada más.

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Tolen no dormía bien desde que los extranjeros llegaran y lo hacía aun menos desde que se les instalara cerca de Axu, pasaba la mitad de la noche velando desde la aldea, en un punto donde se veía bien la mayor parte del templo, allí estaba cuando vio el rayo salir por el techo, el violento haz de luz atravesó la noche, al momento siguiente le siguió un sonido como de expansión.

 

-¡Axiuru!

-¡Abuelo!-cuando Cholena salió el otro ya corría en dirección el templo en llamas-¡Fuego!, ¡Abuelo, espera!

 

No fue solo ella, toda la aldea salió al escuchar el bombazo, Kua’Kua se apresuro a convocar a los guerreros y dirigirse allá lanza en mano.

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Los españoles estaban en un autentico lio y el capitán se vio obligado a improvisar.

 

-Sea lo que sea esta cosa-dijo mirando a la criatura que acababa de derribar-ellos creen que es una deidad, si lo retenemos nos darán el oro.

 

Le amarraron las manos juntas en un saco y escaparon en dirección a la costa, sus barcos con el resto del contingente español estaban anclados a cierta distancia, tenían que llegar a los botes y remar hasta ellos.

 

-…ou…-Axiuru recupero el sentido dentro de un bote-¿Qué…?

-¡Dense prisa!-bramaba el capitán, temeroso de que los nativos los alcanzaran antes de que estableciera su posición.

 

Un grito de guerra perforo la noche cuando Tolen se lanzo contra el capitán sin más arma que su cayado, el español giro a tiempo para recibirlo y defenderse, el resto no fue a ayudarlo enseguida porque Axiuru comenzaba a reaccionar y se le fueron encima para someterla; sobrevino la tragedia, el indio enfurecido perdió pie y cayó de espaldas sobre la arena, momento que el traicionero español aprovecho para enterrar la espada en su pecho desnudo, el grito de agonía de Tolen solo fue superado por el aullido de dolor y espanto de a quien trataba de proteger.

 

Un sol de medio día que cayera de súbito sobre la tierra no hubiera ocasionado tanta devastación como la ira desatada de Axiuru, los del bote solo pudieron ver un destello rojo antes de ser desintegrados por las ondas de calor y como el bote se deshizo de paso lo siguiente fueron nubes de vapor al contacto del agua con su cuerpo; presa del pánico, el capitán recupero su espada y trato de atacar a la criatura, no más acercarse la hoja de su arma se deformo y el calor pudo a verle repelido de no ser atrapado por las manos de Axiuru, cuando Kua’Kua y sus refuerzos llegaron a la playa solo pudieron ser testigos de cómo su diosa incineraba al español, salvo Kua’Kua todos los otros cayeron de rodillas con las caras al suelo, víctimas de un reverente temor.

 

Pero su venganza no había sino comenzado, cuando ya no quedo más del capitán que sus cenizas, Axiuru se dio la vuelta y se adentro un poco en el agua, extendió los brazos y lanzo dos potentísimos rayos contra los barcos, el viento trajo los gritos mientras ambas naves ardían iluminando la noche, ella ya no gritaba pero rugía, igual que un jaguar enfurecido si es que alguno pudiera emular el chirrido sobrenatural que salía de su boca.



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En el texto hay: estraterrestres, indigenas, costa rica

Editado: 02.08.2018

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