Me lancé a darle un beso, él me siguió el paso, nos besamos mientras que el sol se escondía, con brusquedad me dejo de besar.
Se subió a la ventana y se fue, yo corrí para verlo por si podía hacerlo cambiar de idea, pero él ya no estaba por ahí, volví a mi cama y me recosté, mis ojos se cerraron muy lentamente y dormí profundamente…estaba en un lugar, una especie de bosque dónde estaba perdida, a mi lado no había nadie, cuando me vi era yo cuando tenía cinco años, caminaba por ese bosque y vi algo clavado a un tronco, era… un niño de aproximadamente unos ocho años, decidí no acercarme, vi que él aun seguía vivo, de la nada se acerco a él un ser encapuchado que le quito el cuchillo del pecho, al caer el niño, ese ser escalofriante con una túnica negra que lo cubría desde la cabeza hasta lo debían ser sus pies, media más de dos metros de una de sus anchas mangas se asomó lo que parecía ser una mano, con dedos muy largos y garras muy filosas, se cortó la mano con el mismo cuchillo, de la cual emano un líquido verdusco beber ese líquido al niño, luego de un muy buen rato el niño estaba inconsciente, lo alzo y se adentro nuevamente al bosque, mientras iba pasando el momento, la herida en su pecho se iba recuperando, y este ser se iba transformando a cada paso, cuando llego a una camioneta era una monja que cargaba al niño, la misma monja que me había pegado, su apariencia no era en lo absoluto diferente de la de ahora.
Luego el sueño se fue haciendo más y más ligero, hasta que me desperté, una novicia entro bruscamente a mi habitación, desperté sobresaltada.
Me levante y me puse una polera, unos pantalones de mezclilla, y los únicos zapatos que tenía, la novicia me dirigió hasta la dirección, cuando vi sus manos, estas estaban muy cortadas, muchas heridas.
Cuando llegué a la dirección, al entrar vi a una señora algo joven para ser mi tía, con una chica casi de mi edad, fui hacia ellas.
Me quede algo atónita, que yo sabía no tenía una tía tan joven y ni siquiera una prima de mi edad, ellas solo estaban ahí y me veían con tanto regocijo que pensé que eran de una parte de mi familia que no conocía así que las salude muy entusiasmada de saber que no estaba sola después de todo, entonces volví a mi habitación y Tom estaba en la puerta esperándome, con las manos en los bolcillos, yo me acerque a él y lo abrace.
Tom me ayudo con mis cosas, y llegamos hasta la parte de abajo, donde nos despedimos con un gran abrazo, mientras que mi tía y mi prima acomodaban mis cosas en un auto algo lujoso, donde yo entre a la parte trasera, mientras que mi tía se subió a la parte del piloto y luego mi prima a la parte del copiloto.